Rick Grimes o Andrew Lincoln~One Shots.
Acepto pedidos de personajes y o situaciones.
HISTORIA VIEJA | Perdón por todo lo que escribí, hoy en día me avergüenzo
Caminé por el porche de mí casa la cual compartía con mí novio y sus hijos que también eran como míos.
Me senté en la silla y tome un sorbo de mí limonada. Esperaba con ancias que Rick volviera de su excursión, no había pasado ni un día entero y ya lo extrañaba como si se hubiese ido tres meses.
Y allí fue cuando lo vi venir hacia mí.
Corrí a abrazarlo.
-Rió.-Solo pasaron nueve horas, cariño.
-Sabes que me aterra que te pase algo cada vez que sales, y ademas dijiste que tardarias solo cinco horas.-Deje de abrazarlo y tome su lindo rostro.
-Si...pues, tarde más por qué traje una sorpresa.
-Cómo siempre, me haces acordar a cuando mí padre si iba de viaje de negocios cada semana y me traía algo caro.-Reí
-Esto será mucho mejor que cualquier regalo que te allá dado.-Aseguro el castaño y entramos a la casa.
-Cierra los ojos y espera aquí, mí regalo espera afuera.
-¿Que está tramando señor Grimes?Reí divertida, siempre se le ocurría algo que me dejaba boqui abrierta.
Oí como Rick volvió a entrar por la puerta y me pidió que no abriera los ojos aún.
Sentí como se sentó a mí lado y rió.
-Ábrelos.
Abrí mis ojos y pude ver cómo mí novio sostenía a la cosita más linda que vi en el mundo.
Un perrito.
Blanco cual nieve, dentadura perfecta y blanca, ojos negros cual carbón y patitas cortitas acompañadas de su collar rosa.
Comenzé a llorar, que te den un perrito es una sorpresa bastante linda y más viniendo de mí novio.
-Rick...-Lloroze.-Es hermoso, gracias.-Dije mientras tomaba al pequeño perrito en mis brazos y lo acariciaba.
-Se que amas los animales y más los perritos de esta raza. Lo vimos afuera vagando solo por las calles, según Daryl tiene cinco o seis meses de vida.
-¿Y su mamá?
-No sobrevivió. La mordieron.
-¿No había más perritos?
-De echo...
-¡¿Trajiste más?!-Grite emocionada.
-Tranquila.-El castaño rió y de la puerta del baño saco a otros dos cachorros. ¿En qué momento lo había entrado?
De allí salieron dos cachorros más. Uno color café y el otro negro, los tres distintos pero hermanos.
-Uno es para Carl, y el otro supongo que para mí por ahora, pero cuando crezca se lo daré a Judith.
Abrazé a mí novio mientras oía como los cachorros empezaban a jugar.
-Es el mejor regalo del mundo.
-Me alegro de que te haga feliz.
-Tu me haces feliz.
-Sonrió.-Y tu a mí, mí vida.-El castaño tomo mí rostro en sus manos y me beso muy delicadamente, estábamos disfrutandolo.
No sabía cómo cuidar un cachorro, menos tres. Pero si de algo estaba segura era de que Rick estaba feliz y su el lo estaba yo también.
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