4. El proyecto está caliente

1.6K 257 85
                                    

—¿Entonces si lo harás con Jools?

—Sí.

—¿Hacer qué?

Fanie se sentó con nosotras y preguntó con los ojos bien abiertos.

—Jools irá mañana a mi casa para hacer el proyecto para la feria de febrero —anuncié mientras abría mi caja de zumo—. Parece simple, pero estuve investigando y es un tema demasiado extenso.

—Oh, que raro. Creí que lo iban a hacer ayer.

—Si, bueno... tuvimos algunos problemas. Pero ahora sí que sí comenzamos.

Ella enarcó una ceja, curiosa, pero simplemente lo dejó estar.

—Haven, una pregunta —con la barbilla le hice una seña para que siguiera hablando. Ella miró para todos lados y luego tragó saliva. Parecía nerviosa. Entre las chicas nos miramos y pusimos muchas atención—. Tu... ¿Terrence Carson es tu novio?

Por un momento hubo silencio en la mesa, uno que a Fanie le pareció tenso, pero luego todas explotamos en carcajadas.

—¿En... enserio crees que... que Haven tendría... tendría novio? —preguntó Deana entrecortadamente.

—Pobre... ingenua.

Yo también reí, pero mucho más calmada que las histéricas de mis amigas. Fanie estaba confundida, mirando a todas con el ceño fruncido mientras nos reíamos.

—Nunca he tenido novio, Fanie —expliqué—. Las chicas se burlan porque ni siquiera e dado mi primer beso.

Bueno, eso le sorprendió más.

—¿Ni un beso? Pero...

—Soy mala haciendo amigos. Siempre me encuentran muy intensa y directa —ladee la cabeza—.  A las personas no les agrada la verdad.

—Ya veo —asintió y revolvió su ensalada—. Entonces eres virgen.

—Oh, sí —sonreí—. Soy virgen, pero también joven. Pronto llegará alguien que me folle bien du...

Dejé de hablar apenas vi a Jools aparecer. Estaba sonriendo malignamente, había escuchado lo que acababa de decir, el chismoso.

Todas mis amigas aguantaron la risa al ver mi cara de desagrado. Por alguna razón ellas tomaban como chiste mi odio hacia ese chico.

—¿Quieres que alguien te folle, Haven? —preguntó, pero en voz un poco alta, haciendo que muchos de nuestro alrededor nos escuchasen.

Me quise morir de la vergüenza cuando muchos ojos se posaron en mí. Sin embargo, permanecí a la defensiva.

—¿Eso acaso te importa?

—Oh, claro que no. Pero la verdad puedo hacerte el favor.

¿Pero que mierda?

Oh, se estaba burlando de mí. Quería hacerme enojar.

Despreocupadamente volteé el rostro y comí una papa, fingiendo desinterés.

—Prefiero que mi primera vez sea con alguien bueno en la cama. No uno veloz, pero gracias por la oferta.

Tampoco se vió afectado por mi comentario. Dijo algo a lo que no puse atención y luego se fue despidiéndose con un saludo militar, se sentó con su tonto grupo de amigos.

—Ustedes dos siempre me ponen muy incómoda.

—¿Por qué? —le pregunté a Fanie.

Ella dudó en responder, buscó las palabras y luego se encogió de hombros.

A+ y tú menosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora