Capítulo 2

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—Puedes sonreír un poco, ¿no crees? —miro más seria a Bianca

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—Puedes sonreír un poco, ¿no crees? —miro más seria a Bianca.

—No, no creo.

—Procura no tratar mal a la directora. —me advierte.

Porque sí, mis padres dejaron que ella me acompañara. Solo me despidieron a dos cuadras. Según ellos, “para que no me tomen de niña de papi y mami”. Parecen más adolescentes que yo.

—No prometo nada —advierto para entrar a la institución. Por suerte, me pusieron pasillos VIP. Bueno, no, ya quisiera. Simplemente, le supliqué a mi logopeda de que esperáramos a que todos estuvieran en sus salones. Sé que muchos, por ser la nueva, se me quedaran mirando por curiosidad y eso me da demasiada ansiedad.

—Sonríe —murmura por lo bajo y me da un codazo cuando estamos en frente de la directora del lugar. La miro mal y, falsamente, le doy una pequeña sonrisa sin mostrar los dientes.

—No se preocupe —Comenta la directora. —. Hay muchísimos alumnos que, sin padecer nada, tratan mal. —Su sonrisa es más falsa que la mía.

—Entonces por yo tener mi problema, ¿puedo tratarla mal? —el gato me devolvió la lengua y hablé bruscamente. Dejando así, a las dos mujeres que están en este mismo sitio, boquiabiertas.

—Para —me riñe Bianca, yo simplemente me encojo de hombros y le doy una mirada angelical.

La directora opta por ignorarme, lo mejor que hace.

(...)

—Esta es tu primera clase, espero que te vaya bien —la secretaria de dirección prácticamente huye alejándose de mí. Ni siquiera le hablé y, ¿le causé miedo?. Na, si soy un angelito. Solo que al caer del cielo se me cayeron las alas.

Según me comunicaron, todos los profesores están informados de mi situación. Así que no tendré que presentarme delante de los demás alumnos.

Toco la puerta y esta es abierta por, ¿Bianca? ¿Qué hace aquí? ¿No se acaba de ir? Juro que si quiere andar vigilándome todo el tiempo dimito.

Bianca nota la expresión de desconcierto en mi rostro, así que habla:

—Soy Blanca, la hermana gemela de Bianca —Eso me aclara todo. —. Tú debes de ser Alaia —Asiento y su sonrisa se incrementa más. —. ¡Que alegría tenerte aquí! Venga, entra y únete a la clase de español.

Hago caso y entro al salón. Todos se quedan espectadores.

—Ella es Alaia Daniels, su nueva compañera. Espero que la traten bien.

—¿No es costumbre que la nueva se presente por sí misma? —ya me cae mal la arcoíris, digo esto porque, su pelo y ropa, tienen infinidades de colores. Mi vista está siendo lastimada. Eso si es tener mal gusto. Aunque para gustos los colores, y, aunque no usaría nada así, lo respetaré. También la encomio, muy poca gente se atreve a salir así. ¿Soy algo cruel? Lo sé, y me encanta.

Una sola palabra: INCOMPRENDIDA   [Completa✓] #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora