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9 de noviembre, casa de Mirai

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9 de noviembre, casa de Mirai.

Tres días.

Fueron tres malditos días los que pasaron y Mirai seguía sin aparecer.

A este punto, Shuji ya estaba más enojado con la policía por no encontrarla que preocupado por el estado de su hermana.

Había sido idiota y lo sabía; dejó a Mirai irse estando confiado de que volvería, incluso teniendo en cuenta la situación. Por supuesto que era normal que ella tuviera preguntas, y quizás se hubiera ahorrado todo lo que ahora le estaba pasando si tan sólo no se hubiera negado a contarle lo sucedido.

Si hubiera sido honesto, nada de lo que estaba ocurriendo hubiera pasado, pero para su desgracia el asunto de su madre era un tema delicado y difícil de tratar; a él tampoco le gustaba recordar lo que sucedió ese día en que su hermana pequeña se hizo la cicatriz porque de cierta forma se sentía culpable por ello.

Desde que eran pequeños, el favoritismo de su madre hacia el mayor de los dos era más que evidente, y no era algo que ninguno podía cambiar; fue por esa razón que ambos se limitaron a darle la razón a su progenitora.

Fueron unos 8 años que Mirai sufrió de los abusos de su madre, ¿y qué hacía él al respecto? Absolutamente nada. Jamás se atrevió a contradecirla por pensar en que podría resultar en algo peor; pensó que si ignoraba la situación y hacía como si no estuviera viendo cada vez que la mujer golpeaba a su hija sin piedad alguna, él iba a poder salvarse de algo igual de horrible.

También llegó a pensar en que si por algún motivo llegaba a tratar de rebelarse contra su mamá para salvar a su hermana, sólo lograría enfurecerla más y no dudaba en que ella sería capaz de matar a su propia hija; porque hasta para un niño pequeño era evidente el odio en la mirada de la mujer cada vez que veía a la pequeña.

Nunca lo mereció, en especial porque ella siempre había tratado de complacer a la mujer que le había dado la vida, y simplemente no fue capaz de cumplir sus expectativas.

Y cada día que pasaba desde el accidente, Shuji se arrepentía de haber sido tan cobarde como para proteger a Mirai; se suponía que él era la única persona con la que podía contar y le falló. Fue por esa razón que él mismo insistió para que ella aprendiera a defenderse por su cuenta; sabía que no siempre podía estar con ella para cuidarla de cualquier peligro.

En especial su cabeza, eso era lo que más le preocupaba. Su cabeza se había vuelto más frágil que un huevo desde el día del accidente y con cualquier golpe podría pasarle algo muy grave.

Supuso que la situación que estaba viviendo era la vida dándole su karma por no haber hecho lo que debía cuando pudo. Sin embargo, sólo podía esperar a que la policía no fuera tan inútil como él pensaba y que encontrarían a su hermana sana y salva.

Un puente en algún lugar, con Mirai.

La menor de los Hanma se encontraba parada en un puente nada transitado y completamente vacío, admirando todo lo que tenía enfrente de ella y, como es de esperarlo, muriéndose de hambre por no haber comido en dos días.

Future Vision - Kisaki Tetta X OC Donde viven las historias. Descúbrelo ahora