Dimitri
"Ojos que no ven, corazón que no siente"
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Una de las cosas que más odiaba era no ser partícipe de los casos que sucedían a mí alrededor. La incertidumbre era algo que me invadía y las preguntas luchaban por obtener respuestas. Respuestas que me harían entender lo que había sucedido hace minutos para así entender el descontrol de Elizabeth.
No sé que fue lo que pasó, no tenía ni puta idea de lo que sucedía y mucho menos me explicaba qué mierda hacía Lorv agonizando en un charco de sangre.
Miré el cuerpo inconsciente de Elizabeth en los brazos de Skay. Sus ojos estaban hinchados y rojos, al igual que sus labios. Sus mejillas aún tenían la humedad de las lágrimas, despertando más dudas en mi cabeza.
Skay se la llevó a la pequeña sala de enfermería que teníamos y yo me giré hacia mi padre, alterado.
-¿No hablarás con respecto a lo que acaba de suceder? -dije con ojos grandes. Mi padre, que se tomó un trago de whisky de un golpe, me miró un segundo, pero luego se dirigió a uno de los hombres que estaba con nosotros.
-Sáquenlo de aquí. -habló con voz automática y serena, pero sabía que debajo de esa faceta estaba conteniendo algo- Llévenlo ya al hospital. No importa si pierde la vida en el camino, pero no puede morir aquí. Hay que hacer lo que esté a nuestro alcance para salvarlo. -resopló y miró el cuerpo del Lorv. Lo observaba con duda y la mandíbula apretada- Encargue se de llamar a su esposa. Si pide información, que se comunique conmigo directamente.
Inmediatamente los hombres se movieron a su orden.
-¿Es que acaso estoy pintado en la pared? -murmuré furioso cuando se llevaron a Lorv- Elizabeth acaba de dispararle a Lorv, papá. ¡¿Y no has hecho nada?! -la cabeza me daba miles de vueltas. No entendía absolutamente nada- ¿No te das cuenta que ella nos acaba de jugar una mala? ¡Nos ha traicionado! Nos ha traicionado al darse cuenta que estamos uniendo fuerzas para encontrar a su padre.
-¡No! -gritó, perdiendo los nervios y mirándome enfadado. Fruncí el ceño. ¿A qué coño estábamos jugando? ¿A un puto rompecabezas?- Lo que ha hecho no fue traición. Fue justicia para su bienestar... -respiró hondo. Lo miré boquiabierto. Más perdido que en un laberinto- Esto, -señaló el desastre que había en el despacho- es algo que no me concierne a mí contar.
-¿Y qué hay detrás de todo esto? Si se puede saber? -dije con ironía negra- Porque lo que yo veo es que al parecer ella sabía dónde estaba Walter y no dijo absolutamente nada. Le dimos protección y le brindamos un punto de confianza y jugó con nosotros todo este tiempo. También veo que, como Lorv estaba dispuesto a ingeniarse una buena búsqueda para acabar con su padre, decidió adelantarse e intentó matarlo. ¡En tus narices! -hablé, lleno de rabia y bloqueado- ¡Ah! También veo que te ha engañado y no te das cuenta que nos ha traicionado. ¿Qué mierda pasará con la gente que tiene alianzas? ¡Tomarán represalias contra nosotros! -grité- Hemos ganado un enemigo más por su culpa.
El golpe que le dio a la mesa pudo haberme hecho sobresaltar si no estuviera al tanto del enfado que se reflejaba en el rostro. Se acercó a mí, con paso amenazante y nos miramos cara a cara. Teníamos exactamente la misma estatura. Khaled Olkho era un hombre respetado, inteligente, con los pantalones bien puestos desde que tomo su puesto en este imperio que crearon mis descendientes hace décadas. Yo lo admiraba y me sentía orgulloso de ese hombre. Pero ahora, sentía decepción. No se daba cuento de lo que tenía frente sus narices.
-Te recuerdo que soy tu padre y estas canas que adornan mi cabello no han sido en vano. -dijo con voz profunda. A cualquiera le pudo haber intimidado, pero no era la primera vez que teníamos este tipo de enfrentamientos- También recuerda -hizo énfasis en las palabras- que soy un puto crack en lo que hago y que todo lo que he conseguido y ganado no es por ser precisamente un imbécil ingenuo al que pueden engañar con facilidad. -su nariz casi rozó con la mía. Esta tensión en nosotros era épica- Yo sé olfatear a los traidores desde kilómetros como un sabueso. Y Elizabeth no es una de ellos, desde luego. Más bien ha sido la persona que nos ha salvado de meter a una escoria de mierda en una compañía donde no está permitido el maltrato hacia las mujeres y niños inocentes.
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El Físico Atrae, Pero No Es Por Lo Que Me Quedo©
RomanceÉl, un hombre arrogante, frío, calculador y futuro heredero de Los Vory, la ayuda a ella; una chica con demonios que la atormentan, la marcaron mental y físicamente, rompiendo sus alas y causando de se odiara a sí misma. La mafia rusa es un mundo dó...