Capítulo 17

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Capítulo 17: Su fondo de pantalla.

Shayra

Los exámenes que se acercaban eran una tortura. Justo en ese momento, debía estar luciendo como la clara imagen del insomnio. Muchas horas de estudio y pocas de sueño hacían que pareciera un zombi, y es que todos estábamos así. Annie, Asher, Yelit y hasta Kirk.

Por cierto, Annie tuvo su "casual" encuentro con Larry, según ella todo fue muy vergonzoso y discutieron mucho, hasta que él le robo un beso. Estuvo molesta por cinco horas conmigo.

Respecto a Kirk, al principio me sentí un poco mal, por no contarle a Adonis lo que sucedió entre nosotros, pero luego dejó de ser así, decidí no contarle y tenía dos razones:

1. Kirk y yo no habíamos vuelto a hablar sobre eso,

2. Mucho menos lo volvimos a hacer.

3. Era como si no hubiera sucedido.

Bueno, no eran dos, pero yo no era muy buena en matemáticas.

Di Clik en "Enviar" soltando un suspiro de alivio al saber que terminé un muy largo trabajo y lo entregué justo a tiempo. Mi teléfono anunció un mensaje y sonreí al saber que era Adonis, últimamente nos habíamos estado comunicando a través de mensajes o llamadas, ya que hace cuatro días que había estado sumergida en el estudio. Abrí el mensaje.


Adonis <3: ¿Terminaste?

Yo: Justo ahora, ¿pasas por mí?



No tardo ni un minuto en responder y eso hizo que esbozara un sonrisa embobada.


Adonis <3: Claro.


Sonreí aún más «a esas alturas, ya me estaría pareciendo al Wason» y me  dirigí al baño. Pasé ahí dentro al rededor de quince minutos, para luego buscar ese lindo vestido amarillo que me puse el día de la fiesta de Kirk. Me observé en el espejo, estaba muy linda. Me gustaba tanto estar con Adonis que tomé el labial y me apliqué un poco, normalmente nunca me arreglaba demasiado. Aunque debía admitir que el constante ir y venir de nuestra extraña relación me ponía mal. Ese problema de la confianza, de el secreto que suponía que tenía, de el pasado del que siempre hablaba pero que nunca me terminaba de contar. Todo eso ya me tenía con unas pequeñas bolsas debajo de los ojos, además de los exámenes que se ponían difícil a principios de noviembre, justo la fecha en la que estábamos.

Estaba peor que Asher, quién ya se había recuperado, volvió a peinarse y a andar como andaba habitualmente, arreglado. Pero por razones lógicas, ya no hablaba de sus sentimientos, mucho menos buscaba un amor.

Tomé mi bolsito y me lo colgué metiendo mi teléfono en él. Bajé las escaleras despacio encontrando a mi mamá viendo una de sus telenovelas, se encontraba en casa porque había salido un poco temprano. Me senté a su lado subiendo los pies al mueble.

—¡Shayra! —me pegó con el control en la cabeza, fue un golpe seco que hizo que me llevara la mano a la zona.

—¡Perdón!

—Es que tú no entiendes vale, uno te habla y...

El claxon del auto de Adonis sonó y mamá paró su sermón para levantarse e ir a la puerta como si la estuviesen buscando a ella.

Renunciando a todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora