Rick Grimes o Andrew Lincoln~One Shots.
Acepto pedidos de personajes y o situaciones.
HISTORIA VIEJA | Perdón por todo lo que escribí, hoy en día me avergüenzo
Había sido un día normal en el apocalipsis viviendo en Alexandria, siempre la misma rutina.
Mí novio se acercaba a lo lejos con unas flores muy bellas en su mano.
—¿Y esas flores?—Pregunte y bese su mejilla
—Para ti...—El castaño de las entrego y sonrió con su inigualable sonrisa encantadora.
—¿Y por qué estás tan feliz?
—Es mí manera de pedirte una cita...hoy en el lago a las ocho en punto.
—¿Que harás? ¿Picnic? ¿Algo romántico? ¿Una cena?
—Una sorpresa. Solo te diré que te arregles mucho, mucho mucho.
—Eso haré, señor misterioso.—Reí y al instante corrí a mí casa a buscar algo en mí armario que sea apropiado, faltaba solo una hora.
Se me pasó el tiempo volando mientras revolvía todo mí armario e hize un reguero en toda mí habitación, pero nada, nada de nada...hasta que mí mejor amiga apareció en mí habitación.
—Rosita.
—Ten esto, te servirá para tu cita.—Rosita me entrego un maravilloso vestido.
—Pero, si yo no te conté sobre-
—Cállate y apúrate, tardaste mucho y todavía te falta arreglarte más.
—Bien, bien.
Al instante que Rosita se fue me puse el hermoso vestido con unas zapatillas verde claro.
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Luego arregleun poco mí cabello y salí de inmediato corriendo de la casa, tan solo faltaban tres minutos para las ocho, y claramente Rick me había dicho : “Ocho en punto”
Corrí hasta llegar al lago y allí estaba Rick.
Vestido con una camisa elegante, su mejor pantalón y zapatos de vestir.
Muchísimas velas decoraban y alumbraban todo el lugar, había un camino de pequeñas flores frente a mí. Caminé hasta llegar a Rick y no pude evitar que mis ojos se llenarán de lágrimas.
Los hermosos ojos azules de Rick invadieron los mios haciéndome temblar. Al instante en que me vio a los ojos se arrodilló y quedé boqui abierta.
—________ __________, ¿Me harías el honor de ser mí esposa?—Abrió una pequeña cajita en dónde se encontraba un anillo que parecía contener un diamante ¿De dónde rayos lo había sacado?
—....¡Si! ¡Si! ¡Un millón de veces, sí!
Ahora mí prometido colocó el anillo en mí dedo, se incorporo y me levanto en brazos dándome un beso inolvidable.
—Te amo.—Sonreí y lo mire de nuevo.
—Y yo a ti, señorita Grimes.—Rió, acaricio mí rostro y una enorme sonrisa acompañada de lágrimas se formó en su perfecto rostro.
Jamás olvidaré ese día...el mejor día de mí vida.
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