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Adoth se debatió entre entrar o no a la pequeña reunión de las humanas, la preocupación llegó hasta él y ahora no sabía que hacer. Conociendo a su Leire sabai que ella le diría que debía irse, pues su misil habia sido venir hasta aquí y pedirle ayuda, incluso ofrecerle un trato a cambio de ayudar a su gente y, aunque Adoth pensó que podía hacerla olvidar sobre tal asunto, era obvio que Leire solo tenía ese propósito.

¿Era así realmente? Él y sus hermanos la amaban demasiado, tenían ese sentimiento intenso  por ella, un sentimiento que quemaba y explotaba cada vez que la veían o rondaban en ella, era el amor más puro y bruto que podía existir ¿Ella lo sabia? ¿Sentía
lo mismo? Esperaba que si porque luego de ayudarla, porque lo harían, Leire tenía una decisión que tomar: quedarse a su lado o dejarlos.

—  Esa pequeña humana se veía muy desnutrida. —  Dijo Tavros mirando a su hermano. —  Parece que Leire siente amor por ella.

— Es su gente, es obvio que Leire siente amor por su clan, aún mas por una cosita pequeña como la humana en cuestión.— Dijo Sven suspirando.— me preocupa que las humanas, criaturas tan pequeñas y frágiles, se metan en la jungla y lleguen hasta aquí. Pueden morir.

— Creo que lo hacen bastante bien.— Sonrió Vulk.— parece que  son muy duras las hembras humanas.

— Y aún mas de los crees, escuché que soportan a lo hombres.— Bufó Tavros antes mirar a su hermanos con furia.— esos hombres las quieren poseer como si fueran ganados o algo parecido. No tienen respeto ahí afuera.

—¿Y crees que aqui adentro serán felices?— Preguntó Adoth sorprendiendo a sus hermanos.— ¿Creen que las humanas estarán mejor con nosotros?

— Bueno...— Sven se vio dudoso y por un momento pensó bastante.— Al menos tendrán derechos.

— Somos bestias.— gruñó Tavros.— somos más grandes,nomás amenazantes y nos emparejando por camada... Pero definitivamente nosotros las cuidaremos muy bien o mínimamente podemos ofrecer como una especie de colaboración.

— Podemos negociar. Ellas de seguro tienen muchas cosas o conocimiento que nos pueden ayudar.— Dijo Vulk oensativo y luego sonrió a su hermano mayor una sonrisa divertida.— mientras nuestros machos pueden intentar cortejarlas.

Adoth contuvo una sonrisa al imaginar a los machos bestiales intentar cortejar a una hembra humana, eso sin duda sería toda una situación cómica. Estaba seguro que tendría que hacer reuniones semanales para intentar instruir a los machos de como tratar a una hembra, no es que él fuera el mejor pero al menos Laire lo habai aceptado de inmediato a pesar de ella situación de su... Bueno, de la toxina y si le preguntaban, eso lo hacía experto en la materia.

— eso será una charla para otro día, ahora necesitamos hacer una reunión con todas las bestias para el ataque.— Adoth miró a sus hermanos antes de continuar.— independientemente de la decisión de nuestra Leire, vamos a ayudarla, necesito que todos los machos se preparen  para viajar y seguramente pelear.

— ¿Vamos solo así?— Preguntó Kraight quien era el que se mantuvo en silencio casi todo el momento, el cansancio era evidente en sus ojos amarillos y su plumas se veian casi sin brillo.— ¿Que haremos exactamente?

— Las hembras humanas corren peligro en donde están. Iremos por ellas, por todas del clan de Leire y las traeremos aquí, vamos a tener que hacer buenas camas y cazar más, estoy seguro que querrán estar juntos.— Adoth le envío una mirada a Tavros y él asintió.— Dejaremos unos machos a su cuidado, los menos... Gruñones... Y el resto tamaremos el territorio de Leire y esperaremos a los hombres. Las bestias voladoras tendrás que ir al territorio de Draker y espiar, ellos no nos conocen y no esperan que las bestias ataquen, ni por agua, tierra o cielo.

El Reino de las BestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora