Mirai siempre fue una chica muy especial, sólo que ella no lo sabía.
No iba a ser hasta el día en que empezó a tener sueños extraños que se daría cuenta del don con el que nació.
Kisaki Tetta X OC
Hago una historia de Kisaki porque lo amo y casi no...
Y volvemos con las canciones de mi poderosísimo Conan Gray.
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Kazutora seguía sin dejar de llorar; la manera en que Mirai estaba dispuesta a ayudarlo y a no dejarlo sólo lo conmovía. Incluso con la cabeza sangrando, ella estaba ahí haciendo que él se sintiera mejor; eso lo hacía sentir como jamás se había sentido en toda su vida.
— ¿Te quedarás aquí? — le preguntó mientras volvía a abrazarla.
— Claro.
Su vista se enfocó en el pequeño alboroto que se había formado mientras ella hablaba con Kazutora; ahora era Baji el que estaba en problemas. Estaba frente a Kisaki y había empezado a escupir sangre.
— ¡Baji-san! — gritó Chifuyu a la vez que corría hacia donde estaba. — ¡Kisaki, ¿qué le hiciste a Baji-san?!
— Lo que viste; yo no le hice nada. — se dio cuenta de que Mirai también estaba viendo hacia allí. — Me quedé quieto.
— ¡Pide una ambulancia! — le dijo Mitsuya a alguien.
— Kazutora... — le habló Chifuyu. — ¡Kazutora!
— Sabía que Kazutora estaba mal de la cabeza. Ya veo.... se llevó a Baji a Valhalla para poder matarlo él mismo. — mencionó Kisaki; vio como Mirai dirigirle una mirada molesta. — ¿No, comandante?
Kazutora miró a la chica a su lado, quien sólo le dio una sonrisa sincera.
— Tranquilo, no me voy a ir.
— Quería matarte. — empezó a hablarle Mikey a Kazutora. — He pensado en matarte desde que dejaste la correccional, — empezó a caminar hacia él. — y el que me convenció de no hacerlo... fue Baji. Baji me dijo que sólo querías hacerme feliz, que por eso no podías procesarlo. Que aunque mataste a mi hermano, tuviste que convertirme en tu enemigo para poder soportarlo, pero... — se detuvo un momento antes de seguir caminando.
— Mikey... — dijo Draken al ver que se acercaba hacia donde él estaba.
— Kenchin.... la pelea terminó.
— Oye, ¿cómo que terminó? — le preguntó Hanma con una sonrisa en el rostro. — ¿Quién te crees que eres Mikey? ¡Eso no es algo que puedas decidir así como así!
Recibió una patada en la cabeza que lo dejó inconsciente en el suelo.
— ¿Ves? Terminó.
Después de un momento de silencio, los de Valhalla comenzaron a escapar de ahí.
