Capítulo 22

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Capítulo 22: Engaños.

Kirk

*Al salir de la fiesta*

De pequeño solía creer que un engaño era algo natural. Vi tantas veces a mamá hacerlo y otras muchas a papá perdonarla, irónico, ¿no? las discusiones aumentaban y con eso una hermosa reconciliación. Nadie lo sabía, nadie lo sospechaba, nadie lo notaba, la familia Wilson era perfecta incluso ante los ojos de mis amigos, y me jodía tener que ser esa persona a la que algo como eso le afectaba.

¿Sabes qué me jodía más? Saber que acababa de estar con alguien igual a mamá. Yelit seguía gritándome y yo seguía apretando el paso hacia cualquier lugar.

—¡Kirk, detente!

Y lo hice. Lo hice porque me di cuenta de que ese ser que escapaba de la realidad no era yo. Kirk Wilson era alguien un poco impulsivo, testarudo, ocurrente y que, sobre todas las cosas, afrontaba la consecuencia de sus actos, y a pesar de que esta no era una consecuencia mía, específicamente, me detuve porque quería afrontar mis problemas, porque por un momento me sentí hipócrita, si bien yo nunca le fui infiel a Yelit en el poco tiempo que llevábamos juntos si puedo decir que la razón de mis suspiros no era ella. No le fui infiel físicamente, pero si mentalmente, y cuando vienes de una familia en donde reina el engaño, o terminas siendo lo que odiaste, o todo comienza a afectarte, justo como a mi.

Yelit llegó hasta el otro lado de la calle, donde me encontraba, su rostro aniñado estaba lleno de lágrimas que quizás eran de cocodrilo, ya no sabía que creer.

»Necesito que me escuches —pidió.

—Entonces comienza hablar —seco y tajante, las únicas dos palabras que definían mi frase.

—No se qué paso, ni siquiera lo conozco bien, lo he visto un par de veces... pero yo... no soy así, t-tú lo sabes Kirk, y-yo...

—Ya basta Yelit, no más.

Yo solo denotaba molestia, ¿Por qué tenía que repetir las mismas palabras de mamá? «yo no soy así».

—Lo siento...

—¿Me amas? —la interrumpí.

Su mirada -que yacía fija en sus pies- se dirigió a mi. Detrás de sus lentes, sus ojos azules me observaron confusos, nunca le había hecho esa pregunta.

—Kirk...

—Sólo di sí o no —no respondió—. Bien, entonces tengo que hacerlo yo. No te amo Yelit, solo es cariño, cariño que quedó atrás con lo que acabas de hacer. Me decepcionó mucho porque no te creí capaz, pero hasta ahí.

—Siempre lo supe, te gusta Shayra —me crucé de brazos ante el cambio de la conversación, ella limpió sus lágrimas—. Puede que yo no te ame, pero te quiero mucho más de lo que puedo admitir y solo quería coquetear con él para llamar tu atención —apretó sus labios, dando un paso en mi dirección—. Atención que siempre estaba puesta en ella.

—Te di tu lugar.

—¿En serio? ¿Me lo diste cuando estabas aprisionándola contra tú auto?

Renunciando a todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora