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Leire veía a 5 doble filas de bestias listos para partir frente a ella, su Rey estaba frente a ellos para darles las órdenes a seguro durante el viaje. Leire veía a las bestias tan serios como podían estar, algunas otras bestias, un grupo reducido, estaba preparando el lugar para las mujeres que se queden seguras.

Leire estaba algo nerviosa, aún estaba abrazando a Vulk, el cual no estaba del todo bien pero ni aunque le ruegue él se quedaría. Era muy terco y era en lo único en que no le obedecía a Leire.

—  Vulk...aún pienso que no deberías ir. —  le Murmuró Leire pero Vulk solo le miró y le dio una sonrisa divertida. —  Está bien, no diré más, me rindo 

La bestia tomó su mano y la beso, fue un beso tierno e íntimo pero también se sentía como un beso de una pareja casada por muchos años. Leire sabía que sus bestias la veían como la máxima devoción que ellos podía profesar pero ella los veía como sus compañeros de vida, las personas a las que me entregaba todo su corazón.

Leire simplemente abrazó a Vulk y observó como las tropas desplegaban marcha hacia su tribu. Las bestias decidieron ir en su forma animal para llegar rápido y no llamar la atención, aunque a Leire aún le seguía pareciendo que llamarían la atención pero supuso que ellos sabían camuflarse.

Aún así, estaba preocupada por muchas cosas, especialmente por como reaccionaria las humanas, rezaba porque no dijeran nada hiriente a las dulces y tiernas bestias, no quería que esté ejército entusiasta salieran heridos por palabras de personas ignorantes, ya demasiado habían pasado con sus padres abandonandolos como para escuchar más estupideces de la humanidad.

Leire se tensó al escuchar cuando las bestias voladoras iban a irse primero, su visión fue directo a Kraight quien lideraria al batallón, así que no vería a su macho por un día o dos y eso ya no le gustaba, se había vuelto posesiva y sabía que ellos lo sabían, incluso estaban disfrutando de eso, les gustaba su posesividad.

Leire se acercó a Kraight antes que comenzara a levantar vuelo, los demás machos se transformaron en una extraña criatura que aprecia un ave muy grande de color blanco con algunas plumas de colores verdes y marrones, asia eu seguramente se camuflarian. Él debió esperarla porque ni bien de acercó a él,  Kraight la abrazó y la besó como si no hubiera un mañana, su lengua se metió en su boca con tanta rapidez que se sorprendió de sentir la húmeda invasión, sus labios era implacables contra los suyos y su mano en su espalda baja se deslizó más abajo y el dio un suave apretón en su nalga lo que la hizo sonreír.

— Mí Kraight se está tomando más confianza.— Sonrió Leire acalorada, la bestia sonrió aún mas malicioso.

— Yo extrañar a Leire.— Dijo con dificultad y Leire lo abrazo muy fuerte.

— cuídate mucho, por favor, ten mucho cuidado ¿Si?

— si.— respondió con voz ronca antes de besar su cabeza y la soltó con resistencia.

Era muy difícil separarse, prácticamente se querían quedar dentro de la cueva y no salir nunca, pero eso afain cuando ganarán la guerra y las humanas estuvieran a salvo, por ahora tendrían que esperar.

Leire lo vio transformarse y antes de que esté despegara, lo acarició por unao segundos antes de irse con el resto de las bestias voladoras. Leire no dejo de mirarlo hasta que Kraight se perdió de su visión y ella fue abordada por Sven ahora, quein la abrazó por detrás.

— También irme, mí reina.— Dijo la bestia en su oído con voz ronca y Leire quiso aferrarse a él.

Leire se giró y vio como las demás bestias comenzaban a partir de allí, al menos no llamaba la atención. Leire vio a su bestia acuática y no tardó en besarlo con dulzura, pero él exigió más y más que la espalda de Leire chocó suavemente con un árbol mientras que Sven no podía dejar de tocar todo su cuerpo y besar cuello.

El Reino de las BestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora