La imagen destrozó a Leire, no esperaba encontrarse con algo tan ... Tan decadente. Cuando se fue su pueblo no había estado en las mejores condiciones por las sucesivas amenzas del bando contrario pero ahora esto... No podía procesarlo. Las casas más cercanas a la colina estaban destruidas, hbai edificios cayéndose por el deterioro del fuego que arrasó.
Quemaron su pueblo.
Su corazón se paralizó y las lágrimas comenzaron a picar en sus ojos, apenas podía respirar de la angustia, sus piernas apenas la sostenían pero estaba dicidida en encontrar a alguna de las mujeres de su pueblo, ellas eran inteligentes asi que sabrían como sobrevivir, o eso pensaba.
Corrió como nunca cuesta abajo, junto con Adoth. El macho no demoró en entender la situación y junto a ella, decidió aventurarse en ese caos y, con plagarias silenciosas a cualquier ser místico, comenzaron a buscar a las mujeres.
Leire sintió su corazón latir con mucho miedo y sus ojos comenzaban a aguarde pero ella se negaba a soltar las lágrimas al ver las casas quemadas, las huertas saqueadas y el molino de agua que ala ayudaba a moler los granos para obtener la harina estaba totalmente destrozado. Todo estaba destrozado y quemado, cada paso que daba solo pisaba trozos y trozos, el vidrio bajo sus pies crujia y Leire se giró para ver si Adoth no se lastimaba pero él estaba más preocupado por ella que de inmediato empujó contra su cuerpo para que se subiera en su lomo, a pesar de que quiso discutir, ella decidió obedecer porque sus propias piernas temblaban y sus lágrimas ya no se podían contener si seguían avanzando.
Adoth camino cautelosamente, sintiendo el dolor en su corazón al ver a su Reina derramar lágrimas oro si tierra. Comenzóa rezar silenciosamente por encontrar a alguna mujer viva, hasta ahora no vio ningún cuerpo pero era difícil saber si había alguno porque las casas ardían furiosamente.
Siguieron avanzando y Leire vio, lo que alguna vez fue su casa y el "Palacio" que habían vivido su familia y dónde ella vivía, en ruinas. No estaba totalmente destrozado y ya no ardía tanto pero sin dudas no era para nada habitable. Leire soltó un chillido y se tapó de inmediato la boca para evitar dejar escapa un grito desgarrador, para evitar avisar a la naturaleza como su corazón se desgarraba al ver qué su pueblo ardía en llamas.
¡¿Donde estaban las mujeres?! ¿Acaso esos hijos de puta se las habían llevado?
Sería lo más lógico, seguramente vino un ejército y se las llevaron al no estar su líder ¿Y su hermanito? El corazón de Leire s paralizó al imaginare a su hermanito ser sometido a las torturas y maltratos de esos hombres. No... Se negaba a creer en eso, además las mujeres de su pueblo eran muy inteligentes y valientes, tal vez huyeron... Tal vez...
Entonces de la nada, sin ningún previo aviso, una flecha corto el aire directo a Leire pero Adoth se movió más rápido tirando a Leire de su lomo hacia un lado y entonces él se puso alerta. Leire observó atenta a todos lados, esperando que los hombres atacaran pero se sorprendió cuandoo dos figuras encapuchadas salieron detras de los escombros de una de las casas destruidas y los apuntaban con arcos y flechas, le tomó solo unos segundo en reconocer a su gente.
— Abajo las armas. — Dijo a las chicas y ellas bajaron de inmediato y se acercaron más a ellos hasta que Adoth gruñó amenazante y ellas se detuvieron.
—¿Leire?— Dijo una de las figuras y se bajó la capucha para dejar ver una cabeza pelirroja y unos ojos tan verdes como los helechos.— ¿Eres tu?
— no, nuestra abuela, por supuesto que es ella.— Dijo la otra figura dejando caer su arco y avanzando hacia Leire con felicidad, en el transcurso su capucha se hizo para atrás y se dejó ver una chica rubia.—¡Leire!
Leire sonrió y se aproximó a abrazarla, ambas corrieron hacia Leire y casi saltaron sobre ella. Adoth no hizo nada, solo las miró con desconfianza mientras su compañera era apretujadas en un amoroso abrazo, las hembras comenzaron a llorar en los hombros de Leire y comenzaron a hablar muy rápido pero Adoth entendió que le estaban preguntando en tono de molestia el abandono de Leire.
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El Reino de las Bestias
RandomLa Tierra fue azotada por una tormenta radioactiva que poco a poco fue destruyendo la sociedad, enfermedades que llevaban a la muerte fueron las principales causas de está desaparición. Pero no desaparecieron todos... Los hombres fueron los más afec...