Día 2: Tomarse de las manos

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Caminaban en silencio sin decir una sola palabra, y aunque quisieran no había nada que pudiesen decir, literalmente hace solo uno minutos uno de ellos confesó sus sentimientos debido a la adrenalina de casi haber presenciado la muerte del otro.

No son ajenos al peligro, es parte de su día a día, después de todo uno de ellos es el jefe de la mafia con más poder en Italia y el otro su guardaespaldas, por ello no es de esperarse que ocasionalmente se vean envueltos en algún conflicto violento. Sin embargo, sí ha pasado un tiempo que realmente batallan, se enfrentaron a un par de usuarios Stand enemigos y antiguos miembros del Passione liderado por Diavolo y que no estaban muy contentos con la estricta política de cero drogas del nuevo jefe. Esa noche los habían tomado por sorpresa en su propia oficina, se las arreglaron para pasar por la seguridad sin ser detectados y llegar hasta ellos, ambos eran poderosos y tenían años de experiencia en esto, afortunadamente después de una batalla que se extendió más de lo que les hubiese gustado pudieron acabar con ambos. Estaban seguros de que si no fuese por Golden Experience Requiem posiblemente alguno de los dos no habría salido con vida.

La pelea fue intensa y Mista quedó gravemente herido. Al asegurarse que el par enemigo estaba muerto Giorno rápidamente fue a auxiliarlo y por un momento pensó que estaba muerto, esto le hizo tener terribles recuerdos de una batalla pasada y entró en desesperación, así que mientras curaba las heridas mortales de Mista y rezaba se reprochó por no haber actuado antes, gritó lo que en su corazón escondía y se había negado a sacar durante el año que llevaba de conocerlo.

— Por favor, despierta. Por favor, despierta. Por favor, despierta. — Pese a odiar hacerlo, repetía una y otra vez mientras usaba su Stand para convertir las balas en tejido. — Amor mío, no puedes morir. — Y justo después de terminar esa oración los oscuros ojos de Mista se abrieron de golpe y le miraban en shock por lo que acababa de escuchar.

— ¿Qué? —

— ¿Qué? —

Claramente Giorno quería evitar el tema de las palabras que soltó hace solo unos segundos. Incluso sintiendo dolor por la reciente curación Mista se incorporó para quedar sentado y ver más de cerca a Giorno el cual se alejó un poco cuando sus rostros estaban separados por solo unos centímetros. El menor apartaba la mirada, no se atrevía a ver al otro después de esto, en su mente había dos desenlaces ahora; fingiría demencia y pretendería que esto nunca pasó o recibiría el rechazo y repudio de Mista, deseaba más la primera opción pero no haría nada en caso de que su ahora ya no secreto crush tomase la decisión de alejarse de él.

— Giorno. — Le llamó y él otro seguía sin verlo y sudando frío. — Giorno, mírame. — Lentamente obedeció riéndose internamente, era el jefe, no tenía que obedecer órdenes. — Vamos a casa. —

Después de hacer una rápida llamada al equipo de limpieza para que se encargara del desastre que los intrusos habían dejado, ambos salieron de la oficina y del edificio en silencio caminando hasta el auto de Mista que siempre usaban para ir y venir del trabajo, del cual se dieron cuenta había sido dañado para que no lo pudieran usar, lo más probable es que hayan sido los tipos que los atacaron prediciendo una posible huída. No les quedó otra opción, tendrían que ir caminando a casa. El hogar del Don no estaba tan lejos de su cede de trabajo principal, pero sí les tomaría algo de tiempo llegar a pie, afortunadamente estaban en otoño y la transición de verano a invierno hacía que el clima no estuviste ni caliente ni frío, era agradable y las estrellas daban una vista hermosa en el oscuro cielo, no eran muchas debido a la iluminación de la ciudad, pero eran las suficientes para apreciar un bonito paisaje sobre ellos.

Caminaban uno al lado de otro como muchas veces lo han hecho, Mista veía al frente y Giorno el suelo y ocasionalmente a Mista, no sabía qué hacer, era una de esas pocas ocasiones donde se quedaba sin respuesta lo cual le molestaba, odiaba no tener el control, por eso mismo trataba de esconder sus sentimientos, estos son impredecibles y le pueden arruinar los planes. ¿Podría usar a GER para anular el momento en que dijo aquellas palabras? No, sería muy inmaduro de su parte usar el poder de un Stand tan poderoso para tratar de arreglar sus problemas amorosos de un adolescente sin experiencia.

Le ponía inquieto que Mista no haya dicho nada, en especial porque es una persona que siempre está hablando, por más absurdo que sea el tema de conversación, incluso cuando había ocurrido algo incómodo Mista sabía qué decir para relajar el ambiente con algún chiste y después desviar la atención a algo más casual como hacer planes para unas vacaciones que parecían nunca llegar o recomendar una película que seguro había visto recientemente. Pero ahora estaba callado y serio. Giorno no era el tipo de persona que se asusta pero ahora podría decir que se sentía aterrado, preocupado de lo que Mista pueda pensar de él.

Sus pensamientos fueron abruptamente interrumpidos cuando una cálida sensación se hizo presente en su mano izquierda, al dirigir la mirada hacia abajo vio que era la mano de Mista sujetando la suya.

— Estás muy distraído. — Dijo el mayor y entrelazó los dedos con los suyos. — Podrías tropezar. — Giorno asintió.

— Disculpa. — Correspondió el agarre y ahora sus manos se tomaban con más firmeza. — Seguramente mañana estarán arreglando el desastre de la oficina, supongo que podemos tomarnos el día. — Comentó con una voz suave que para muchos sonaba neutra pero Mista detectó un toque de nerviosismo en ella.

— Suena bien. —

Estuvieron un par de minutos más en silencio y sin mirarse pero sin soltar sus manos, incluso daban pequeños apretones de ves en cuando o volvían a sujetarse mejor si sus manos se desacomodaban ligeramente. Estaban tan cerca de llegar a su destino.

— Escuché que abrieron una nueva heladería en el centro turístico, todo el mundo dice que son muy buenos, ¿te gustaría ir mañana? — Preguntó Mista rompiendo el silencio que no sabían si clasificar como cómodo o incómodo.

— Me encantaría. — Respondió Giorno.

Ninguno quería soltar sus manos, ni siquiera cuando ya habían llegado a su hogar.

~❁~

Día 2, es lo más lejos que he llegado. (?)
Si notan algún error de dedo o algo así no duden en hacérmelo llegar, procuro checar varias veces antes de publicar pero tiendo a ser distraída.

Cris se despide, bye.

GioMis Flufftober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora