El Reino de las Bestias

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El camino hacia el escondite secreto estaba en el bosque, tuvieron que caminar entre pozos y muchas ramas caídas para llegar a la puerta de piedra que fue movida gracias a un sistema de poleas ingeniosa que crearon sus antepasados. La puerta estaba tan bien escondida que solo podrías llegar a ella gracias a una de las mujeres.

Por supuesto que había guardias, mujeres obviamente, cuidando a la puerta y no tardaron en sorprenderse no solo por la vuelta de su líder oficial sino por la bestia que la acompañaba.

Mientras que para Adoth, todas allí eran posibles enemigos y posibles víctimas de su ira si llegaban a poner un dedo sobre Leire.

- cálmate, vas a asustarlas.- le susurró Leire dando golpecitos en su lomo.

Adoth solo gruñó bajo y siguió a su reina bajando su mirada, por supuesto que estaba en su forma animal para más "comodidad" de las mujeres y no asustarlas más de lo que ya estaban.

El escondite era una cueva subterráneo que fue tallada para tener una escalera descendente y dar a una gran sala con varias divisiones, de alguna forma el suelo era liso y estable, había algunas pequeñas perforaciones de ventilación y por supuesto que la sala estaba amueblada y abastecida con todo lo necesario.

- Dos veces al año la arreglamos y llenamos de cosas, es un depósito pero es nuestro principal escondite en casi de guerra. -Le explicó Leire.-cuenta con varias habitaciones con comodidades básicas pero es suficiente para nosotros, nuestra biblioteca también está aquí abajo.

-¡¿Leire?!- exclamó una mujer mayor acercándose a ella casi cojeando.-¡¿Donde has estado?!

- Abuela...

-¡¿Leire?!- Exclamó otra mujer más joven que cargaba un latón con agua limpia.-¡LEIRE VOLVIO!

De inmediato muchas mujeres comenzaron a acercarse y murmuraban sobre el regreso de su líder. Adoth se sorprendió al ver la cantidad de mujeres de diferentes edades y no todas estaban ilesas, algunas parecían muy heridas desde quemaduras como heridas causadas por cortes. Se preguntó si podrían ser transportada por sus bestias.

Algunas mujeres no perdieron el tiempo y comenzaron a indagar sobre a Leire, aunque con tantas preguntas no la dejaban responder realmente.

- Pero miren que volvió.- dijo una voz femenina muy fuerte.- nuestra princesa volvió.

La mujer caminaba lenta y pisaba muy fuerte, pronto Adoth deslumbró a una mujer joven, morena y de cabello ondulado. Su mirada era salvaje y su expresión era ruda, incluso podría intimidar a sus machos más fuertes y rudos.

- Mara...

-¡Las traidora no deberían tener voz!- Le gritó con ira y Adoth se contuvo para no saltar sobre la mujer.- veo que... Trajiste a tu mascota.- Dijo la mujer mirando con desprecio a la bestia, increíblemente no se sintió intimidada como el resto de las mujeres.- ¿Otra boca que alimentar? Cómo si ya no tuviéramos escasez de comida y de agua limpia.

- Mara, si me dejas explicarte la sit...

-¿Explicar?- La rabia y la ira brillaban en los ojos oscuros de la mujer.- ¡Ye fuiste cuando más te necesitábamos! ¿Crees que una nota y lo solucionas todo? ¡¿Acaso sabes por lo que hemos pasado?! ¡Ni siquiera has dejado un plan de emergencia! - La mujer no gritaba pero su voz parecía mucho más fuerte con cada palabra.- ¡¿Esperaba que nos sentaramdo a esperarte?! ¡¿Y TE HACES LLAMAR LIDER?!

-¡NUNCA QUISE SER UNA LÍDER!- la corto Leire furiosa y tomó varias respiraciones para calmar su voz.- es verdad, pero me fui con la intensión de buscar ayuda porque solas no podremos y lo sabes.

-¿Y crees que esa decisión solo te corresponde a ti? Más allá de que seas o no la líder, somos lo que queda de nuestro pueblo. Una mujer menos es una baja muy importante, luchando juntas por sobrevivir sus que las decisiones las tomamos en conjunto y tu, Leire, eres la Princesa, eres nuestra líder... Y no te molestarte en comunicarnos tu decisión.- Mara se acercó a ella hasta quedar frente a Leire, quien era centímetros más baja que Mara.-¡AL MENOS DEBISTE DECIRME A MÍ! ¡SOY TU SANGRE, TU PRIMA! - Mara trago saliva y Leire sintió las inmensas ganas de bajar la cabeza.- ¡¿Crees que iba a estar tranquila sin saber si estabas viva o no?! ¡MALDICION LEIRE!