Capítulo 26

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Narra Alaia

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Narra Alaia

Me siento una princesa escoltada por sus guardias al entrar a la escuela. Hubiera deseado ser una y al menos no aparentar la ridícula chica con temor a las personas como es en realidad. Yann y Franco se encuentran delante de mí, mientras que Mael y Leyla están en la retaguardia. Ni pregunten como terminé así.

—¡Basta! —los cinco nos detenemos.

—¿Qué pasa? —me pregunta Yann sin entender mi alteración.

—Que nos vemos ridículos, mayormente yo. Parezco una cobarde, por Dios —Tomo una profunda respiración. —. Quedamos en que iba a ser valiente, y demuestro todo lo contrario. Ahora entraré a ese salón con la cabeza en alto sin hacerle caso a los estúpidos comentarios o a los cuchicheos. Saben mejor que nadie que me importa poco lo que piensen de mí y los que tienen que saber la verdad del asunto son ustedes y lo saben.

—¡Esa es la actitud! —Nos sorprende la voz de Miss Ortiz —Al fin das el gran paso y todo ha salido a la luz —Vale...no sé de qué habla esta mujer y porque actúa tan amigable. —. Lo siento, cariño, por ser tan mala contigo todo este tiempo. Pero tu querida abuela me lo pidió.

—¿Conoce a mi abuela? —pregunto desconcertada.

—Más de lo que te imaginas. Ahora entremos que tengo que impartir la clase.

Le hacemos caso. Al entrar todos me mira, y como supuse, empiezan a cuchichear al instante:

“¿Cómo se atreve a venir?”

“Es una desvergonzada”

“Que cara dura”

“Tan inocente que se veía”

“Nos ha mentido en nuestra propia cara”

“Y pensar en que le teníamos consideración, se merecía todo lo que le dijo Miss Ortiz.”

Sí, todos esos comentarios crueles fueron cuchillos intentando abrir mi pecho; pero mi capa de metal estaba en medio y solo rebotaban. Y aquí no soy la única que hace cosas incorrectas, aunque no sea sorda muda, ellos no deberían tratar a una persona así con lástima; pues son seres humanos como cualquier otro.

Las personas con impedimentos en general deben tratarse como seres humanos iguales que uno que no tenga limitaciones. ¡Y es que esta gente es genial! ¿Acaso no han visto las Olimpiadas? Personas que les faltan una mano o un pie, nadan y corren mejor que yo. Y es que me da vergüenza, pero que vamos a hacer. Mis respetos para ellos, son la caña.

Una sola palabra: INCOMPRENDIDA   [Completa✓] #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora