Entre el Caos y el Refugio

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La tienda de helados en el corazón de Kioto, con su cálida bienvenida, parecía ser un refugio en el desolado día lluvioso. La empleada, con una sonrisa que contrastaba con el gris del cielo, les preguntó:

-Hola, ¿qué van a llevar?

Inojin, con su característico aire desenfadado, contestó mientras abrazaba el brazo de Shikadai:

-Ehh, yo voy a llevar medio kilo de helado. ¿Y ustedes, chicos, qué van a llevar?

Shikadai, con una mezcla de sorpresa y resignación, replicó:

-¿Medio kilo? ¿Vas a comer todo eso tú solo?

Inojin, con una risa juguetona, respondió:

-No, tú lo vas a comer conmigo. *Le abraza el brazo*.

Shikadai, sacudiendo la cabeza, dijo:

-Supongo que no tengo elección.

Boruto, observando la dinámica, intervino:

-Bueno, yo quiero un helado en cono. ¿Y tú, Mitsuki?

Mitsuki, con una sonrisa enigmática, respondió:

-No sé, ¿tú qué me recomiendas, Boruto?

Boruto, con una risa contagiosa, dijo:

-Entonces, dos conos, por favor.

La empleada procesó el pedido y les indicó el total: 4686 yenes. Tras pagar, los chicos eligieron sus sabores y salieron de la tienda, riendo y bromeando sobre el tamaño del helado de Shikadai.

La diversión, sin embargo, se tornó en caos cuando, distraídos en su disputa, chocaron con alguien. El helado cayó sobre la chaqueta de Miko, quien, visiblemente molesto, reaccionó de inmediato:

-¡Maldito mocoso! Arruinaste mi mejor chaqueta. ¡Ahora yo te voy a arruinar a ti!

Miko, con su figura imponente, agarró a Shikadai de la camisa. Inojin, decidido a defender a su amigo, se enfrentó a Miko, mientras Boruto se unía a la confrontación.

-¿Así que el cabeza de piña tiene un novio? -se burló Miko.

Inojin, sin intimidarse, respondió:

-Y si lo tiene, ¿qué? Al menos él pudo conseguir a alguien.

La tensión escaló rápidamente. Miko estaba a punto de golpear a Shikadai cuando Boruto, valiente, saltó sobre él y comenzó a pelear. Mitsuki, cargando a Inojin, se unió a la huida. La lluvia se intensificó, mezclando su caída con el caos que se desataba.

Tras un frenético escape, los chicos encontraron refugio bajo un toldo, donde Boruto y Mitsuki se encontraron cara a cara, la lluvia continuando su danza a su alrededor.

-Eh, bueno -dijo Boruto, sonrojado-. Puedo sentir tu respiración desde aquí.

Mitsuki, sin saber dónde ir, propuso:

-Podemos... ir a tu casa, ya que queda más cerca, ¿no?

Boruto, con una expresión preocupada, aceptó:

-Sí... vamos. Espero que no haya nadie en casa por mi vida.

Mientras se dirigían hacia la casa de Boruto, Mitsuki notó que Boruto temblaba y le ofreció su chaqueta. Aunque Boruto intentó rechazarla, Mitsuki insistió, preocupado por su bienestar.

-Toma mi chaqueta, no quiero que te enfermes -dijo Mitsuki con firmeza.

Finalmente, llegaron a la casa de Boruto, y al entrar, encontraron a Naruto, Hinata y Himawari en la mesa con la familia Uchiha. Naruto, visiblemente eufórico y algo alterado, invitó a Boruto a unirse a ellos.

-Ven, Boruto, siéntate a comer con nosotros.

Boruto, con una mezcla de angustia y cansancio, respondió:

-Comeré luego, no vengo solo.

Mitsuki, al saludar a Hinata con un beso en la mejilla, fue sorprendido por la reacción de Naruto al ver el tatuaje en su muñeca. La atmósfera cambió abruptamente cuando Naruto, con un cambio de rostro evidente, se levantó enojado.

-¡Vete de mi casa! -exigió Naruto.

Mitsuki, atónito, no pudo responder. Hinata, preocupada, intentó intervenir:

-Naru...

Naruto, implacable, gritó:

-¡CALLATE, FUERA DE MI CASA!

Sasuke, tratando de calmar la situación, intervino:

-Naruto, espera. *Lo agarra de la muñeca* Deja al niño.

Naruto, con su voz llena de desesperación, replicó:

-¡Mira lo que tiene en la muñeca!

Sasuke, con una mirada comprensiva, respondió:

-Sí, el signo de Orochimaru. ¿Y?

Naruto replicó, su voz llena de desdén:

-¿Y? Tú sabes muy bien quién es ese tipo.

Sasuke, con calma, replicó:

-Sí, pero yo también tengo ese símbolo. Entonces, ¿también me tengo que ir?

Naruto, con un tono desolado, respondió:

-Sabes que no es así, tú eres diferente.

Boruto, en un estallido de furia y desesperación, gritó:

-¡SOLO CALLATE! ¡NO HAGAS COMO SI TE IMPORTARA TU FAMILIA! ¡AHORA MISMO ÉL ME DIO MÁS AFECTO QUE TÚ!

Naruto, sin mediar más palabras, se volvió hacia Boruto. Boruto, herido tanto física como emocionalmente, subió las escaleras, tomó unas cosas y salió corriendo de la casa, seguido por Mitsuki.

Hinata, desesperada, gritó:

-¡Boruto!

En la fría noche lluviosa, el eco de los pasos apresurados resonaba en la distancia, atrapando a todos en una tormenta de emociones y decisiones irrevocables.

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Bueno aquí terminamos el capítulo
Nose que decir así que les dejo un chiste

Ayer pasé por tu casa, me tiraste con una puerta no me dolio por que estaba abierta

La verdad que muy bueno el chiste





vivo por ti Mitsuboru ✓Rework ✓ Retomada ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora