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Leire se estaba arrepintiendo de la misión. Nunca había sido exactamente una aventurera. Si, hacia trabajos pesados, pero era una princesa por lo que recorrer el mundo muertos que habitaban no era algo que se le permitiera.

—  Entonces. — Dijo Gabby, su mejor amiga y guardiana de cierta forma. — ¿Solo caminaremos hasta encontrar uno? Vaya, parece ser muy fácil.

— Te amo, pero no necesito de tu ironía.— Contestó Leire amarrandose el largo cabello negro.

— ¡Solo acepta que es una mala idea!

— ¿Entonces quieres que vaya a rogarle a Draker para que él me embarace? Si, claro. Eso no va a suceder. Debemos vencerlo.

— Escucha, sé que estás enojada por perder a tu mamá y ocultar a tu hermanito pero ahora eres la líder así que debes pensar en que es lo mejor para el pueblo.

— Lo mejor ahora es vencerlo, justamente porque soy la líder hago este viaje. Si puedo encontrar uno y convencerlo de que nos ayude...

—¿Que? Si sabes que son unas bestias  ¿Verdad? En el hipotético caso que puedas razonar con ellos ¿Por qué nos ayudarían?

— Tenemos varios recursos.

— No creo que sea suficiente Leire.

— En este mundo nada es suficiente Gabby.

— Son bestias Leire.

— Alguna vez fueron humanos.

— "Alguna vez"... Leire.

Leire no dijo nada, odiaba que Gabby tuviera cierta razón sin embargo, era su única esperanza.

La Tierra antes había sido un planeta hermoso, precioso, con una tecnología sorprendente y mucha población. Pero fue justamente eso lo que le llevó a la ruina. Una onda radioactividad creó un virus que afectaba demasiado a los hombres, pocas mujeres murieron, pero los hombre sufrieron demasiado en poco tiempo dejando una poca población que misteriosamente sobrevivió al virus pero fueron muriendo de vejez.
Sin embargo, estos honbres fueron porcreando con el tiempo permitiendo la población seguir, mucha de la radioactividad destruyó la tecnología humana, como también la misma humanidad, por miedo, dejó de usarla volviendo a la edad medieval pero con un poco de tecnología que no representará un serio peligro.

También existe otra población masculina, una que de cree que es muy basta. Sin embargo, estos hombres aún estaba en el vientre de su madre o en los primeros meses de vida post natal cuando el virus azotó al planeta y, aunque algunos murireron, otros sobrevivieron pero su genes cambiaron y se dicen que se transformaron en bestias. Nadie ha escrito exactamente como lucen pero se dicen y se ha leído en los pocos registro que hay, que son realmente más bestias que humanos aunque tienen una figura un poco humanoide.

Y son esas bestias con quienes la Princesa, actualmente Líder, Leire Belcourt quiere negociar por recursos por ayuda para derrotar al único hombre que deberían llamar bestia, monstruo, un ser asqueroso: Draker. Él es un hombre con una sangre inmune al virus y a las mutaciones, proviene de una larga familia donde procrearon varios hijos e hijas. Se dice que ellos habían encontrado la cura al virus pero solo lo aprovecharon para ellos, otros dicen que la familia Draker había credo el virus.

Nunca se supo si es verdad o mentira.

Pero Draker era un maldito hijo de puta que gozaba de la situación actual. Era el Rey en el Norte, su clan está compuesto por un gran número de hombres que en su mayoría son sus propios hijos o nietos. Hay pocas mujeres y son obligadas a hacer cosas que no deberían ser nombradas, lastimosamente los que intentaron escapar no pudieron ya sea por los peligros que hay en el camino hacia el sur o porque Draker las mató, y esto incluye a sus hijas.

Ahora en el Gran Clan del Sur, su clan, ya no hay hombres. Su tío fue el último hombre y murió de vejez, su hermano aún es muy pequeño para considerarlo hombre por lo que lo mantienen escondido por si alguno de los cazadores de Draker decidiera llevárselo. Porque si, ellos se llevaron a todos los hombres que encuentren.

Su única posibilidad era procrear con las Bestias o con Draker, ninguno de los dos sonaba una buena idea pero era preferible a las Bestias ya que está podría matarla y Draker podría torturarla y luego hacerse de su Clan lo que quisiera.

Entonces escapó del Clan dejando órdenes específicas por si nunca volvía y ahora estaba allí, dirigiendose al Este dónde el Reino de las Bestias y con él, varios peligros se almacenanban.

— ¿Escuchaste eso?— Se detuvo Gabby y Leire la miró confundida hasta que escucharon algo excarvar.

Rápidamente sacaron sus armas, cuchillos y lanzas, aunque no eran buenas para pelear aún así debían protegerse.
Gabby se acercó a dónde provenía el ruido con cuidado y Leire la siguió, lo siguiente que  contraron las dejó paralizada.

Un animal grande y de color violeta con azul, con una especie de melena y una larga cola negra estaba excavando algo. Muchos animales sufrieron también por la radioactividad y mutaron. Este animal podría ser lo que alguna vez fue un león.

— Con cuidado y en silencio retrocedamos.— Le susurró Gabby.

Ambas comenzaron a retroceder pero nunca falta una pequeña rama bajo tus pies para que se rompa escandalosamente y llame la atención del que podría ser el animal más peligroso que hayan visto.
Los ojos negros del animal se dirigieron a ellas gruñendo de forma amenazante y oliendo en el aire fue entonces cuando salgo hacia ella pero ambas humanas fueron más rápidas para esquivarla y echarce a correr a cualquier lugar.

— ¡RAPIDO VIENE DETRAS!— Gritó Gabby.

Leire estaba tentada a mirar si aún las seguía pero debía poner atención en el camino y correr con todo lo que pueda, era obvio que las seguía ya que se escuchaba el sonido se algo moverse entre la jungla.

—¡OH MIERDA!— Gritó frenando a tiempo antes de caer por el acantilado y detener a Gabby.

El agua corría muy rápido y no sabía si había algún peligro allí, si algún animal acuático las mataría o tal vez la corriente pero algo era seguro, el animal se acercaba más a ellas y las mataría sin duda alguna.

Leire miró a Gabby, su mejor amiga, su confidente, su hermana y se arrepentía de haberla involucrado. Gabby la tomó de la mano firmemente y asintió.

— Nacimos en el mismo día, moriremos en el mismo día. Pero juntas.

Entonces los pasos del animal estuvieron más cerca y ambas decidieron saltar al mismo tiempo.
El choque con el agua le sacó todo el aire a sus pulmones y se golpeó dolorosamente con algo en las piernas. Luchó por ir a la superficie y cuando lo logró vio que el animal no se animaba a saltar. Buscó a Gabby y está estaba nadando hacia ella, sin embargo la corriente fue muy fuerte y las arrastraba hacia rio abajo donde había una catarata.

— ¡DEBEMOS IR A LA ORILLA O SUJETARNOS DE ALGO! — Le gritó Gabby.

Ambas buscaron algo que las pueda ayudar sin embargo fue muy tarde cuando el agua las llevó con tanta fuerza al borde y apenas pudieron tomarse de las manos antes de caer por una gran altura y sabían que tal vez no vivirían.

— ¡GABBY!

—¡LEIRE!

y lo último que Leire vio con claridad después de caer por la catarata era mucha agua y sintió un inmenso dolor. Sin embargo, antes de desmayarse, siento dos brazos fuertes tomarla y vió un color azul con violeta en una gran forma sobre ella.

— ¿Eres una bestia? Si es asi...¿Me ayudarias? — Susurró antes de caer en un mundo negro donde podría ser la misma muerte.

Pero la muerte es fría y ella sentía mucho calor rodearla junto a un delicioso aroma masculino.

El Reino de las BestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora