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Además de los guantes y el cubre bocas, tomé una mochila donde llevaría mi patineta, era la mejor manera de llegar hasta allá. Puse de nuevo la alarma a la misma hora en la que siempre me despierto y me llevé mi reloj de muñeca para estar midiendo el tiempo.

Abrí la puerta de casa y me asomé por todos lados, no había nadie, todo estaba en completo silencio, no estoy seguro de que todos estuvieran dormidos, pero por lo menos al parecer no había nadie viéndome, o eso espero.

Salí del edificio y me puse el cubre bocas al mismo tiempo que subía a mi patineta y comenzaba a moverme por las calles un tanto vacías. Todo el tiempo hay personas en las calles, pero ahora había unas pocas.

La casa de Austin quedaba algo cerca de la mía, 18 minutos de distancia, por lo que no tardé demasiado en llegar.

Su callé estaba en silencio, pero nunca se sabe quién podría estar viendo, por lo que me escabullí al jardín trasero de la casa de Helen. Sabía, por la vez que vinieron los detectives la distribución de su casa, por lo que sabía perfectamente que la ventana que daba al jardín, era la de su habitación.

Tomé mi patineta y la guardé en mi mochila para después ponerme los guantes. Mis ojos llegaron hasta la ventana cerrada de su habitación y mi cabeza comenzó a imaginar. Seguramente ahora mismo está dormida en su cama, con una pijama linda y ella durmiendo tranquilamente.

¿Qué se sentirá deslizar mis dedos por su piel? ¿Qué se sentirá un beso de ella? ¿Cómo será sentir su pecho pegado al mío? O ¿Cómo reaccionaría ella si dejo un beso en su cuello o si muerdo un poco la piel de sus clavículas?

-Eres un asesino, no un pervertido

Esa voz me hizo saltar del susto, pero me relajé un poco cuando vi que era Claris

-No soy un pervertido, no sabes lo que estoy pensando

-Es más que obvio con esa mirada

-Déjame tranquilo

-Deberías concentrarte solo en una cosa

-Eso es lo que hago

-No parece

-¿En serio quieres pelear? ¿Aquí? ¿Ahora?

-No –se cruzó de brazos –dejemos la pelea para otro momento ¿Te parece?

-Me parece

Los dos salimos del jardín de Helen para ir al de Austin.

Era una casa limpia, su jardín estaba bien cuidado e incluso tenía una sala de jardín en buen estado. Nadie pensaría que el dueño es un idiota, pero, las apariencias engañan.

Antes de hacer cualquier cosa, me puse el gorro de mi sudadera ajustándolo perfectamente bien para que no se me cayera y así comencé con lo primero. Encontrar las alarmas.

No sabía si él tenía alarmas, así que comencé a caminar por el jardín buscándolas, pero al parecer no había, así que seguía el siguiente paso. Abrir la puerta de atrás para entrar.

Había tomado mi tiempo en casa aprendiendo cómo abrir una cerradura con unos cuantos pasadores, pensé que sería difícil, pero es más sencillo de lo que parece. Mientras yo me ocupaba de eso, Claris se encargaba de vigilar que nadie viniera hasta que pudimos entrar.

Una vez dentro de casa, busqué algo con qué golear a Austin, por lo que al final me decidí por un sujeta libros en forma de caballo de ajedrez. Era lo suficientemente duro como para noquearlo. Teniendo eso en las manos, lo siguiente era ir por él.

Subí las escaleras lentamente, cuidando que ningún escalón hiciera ruido y Claris hacia lo mismo, ella llevaba el cabello atado en una coleta y unos guantes de látex negros al igual que un cubre bocas, por lo que podía estar tranquilo de que tocara cosas.

No sabía cuál era su habitación, pero afortunadamente las puertas puertas de todas ellas estaban abiertas para ahorrarme tiempo y riesgo de ruido en encontrar su habitación, aunque, no fue difícil, por sentido común, su hitación era la última del pasillo.

Al entrar en ella, me di cuenta de que era un lugar ordenado, la luz que se filtraba por la ventana aun con la cortina corrida, me dejaban ver simples siluetas, por lo que podía ver a la perfección dónde estaba él. Tomé la figura del caballo en mi mano con fuerza y firmeza y con un rápido movimiento, le di un golpe en la cabeza que lo hizo sangrar de inmediato.

-Está hecho –dijo Claris

-Amarrémoslo

-Bien

No podíamos encender las luces, no queríamos llamar la atención de nadie, así que simplemente nos guiábamos en la oscuridad con esa poca luz que entraba.

Claris consiguió cinturones y yo la silla de su escritorio. Lo bajamos de la cama y lo sentamos en ella para poder amarrarlo de pies y manos mientras que ella cubría su boca con una bola que hizo con unos calcetines.

-¿Cómo te desquitaras? –preguntó Claris

-Si quemamos su casa, su carne se quemará y quedaran los huesos, a lo mucho, así que deben ser heridas muy superficiales para que no llegue al hueso y deje pruebas

-Me parece bien

-Iré a la cocina, cuida de él mientras

Bajé a la cocina con cuidado de no chocar con nada y así llegué a la cocina donde abrí los cajones hasta encontrar un cuchillo. Regresé a la habitación, Claris estaba sentada en la cama mirando con atención a Austin quien llevaba unos pantalones grisees y una camisa interior blanca.

-Ahora nos queda esperar a que despierta –dijo ella echando sus manos hacia atrás para recargarse en ellas

-No

-¿No?

-En lo que él despierta –me acerqué a ella, sujetando con fuerza el cuchillo –me dirás ¿Quién eres realmente? –dejé la punta en su cuello

Ella no se asustó, al contrario, sonrió y me miró.

-¿Piensas matarme?

-Si no consigo lo que quiero, sí ¿Qué más da si encuentran otro cuerpo?

-Pensé que éramos cercanos

-Dime ¿Quién eres? ¿Por qué yo? ¿Cómo sabes lo de las almendras y naranjas?

-Solo quiero ayudarte, Tae, solo eso

-Pues no parece

Me acerqué más a ella.

-¿Desde cuándo me conoces?

-Desde niño

-¿De dónde?

-Del orfanato

-No te recuerdo

-No recuerdas muchas cosas

-¿Qué cosas?

-Cosas que tu memoria ha bloqueado

-¿Qué-cosas? –repetí entre dientes

Ella solo sonrió, lo que me hizo enojar. Me acerqué aún más, dejando mis rodillas clavadas en el colchón y a ella debajo de mí, con el filo del cuchillo en su cuello y mi otra mano tomándola de la muñeca mientras ella me miraba recostada con una sonrisa algo burlona.

-Dime todo ahora o juro que te mataré

-No lo harías

-¿Apostamos? –hice un pequeño corte en su cuello que de inmediato comenzó a sangrar

-Lo sé, porque si yo muero, no conseguirás nada de la información que quieres ¿O me equivoco? 

Killer (KimTaeHyung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora