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Leire no sabía si estaba loca o si... No, si estaba loca. Cada bocado de comida que entraba en su boca, las bestias parecían envidiar al alimento, era muy incómodo.
Ellos prácticamente no comían solo por mirarla embobadamente.

Leire los ignoraba, sus pensamientos iban y venían sobre lo que pago hace un rato cuando prácticamente le pidió al rey de las Bestias que fuera suyo como de un muñeco se tratara, lo peor es que le estaba perdonando la "violación", pues ella había venido con esa idea y, si es verdad sobre la toxina, entonces prácticamente le salvaron la vida.

—  Y... ¿Gabby? —  Preguntó tímidamente la princesa Belcourt.

— Tu acompañante humana está bajo el cuidado de Torhen. Aunque... Es un cuidado muy especial por lo visto.— Dijo Adoth pensativo.

— ¿Torhen?— Preguntó automáticamente la humana mientras volvía meter un pedazo de... ¿Conejo? No sabía ni lo que comía pero estaba delicioso de todas maneras o era su hambre haciendo presencia.

Estaba muy segura que era la segunda opción.

— El macho que criaba a tu Gabby.— Dijo Adoth.

En ese momento por la crudeza de las palabras, Leire casi se atoró con un pedazo de carne a lo que los machos se preocuparon mucho y Kraight fue el que la ayudó dándole "golpecitos" y Vulk le dio agua rápidamente. Leire la tomó sin pensar aliviando su trago grueso y respirando al fin con tranquilidad.

— ¡¿Estás bien Princesa?!— Preguntó Adoth asustado y Leire le fulminó con la mirada.

— Fuiste muy crudo. No se dice "criar" eso hacen los animales, se dice "follar", "hacer el amor", "tener sexo". ¡Joder! Incluso la palabra "aparearse" es mas aceptable.— Dijo suspirando cansada.

Las bestias se rieron ante el escándalo de la pequeña humana, les parecía tan adorables y bonita esa pequeña cosita, incluso cuando les miraba feo como ahora.

— Lo siento Princesa, tendré más cuidado con mis palabras.— Dijo Adoth mirándola con ternura, ella solo bebió más de su agua. — ¿Como te sientes ahora que has comido algo?

— Mejor... Pero sigo muy cansada...

— Es norrrrmal.— Dijo Kraight.— La toxina fuerte.

— ¿Por qué ellos no hablan idioma humano tan fluido como tú?— Preguntó Leire a Adoth.

— Soy el mayor y quién estuvo más tiempo con mis padres, ellos eran crías cuando ellos... Bueno, muerieron. — Leire lo miró alarmada, sintiéndose mal por ella pero Adoth solo le sonrió.— Saben un poco pero no tanto. Las bestias tenemos nuestro propio idioma.

— Podemos mejorar.— Dijo Vulk.

— El español ya era difícil para lo humanos en su tiempo, no se preocupen por eso.— Leire hizo su mejor esfuerzo por ser lo mas amable posible con él, especialmente porque le salvó la vida... Dos veces.

— ¿Leire, deseas dormir un poco más?— Pregunto Sven.

—¡Si! Estoy que me desmayo de cansancio.— Se quejó la humana moviendo su cuello contracturado.

— Vamos Princesa.— Dijo Adoth tendiendole la mano.

Leire dudo un momento para tomarla pero finalmente lo hizo, aunque una voz dentro de ella le decía "¡NO!". Leire se levantó con dificultad de las pieles donde estaba sentada pero aún así no dejó que él la cargará y él no insistió, aún parecían incómodos entre ellos luego del sexo.

— Te llevaría a mí cueva pero estás muy cansada  y no confío en tus piernas para sostenerte en todo el viaje hasta ella, así que dormirás en la cueva de Sven.— Dijo Mientras sacudía algunas pieles de la cama improvisada del macho.

Entonces Leire recordó levemente estar tendida sobre esas pieles mientras Adoth empujaba en ella y los demás besaban y lamian su cuerpo. Los pechos de Leire se sintieron muy pesados y sus pezones oscuros se tensaron, sintió un tirón en zona sur lo que la alarmó.

No me puedo estar volviendo a excitar.

— ¿Princesa?— Preguntó el macho mirándola preocupado.

— ¿Si?

— ¿Estás bien?

— Yo...— Meure suspiró frustrada.— Recordé un poco que ahí fue donde... Ya sabes.

— ¿Hicimos el amor?— Preguntó sonriendo la gran bestia pero Leire gruñó molesta.

— No hicimos el amor, tuvimos sexo.

— ¿No es lo mismo?— Preguntó confundido.

— No, hacer el amor es cuando tienes sexo con quién amas, de lo contrario solo es sexo.

— Ahhh... Ya veo.— Dijo el macho pensativo y luego le dio una mirada cariñosa.— Yo te hice el amor, aunque para ti es solo sexo.

Leire sintió su mandíbula caer ante las palabras del macho, sabía que lo decía enserio pues, lejos de los mitos extranjeros sobre las Bestias, ellos eran muy inteligentes al parecer.

Leire se recompuso rápido y miró hacia otro lado, aún con sus mejillas caliente ante la abrupta declaración. ¿Acaso las bestias siempre eran tan... Crudas y directas? Bueno, al parecer esa era su naturaleza.

— No digas esas cosas.— Dijo Leire acomodándose un mechón de cabello.

— solo dije la verdad.— Adoth se encogió de hombros y palmeó las pieles invitando a leire.— Pero... Ninguno de nosotros te tocará de nuevo si así lo deseas o hasta que tu quieras.

Leire se sintió a la cama tteoandose un poco por la cantidad de pieles y se acomodo para luego mirar al Rey frente a ella. Él aprecia sincero, todos parecían sinceros y eso le aterraba, la sinceridad no era normal en su cultura.

— Gracias.— Se limitó a decir y Adoth asintió.

— ¿Puedo...?— Dijo tímidamente el macho,incluso nervioso.— ¿Besarte la mejilla?

Leire jadeo levemente ante la idea de tocarlo. Le gustaba que le pidiera permiso para hacerlo pero era un poco raro aún,además él la miraba como si fuera un niño pequeño esperando la aprobación de su madre.

— Está bien.— Dijo finalmente

Adoth sonrió antes de acercarse a besarle la mejilla. El contacto de los gruesos labios calientes del macho sobre su piel fría, casi le hizo temblar. No sabía si estaba aterrada por tenerlo cerca o que con un beso inocente despertó en ella las ganas de besarlo.

Si, se había golpeado la cabeza sin dudas.

¿Como podría explicar el sentimiento agridulce había está bestia que la arropaba como una niña y le besaba como si fuera un niño inocente haciendo una travessura? Si, no lo sabía.

— Descansa Leire.— Dijo Adoth cuando se alejó de ella.

— Descansa Adoth.— Dijo en un tono que le quería suplicar que no se vaya pero él solo asintió y salió del lugar, dejándola sola y con mil y una teoría.

Genial, no dormiré de Nuevo.

El Reino de las BestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora