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— Ya Mirai, no te pongas a chillar

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— Ya Mirai, no te pongas a chillar. — le reclamó Baji. — En un principio fuiste tú la que quería hacer ésto.

— No es cierto, fuiste tú el que me dio la idea de los piercings.

— Bueno, pero nadie te dijo que te lo hicieras en la lengua; ni siquiera te han hecho nada todavía.

— Ya, pero ¿me va a doler?

— Obviamente. — respondió Chifuyu.

— Bueno ya, mientras más lo piense más voy a tardar; haré lo mismo que cuando decidí hacer ésto en primer lugar. No pensaré.

Así fue como Mirai se hizo un piercing en la lengua, y aunque gritó y le dolió bastante pudo superarlo. Al final no fue tan malo como ella pensaba.

— A ver, saca la lengua. — ella hizo caso a lo que dijo Baji.

— ¿Te duele mucho? — le preguntó Mitsuya; ella tan sólo asintió.

— ¿Aún quieres hacerte perforaciones en la oreja? — le habló esta vez Chifuyu.

Ella respiró profundamente y asintió; la lengua le dolía mucho como para hablar.

— Mirai es una masoquista. — dijo Baji. — Pásame tu teléfono.

— ¿Para qué quieres mi teléfono? — habló sintiendo un gran dolor en su boca al haber tratado de hablar.

— Te voy a tomar una foto.

— Bueno, como quieras; de todas maneras la puedo borrar luego. — prefirió no hacer más esfuerzo en hablar.

— Oye, no seas así. — le reclamó el azabache a la vez que recibía el teléfono. — Tu teléfono es muy diferente al mío, ¿cómo es que-

Mientras inspeccionaba el aparato con una sola mano, se le terminó resbalando y cayó al suelo, destrozándose en el proceso. Mirai aguantó las ganas que le entraron de gritarle a Baji ya que aún le dolía la boca, pero sí lo fulminó con la mirada para hacerle saber su enojo.

— No puede hablar, pero por su cara deduzco que está molesta contigo. — intuyó Chifuyu.

— Lo siento, fue un accidente. Pero en mi defensa, tú teléfono no aguanta nada.

— Podemos ayudarte a comprar otro. — sugirió Mitsuya al notar que la mirada furiosa de Mirai había cambiado a una de tristeza.

Lo que pasa es que recordó que ahí tenía el número de Kisaki.

Y si no sabía dónde estaba entonces no le podía pedir su número de vuelta.

— Mira como dejaste a la pobre Mirai; — mencionó Chifuyu. — la pobre entró en depresión.

— ¿Por un teléfono? — cuestionó el azabache.

— Piensa en que ahí tenía todos sus contactos. — dijo Mitsuya.

Future Vision - Kisaki Tetta X OC Donde viven las historias. Descúbrelo ahora