Future Vision - Kisaki Tetta X OC

087

La canción queda perfecta con el capítulo, ustedes escúchenla.

Mirai trepó por los árboles del bosque, usando la poca fuerza que le quedaba luego de no haber comido ni dormido durante dos semanas enteras. Sus manos cubiertas por un par de guantes que se colocó por el frío invernal que la abrazaba por completo.

Las ramas débiles al igual que sus brazos; ir a ese lugar siempre le era difícil en esa época del año, pero realmente lo necesitaba. Desde que tenía memoria, ese sitio le había servido como un refugio para escapar de la cruel realidad, el estrés, los problemas, y el dolor que la rodeaban. Era su salida para desahogarse; como un segundo hogar al que podía escapar cuando no podía más con la ansiedad que cargaba desde que era una niña.

Se puso encima de la rama de un árbol y se preparó para saltar, calculando que no fuera a caer mal. Al no tener mucho tiempo para pensar en ello, optó por lanzarse rápidamente, y en poco tiempo ya estaba deslizándose por el estrecho agujero que la llevó a su destino; su lugar especial.

El campo de flores que normalmente podía apreciarse allí en ese momento no tenía la misma belleza de siempre. Su época de floración no había llegado todavía, y por lo tanto el paisaje se limitaba a un amplio campo con flores esperando la llegada de la cálida primavera para poder nacer. Los rayos del sol iluminando el lugar junto con algunas nubes, que no llegaban a amenazar el bonito clima, y por último, el césped cubierto por una fina capa de nieve.

Mirai respiró profundo, sintiendo el aire helado llegar hasta sus pulmones para luego volver a salir de ellos. Se hubiera quedado en ese mismo lugar si no hubiera visto a alguien a lo lejos, a quien no tardó en reconocer. Frunció el ceño y gruñó por lo bajo, haciendo un pequeño puchero de forma inconsciente.

Miró hacia el cielo como si estuviera charlando con alguna deidad.

— Ya entendí, universo. ¿Es esta es tu manera de decirme que no puedo escapar de las visiones? Deja de molestar.

Bajó su mirada hacia la persona que observó a lo lejos; el chico que había aparecido en sus sueños hacía dos semanas y que era la razón por la cual no había vuelto a dormir. Se prometió a sí misma que no quería seguirse involucrando con eso, pero el recuerdo de él muriendo en medio de la nieve la hacía sentir de alguna manera culpable, en especial por la frase que escuchó de él; “no hay manera de ser salvado”.

Se maldijo a sí misma por tener un buen corazón; ella quería salvarlo.

A ella le hubiera gustado que alguien lo hiciera por ella también cuando lo necesitaba, y no hacer nada cuando sabes que alguien va a morir la iba a torturar hasta el día de su muerte.

Caminó en dirección a aquel chico de ojos violetas, con el sonido de sus pisadas sobre la nieve siendo lo único que podía oír. Ese mismo sonido llamó la atención del chico, quien se volteó al escuchar a alguien acercarse a él.

Una vez Mirai estuvo frente a él, se miraron a los ojos por un par de segundos.

— Bonita cicatriz la que tienes ahí. — él fue el primero en hablar.

— Oye. — ella ignoró su comentario. — ¿Cómo encontraste este lugar? — era algo que se preguntaba. La gente siempre solía merodear alrededor, pero nadie jamás había entrado totalmente.

— Sólo caminé y aquí estaba. — le contestó de mala gana. — ¿Y tú? ¿Qué haces aquí?

— Este es mi lugar especial; nadie viene aquí y de pronto aquí estás.

— Hmm... — miró hacia otra parte. — ¿y por qué dices que es tuyo?

— Vengo aquí desde que tenía esta altura, — hizo una seña usando su mano para mostrar que era muy pequeña en ese entonces. — ¿entiendes? Este lugar es mi refugio.

— ¿Refugio?

— Sí, refugio.

— ¿Y de qué te refugias? ¿Tiene que ver con tu cicatriz?

— Pues sí, pero ese no es el punto, yo- olvídalo. — no le costó mucho entender que él parecía una persona complicada; así que se recostó en el suelo.

— ¿No me vas a echar de tu lugar especial? Después de todo, dijiste que era tuyo. — lo vio sentarse a su lado.

— No me molesta compartir.

— ¿De qué te estás refugiando ahora?

— Es complicado, no creo que sea buena idea decirle de esto a un extraño.

— Supongo que sí.

— Pero.... estoy deprimida.

— ¿Entonces te refugias de la depresión?

— Podría decirse que sí; el universo ha sido muy cruel conmigo toda mi vida. Es difícil para mí encontrar la felicidad verdadera; aunque tengo amigos y todo eso...

— Creo que puedo entender eso. — la miró de reojo. — ¿Y qué fue lo que te pasó?

— Muchas cosas, pero en resumen, mi vida ha sido horrible desde que tengo memoria. Mi mamá era muy mala, y odiaba cualquier cosa que hacía.

— ¿Cómo defines “cualquier cosa”?

— Si hablaba sin su permiso, me golpeaba. Si algo se rompía, era mi culpa y volvía a golpearme; incluso si no era mi culpa en realidad. Si le pedía salir a jugar o hacer cualquier cosa que haría un niño normal, me golpeaba. Si no cumplía sus expectativas, me golpeaba y me encerraba en el armario; pasaba días sin dormir ni comer por la ansiedad... tal vez por eso ahora no me afecta tanto, quizás ya estoy acostumbrada.

— Entiendo.

— Un día, cuando era pequeña, me escapé de casa porque ya no podía soportarlo más; fue entonces cuando encontré éste lugar, y ha sido mi refugio desde entonces. Me siento mejor sólo con estar aquí.

— Entonces por eso es tan importante.

— También fue mi madre quien me hizo ésta cicatriz, y después de eso no la volví a ver. — el contrario giró su cabeza para mirarla. — Bueno, hasta hace poco; me dio mucho miedo tenerla enfrente, y quería llevarme a quien sabe donde sin ninguna explicación. Después de todo lo que hizo... después de abandonarme; pensó que sería así de fácil, pero a veces me pregunto por qué me odiaba tanto y por qué se fue.

— Quizás sea mejor que no sepas; la razón puede no gustarte.

— ¿Cómo lo sabes?

🔮 Antes no les dije, pero hoy es el cumpleaños de mi perrita Aika y ya tiene 4 años 😭💞✨💗

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.