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¿Cómo están? Acá andamos.

— ¡Heeeey! — Smiley llegó junto a Angry

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— ¡Heeeey! — Smiley llegó junto a Angry. — Sabemos dónde está el escondite de Tenjiku.

— Súbanse a la moto. — siguió el menor. — ¿Me devuelves las galletas? — se dirigió a su hermano.

— Te las estoy cuidando.

— Estoy seguro de que hay menos que antes.

— Oh no, tendré que cuidarlas mejor.

Y de nuevo, emprendieron su camino.

— Entonces, ¿qué clase de pandilla es Tenjiku? — le preguntó Takemichi a Smiley.

— Fueron creados recientemente, así que no tenemos mucha información sobre ellos; ¿cierto Angry?

— Sí, pero estamos seguros de que son peligrosos. Tal vez sean una pandilla nueva, pero ya han conquistado a todas las pandillas de Kanagawa.

— Bueno, no todos son monstruos como Mocchi... — volvió a hablar el mayor.

— Ellos son muchos... ToMan apenas puede oponerse. — dijo Takemichi.

— Me pregunto si toda esta situación terminará bien... — dijo Mirai. — Tengo un mal presentimiento sobre todo ésto.

— Y los presentimientos de Mirai no suelen ser al azar. — agregó Angry. — Quizás haya que tener más cuidado del que pensamos.

— ¿Dónde están los miembros de Phoenix ahora? — le preguntó Chifuyu.

— Envié una parte a investigar la zona para ver si descubren algo; el resto están repartidos entre varios lugares para buscar a los otros miembros de ToMan, asegurarse de que estén bien, quedarse con ellos y, en dado caso, ayudarlos. No digo que sean débiles, pero teniendo en cuenta la diferencia numérica consideré que sería mejor si estaban acompañados.

— Tú casi siempre tomas las decisiones correctas, — habló Smiley. — por eso Mikey confió en ti para ser nuestra aliada.

— Entonces, son 300 miembros aquí en Yokohama y otros 300 por todo Tokyo defendiéndonos. — repitió Angry. — Creo que la situación lo amerita; es lo más razonable que podías hacer por ahora.

Mirai suspiró pesado. Normalmente disfrutaba de conducir en su moto; la sensación de adrenalina que recorría cada parte de su cuerpo al acelerar y sentir la brisa en su cabello era única, y siempre le servía para despejar su agitada mente de los problemas que cada día parecían empeorar.

Pero ese no era el caso, ahora estaba conduciendo para resolver uno de esos problemas, y de alguna manera, le molestaba. Se preguntó por un momento por qué no podía tener una vida normal sin tener que haber nacido con el don de ver el futuro, porque ver las muertes de los demás, saber exactamente qué ocurrirá y cargar con el peso de tener que arruinarlo todo era horrible. Probablemente el único que podría entender aquello era Takemichi, quien después de todo estaba dispuesto a salvar, no sólo a Hina, sino a todos sus amigos que murieron en el futuro; ella misma estaba incluida ahí.

Aún así no podía evitar sentirse incomprendida; la ansiedad la estaba carcomiendo desde que cayó en cuenta de que sus sueños eran visiones del futuro, y de eso ya había pasado casi un año. No podía dormir tranquila en las noches teniendo miedo de lo que podría llegar a soñar, y aunque tampoco podía evitar dormir del todo y terminaba haciéndolo aunque sea unos minutos o pocas horas, siempre volvía a ella el mismo problema. Sentirse sola en ese sentido era una tortura, porque no podía contarle a nadie para desahogarse.

Después de todo, el momento más solitario en la vida de una persona es cuando está viendo como su mundo se desmorona, y lo único que puede hacer es mirar fijamente.

Así se sentía ella cada vez que veía el futuro; las cosas cada vez siendo peores que en el anterior.

Quizás hubiera estado mejor si ignoraba su primera visión; entonces nunca le hubiera hablado a Kisaki, y vaya que eso le hubiera evitado problemas. Pero si lo pensaba bien, ella no deseaba eso; incluso estando profundamente dolida sería queriendo a Kisaki y eso no lo podía cambiar de la noche a la mañana. Tampoco podía darse el lujo de perdonarlo como si nada hubiera pasado, a pesar de que él se disculpó con ella al menos unas 30 veces, pero ella no tenía idea de si realmente lo sentía o si sólo eran disculpas vacías. No lo sabía, ni podría saberlo jamás, pero probablemente si Kisaki le demostrara que las cosas que decía eran en serio... entonces quizás... tal vez lo perdonaría.

¿Quién necesita a alguien de todas maneras?

“Sé buena con los demás y terminarás más sola de lo que ya estás” era lo que solía decirle su madre; era su forma de enseñarle que no importaba si era buena con los demás, ellos la seguirían tratando como basura.

Odiaba cuando tenía razón.

Realmente lo odiaba, y aún así la vida seguía demostrándole lo contrario; la realidad del mundo cruel e hipócrita en el que había nacido, al menos para ella. No recordó una sola vez en que el universo fuera bueno con ella, ni siquiera cuando su madre se fue de su vida, ni cuando hizo amigos, ni cuando encontró cosas que le gustaban; toda la existencia de Mirai se resumía un aflictivo lapso eterno de sufrimiento.

Era un sentimiento horrible, y deseaba poder hacer desaparecer sus emociones en vez de sólo reprimirlas.

Pero, ¿qué más podía hacer? Sólo le quedaba tratar de disimular lo mejor que pudiera sus inquietudes y así evitar hacer un escándalo innecesario.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos al darse cuenta de que ya habían llegado a su destino; no había hablado más en todo el camino.

Bajó del vehículo y se adentró junto a sus amigos en el escondite de Tenjiku, donde se encontraron a una gran cantidad de personas.

— Wow, esto es... mucho más de lo que esperaba. — mencionó Chifuyu.

— No me molesta golpear a tantos. — siguió Smiley.

— Vayámonos si es que resultamos heridos. — habló Angry.

— Demasiada gente... — susurró Mirai.

— Así que este es su escondite, o más bien...

— Caímos en su trampa. — Angry habló, sabiendo exactamente en qué estaba pensando su hermano.

— Nos estuvieron esperando. — dijo Chifuyu.

— ¿Eh? Él me parece conocido. — habló Takemichi para sí mismo.

— Supongo que te refieres a la persona que está parada en medio de todos, — insinuó Mirai. — pero... ¿de qué hablas?

— No recuerdo si lo conozco.

— Así que viniste.

🔮 Hoy no tengo nada que contarles, ¿cómo están ustedes? A mí no me han quitado el Internet aunque se supone que se iba desde hace casi tres jsahajsja

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🔮 Hoy no tengo nada que contarles, ¿cómo están ustedes? A mí no me han quitado el Internet aunque se supone que se iba desde hace casi tres jsahajsja

Quizás más tarde actualice la historia de Kazutora, si aún tengo internet.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.

Future Vision - Kisaki Tetta X OC Donde viven las historias. Descúbrelo ahora