Mirai siempre fue una chica muy especial, sólo que ella no lo sabía.
No iba a ser hasta el día en que empezó a tener sueños extraños que se daría cuenta del don con el que nació.
Kisaki Tetta X OC
Hago una historia de Kisaki porque lo amo y casi no...
Ando re asustada porque me desperté de una pesadilla lpm es como la tercera vez esta semana
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Matchi se paró frente a la puerta de la habitación de Kisaki y la abrió con cuidado; era la primera vez que estaba allí y tenía bastante curiosidad por las cosas que podrían haber ahí adentro, como si fuera una aventurera explorando territorio desconocido. Las luces estaban apagadas, y toda la habitación tenía el mismo aroma que él tenía siempre.
— ¿Hola...? — alargó la última letra. — ¿Estás dormido o algo así? —
— No, estaba tratando de distraerme un poco mientras tú estabas allá. — se sentó sobre su cama. — ¿Ya terminaste de hablar con mi mamá?
— Sí, de hecho tu mamá quiere que me quede aquí por hoy porque ya es tarde para irme a mi casa; hasta me mandó a dormir aquí.
— Es comprensible. — se quedaron en silencio un momento sin saber realmente qué decir. Era una situación algo inusual entre ellos, que casi siempre hablaban sobre cualquier cosa que venía a sus mentes, pero ahora los dos se vieron envueltos en un silencio algo incómodo.
— ¿Estás enojado porque tu mamá me mostró las fotos de cuando eras pequeño? — le preguntó por la primera explicación que se le ocurrió para su actitud.
— No, sólo me sentí muy avergonzado; perdón si te hice sentir así. — la contraria se acercó hasta sentarse a su lado.
— ¿Qué tienes?
— Sólo pensaba... pero creo que si mi mamá ya te mandó a dormir entonces es lo que deberíamos hacer. — se quitó sus lentes para recostarse en su cama con más comodidad. — Ven aquí. — dio un par de palmaditas al espacio junto a él.
Sin decir nada más, ella hizo caso a su petición y se recostó de manera en que podía verlo perfectamente. Se acercó más a él queriendo un poco más de calor y rodeó su torso con sus brazos, buscando también percibir su aroma cerca del hueco de su cuello.
— ¿Seguro que está todo bien?
— Sí, es en serio. —guardó silencio un momento. — Lo siento si mi mamá te hizo sentir incómoda con sus preguntas; ya me esperaba que hiciera algo así.
— No hay problema; tu mamá me cayó bien.
— Y tú también le agradaste a ella, pero me preocupaba un poco porque ella siempre quiso que la persona con la que saliera algún día fuera buena, inteligente e independiente... básicamente perfecta.
— Ella no parece ese tipo de persona.
— No, ese es exactamente el problema; por eso es que me alegra que tú le agrades porque no soportaría que me diga que debo terminar contigo o algo así. Incluso te dejó entrar a mi habitación y te invitó a quedarte; eso es un alivio.
