Epílogo

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—... Y esta ha sido mi historia. Aprendí muchas cosas y viví buenos momentos; aún los vivo. Comprendí que yo era mi propio enemigo. Que cumplía el papel de protagonista y de antologista a la misma vez, ya que yo sola me ponía todas las limitaciones en mi vida. Encontré a esa persona que desde el primer instante me comprendió, y los que me rodeaban aprendieron a hacerlo. Tuve mis primeros amigos, aunque no del todo sinceros al principio, que me querían y yo a ellos; aún los mantengo.

<<El mutismo selectivo, aunque no forma del todo parte de mi pasado, no repercuta tan fuertemente en mi vida actualmente. Por eso, porque yo pude, tengo el objetivo de ayudarlos a encontrar a esa persona que los comprende y a hacer que logren salir de ese hueco oscuro en el que se encuentran; porque sé que pueden salir a la luz y descubrir su camino. Recuerden, no soy su enemiga, soy su amiga —Recojo todos los papeles que tengo en mis manos y los meto en mi bolso. —. Disculpen no ser tan poética y cursi, soy un asco en esto —Hago una mueca que les causa risa a los chicos. —. Hasta el próximo martes, ya pueden retirarse. —Sonrío ampliamente.

Todos los integrantes del grupo de apoyo van saliendo poco a poco, y cuando está vacío el sitio, es mi hora de partida. Camino con la cabeza en alto saludando a las pocas personas que ya conozco. Pero al salir al mundo exterior, una fuerte ola de celos, y de calor también, me golpean. Y es que Yann se encuentra esperando por mí afuera de su auto y unas chiquillas, y mujeres también, se encuentran coqueteando con él. Camino a paso decidido a donde están y escucho a una de las fulanas decir:

—Tus ojos son hermosos y únicos. ¡Me encantan! —Yann se muestra incómodo.

—Gracias —responde por educación, lo sé por su expresión.

—Amor, ya terminé, vamos —me hago presente, mi prometido me dedica una mirada llena de alivio y las tipejas ruedan los ojos y se van.

—Me has salvado de una situación muy incómoda, me sentía como carne en medio de hienas —me abre la puerta del asiento de copiloto y entro.

—Amo tus ojos, y sé que fui la que te dije para que los mostraras; pero ando pensando últimamente que prefiero que los guardes solo para mí —le digo una vez está dentro del auto.

—Sabes que eres la única a la que amo y que estos ojitos son todo tuyos —me guiña un ojo y me saca una sonrisa.

—Lo sé.

—Y... —sé lo que quiere que le diga y no me hago de rogar.

—También te amo —me acerco a él y le doy un beso en la mejilla, o al menos ese era mi objetivo; movió su rostro y terminé dándole un pico en sus labios, tampoco es que me queje.

N/A

Llegamos al final, comprendidos míos.

La historia de Alaia y Yannick llega a su fin. ¡Que nostalgia me da! Parece que fue ayer cuando empecé a desarrollar la idea en mi cabecita.

Espero hayan disfrutado de esta aventura tanto como yo. Pronto nos estaremos leyendo en los agradecimientos.

PD: Si desean leer alguna de mis otras historias pueden buscar en mi perfil ;)

PD de PD: Espero no haberlos defraudado con el final :'(

¡Los amo!

Una sola palabra: INCOMPRENDIDA   [Completa✓] #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora