Al final el día menos deseado ha llegado. Cuando hace unos pocos días mi tía me había dicho con firmeza que tendría que asistir a la prueba de los vestidos de la boda de mi prima, yo acaté la orden solo para que no me molestara más. Pensé que iba a tomar más tiempo, ya que, unos días en sus pensamientos, debido a su exageración, resultan ser unas semanas. Pero no, esta vez sí eran días. Así que aquí me encuentro, montada en el auto de mi madre rumbo a la tienda. Primera vez en todo el tiempo que llevo estudiando en una escuela que ella me saca temprano y es para esto. Que decepción.—Cuando entremos quitas esa cara y pones tu mejor sonrisa —me dice mi madre. ¿Por qué todos me dicen de sonreír y no mostrar mi verdadero yo?
—No —Soy firme, como es normal en mí. —No puedo ser hipócrita —Ruedo los ojos. —. Odio las tiendas y los vestidos. Y conociendo a la tía Marisa, obligará a Melanie a elegir los más pomposos. —Finjo un escalofrío.
—Tú misma dices, y cito textualmente: “La hipocresía es una forma de educación” —odio que usen mis palabras en mi contra.
Pero es cierto, la hipocresía es una forma de educación. Y no es que me refiera a tratar y llevarse bien con una persona, pero hablar a sus espaldas traicionándola, porque esto es cruel y muy feo. No está para nada bien. Si no que hay momentos en la vida en el que tenemos que tratar con personas desagradables y es mejor sonreírles falsamente y aceptar algo, aunque no esté de acuerdo en ello, para evitar discusiones innecesarias. Es ahí cuando la hipocresía aplica como un método de educación. No sé si me hago entender.
(...)
Miro todos esos vestidos con algunos vuelos y encajes y quiero vomitar. ¿Se me será permitido ir con un traje bien chulo? Mejor no digo esa idea, sino la tía Marisa me toma por los pelos y me arrastra por toda la tienda.
— ¡Este está bello! —exclama Kayla, otra que tiene un pésimo gusto.
—Me gusta —miro entrecerrando los ojos a Idara por su apoyo.
— ¡Es el indicado! —Listo, a usar el feo vestido porque la novia ha dado su aprobación. — ¿Qué opinas Alaia? — ¿En serio querrá saber mi opinión? No tiendes al diablo, querida prima.
—Alaia tiene un pésimo gusto —Se mete burlona en la conversación Kayla. —. Nada más hay que ver como se viste. —Ruedo los ojos, me visto con estilo; no como ella, que toda su ropa varía entre el color rosa y el violeta. Y no es que sean colores feos, sino que es una exageración emplearlos constantemente.
«Tú siempre usas negro y colores neutros.»
Porque así es mi alma, querida conciencia.
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Una sola palabra: INCOMPRENDIDA [Completa✓] #1
Teen FictionEn medio de un mundo lleno de palabras. Un mundo que detesto. Un mundo que no me comprende. Porque así soy: INCOMPRENDIDA. (........................................................) Créditos de la portada a mi amiga Laura. PD: No admito ningún tipo...