Mirai siempre fue una chica muy especial, sólo que ella no lo sabía.
No iba a ser hasta el día en que empezó a tener sueños extraños que se daría cuenta del don con el que nació.
Kisaki Tetta X OC
Hago una historia de Kisaki porque lo amo y casi no...
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— ¿Qué dijiste?
— Me gustas mucho.
— ¿Estás alucinando por la fiebre? Tiene que ser eso.
— ¿Nos podemos casar?
— Estás empezando a decir cosas muy raras. — pensó por un momento; quizás ahora sí podría preguntarle a Mirai lo que quería saber. — Oye, Mirai.... dejando ese tema de lado, ¿de casualidad puedes ver el futuro?
— No lo sé.... tal vez sí..... o tal vez no...
— Eso no me ayuda; ¿qué tal un secreto? ¿Tienes algún secreto?
— Hmm.... sí, tengo uno, pero no se lo digas a Kisaki. — con eso confirmaba que ella sí estaba alucinando.
— Bueno, te prometo que no le diré nada a él.
— Él es muy importante para mí, y me gusta mucho, pero no le quiero decir porque sé que a él le gusta Hina; aunque ella ya está saliendo con el tal Takemichi.
— ¿Ella qué?
— Además estaba muy confundida; jamás había estado enamorada antes ¿sabes? Mamá decía que no valía la pena amarme, así que jamás me preocupé mucho por eso. Pensé que si nadie se enamoraba de mí entonces no valía la pena enamorarme de nadie, pero creo que lo que siento por Kisaki es más que amistad; me gusta estar con él y la verdad desde que nos graduamos lo había extrañado mucho.
— ¿En serio?
— Sí, por eso también me sentí mal cuando mi teléfono se rompió y perdí su número.
— Ay Mirai, ¿recuerdas con quién estás hablando?
— ¿Con Kisaki?
— Ajá, y me acabas de decir todo ésto, ¿te das cuenta de lo que hiciste? Mirai, es como tú dijiste; a mi me gusta Tachibana.
— Lo sé.
— ¿Y por qué me dijiste todo eso entonces? ¿Sólo por la fiebre?
— Es que quiero que seas feliz incluso cuando no es conmigo, o con Hina. Quería que lo supieras, y precisamente no quería decirte porque sabía que me ibas a rechazar; no es tanto que me duela, pero.... no quiero que dejemos de ser amigos por culpa de mis sentimientos. — se sentó en su cama.
— Pero, ¿en serio sientes todo eso por mí? ¿Hablas en serio?
— ¿Bromeas? Jamás había hablado tan en serio. — estornudó.
La mirada de Kisaki terminó dando con el pequeño escritorio de Mirai.
— ¿Todavía tienes ese libro que te di? Pensé que lo habrías tirado o algo.
— Yo no haría eso, aunque no me gustan las plantas.
— ¿No? ¿Y por qué lo aceptaste? Más bien, ¿por qué lo conservas?
