Día 15: Almas gemelas

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Había sido algo casi instantáneo, en el momento en que se conocieron comenzaron a darse cuenta que el sol brillaba más fuerte y que la luna era mucho más hermosa de lo que habían pensando el resto de sus vidas. Podían decir que el amor a primera vista existía y les había afectado tan fuertemente que les dolía estar separados, como si hubiesen nacido para estar al lado del otro y solo hubiesen sido concientes de ello el día en que sus ojos cruzaron.

Sin embargo, este curioso sentimiento era algo que guardaban para sí mismos y no expresaban al otro. ¿La inseguridad? Tal vez. ¿El prejuicio? Sin duda. ¿El miedo a alejarse? Claramente. Sea cual sea la razón, ninguno había dicho nada al respecto, pese a tener corazones imaginarios volando sobre sus cabezas cada vez que se veían.

Sin saber que eran correspondidos se resignaron a un absurdo amor platónico, aunque su corazón les gritaba que debían correr a los brazos del otro, su cerebro les decía que se queden quietos y observen al destino actuar tan cruel como siempre.

Giorno y Mista habían aceptado que no podía existir algo entre ellos.

Pese a, según ellos, actuar como si no existiera una fuerza invisible que tirase de sus manos para que se junten sin éxito alguno, había algo que notaron muy rápidamente; sus Stands. La interacción entre GER y los Sex Pistols era algo que nunca habían visto en otros Stands, siempre estaban juntos o pedían estarlo, además de ser increíblemente cariñosos. Recuerdan la primera vez que esto sucedió, cuando recién se habían conocido y estaban bajo la misión de cuidar de Trish. En ese momento todos estaban fuera de la tortuga planeando cómo moverse sin ser detectados por sus perseguidores, por otra parte, ellos se quedaron dentro, Giorno estaba curando a Mista pues había sido herido casi de gravedad en el tren.

— ¡Mista! ¡Estarás bien! — Chillaban los seis pequeños entes volando al rededor. Giorno agradeció de que Mista estuviese inconsciente y así no pasase por el dolor de ser curado.

Giorno hizo aparecer a Golden Experience, el Stand tan inexpresivo como su usuario se dedicó un segundo a mirar a las pequeñas y alteradas balas antes de dar inicio con la curación de Mista, e igualmente los Pistols dejaron de revolotear cuando vieron aparecer al Stand dorado. Una vez las heridas estuvieron sanadas y Mista se tomase un momento, abrió sus ojos siendo los de Giorno lo primero en ver, sintió como si perteneciera a esa mirada, incluso quería hacer el tonto comentario de haber muerto y estar viendo un ángel pero se contuvo.

— ¿Cómo te sientes? — Preguntó Giorno, sabía la respuesta pero lo había hecho por mera educación -¿cierto?- y dar inicio a una conversación que no sabía quería tener con el mayor.

— Me duele la cabeza, pero fuera de eso todo bien. — Se incorporó sentándose, fue hasta ese momento que se dio cuenta que había estado acostado en el regazo de Giorno. — Veo que al final todo salió bien. — Comentó haciendo referencia a lo que había pasado en el tren. — Espero que no haya habido tantas complica... — Se calló cuando notó algo... Curioso, pasando detrás de Giorno.

El menor se dio cuenta de la mirada extrañada de Mista y del escándalo tras de él del que no se había percatado por estar perdido en los labios de Mista mientras hablaba. Se giró para ver lo que había interrumpido al pistolero quedando igual de desconcertado cuando lo vio. Golden Experience estaba rodeado de los Sex Pistols quienes abrazaban, besaban y volaban sobre él haciendo comentarios halagadores al Stand el cual parecía tener una sonrisa por la atención.

Ambos salieron del shock cuando Number Five depósito un beso en los dorados labios de Golden Experience, cosa que ambos sintieron y les hizo estremecer junto a un escalofrío que recorrió su espalda. Por alguna razón, ninguno hizo algo para detenerlos, ni siquiera llamarlos de regreso.

Esa no fue la única vez que los vieron actuar de esa manera y en algún momento se volvió un escenario común, los Stands de ambos estaban igual o incluso más juntos que ellos. Sabían que era casi una ley, los Stands se atraen entre sí, sin embargo esto era absurdo.

Después de que pasó lo de la flecha y Golden Experience cambió, absolutamente todos, tanto usuarios como otros Stands parecían alejarse de él, como si sola presencia fuese suficiente para querer alejarse, una vez escuchó a un subordinado decir que los ojos de GER eran horriblemente penetrantes y aterradores. Por otra parte, los Sex Pistols parecían más que encantados del Réquiem.

— ¡Eres tan hermoso! — Dijo Number One cuando finalmente tuvieron un momento de paz para que pudiesen interactuar después de la agotadora batalla que habían tenido contra el exjefe.

— ¡Podría estar aquí todo el día! — Esta vez dijo Number Seven que abrazaba el brazo de GER.

— ¡Quiero besarte! — Chilló Number Five aferrado a la mejilla de GER quien con su mano lo sostenía para que siguiese ahí.

— ¡Yo también! ¡Quiero besarte más! — Exigió Number Three en la otra mejilla.

— Puedo besarlos a todos. — Respondió Réquiem el cual ahora podía hablar y no limitarse a "Muda" únicamente.

Claro que la conversación puso nerviosos a ambos usuarios quienes por vergüenza ni siquiera de atrevieron a mirarse o decir algo, solo ignoraban a sus Stands en silencio y los dejaban hacer lo que quisieran -lo que ellos querían hacer- sin interrumpirlos.

Con el paso del tiempo se acostumbraron a esto. Si Mista estaba con Giorno, GER salía sin importarle lo que el rubio opinara y exigía a Mista ver a los Pistols, Mista cedía, no quería hacer enfurecer a un Stand tan poderoso, además en secreto disfrutaba las sensaciones de besos y abrazos.

Para sus amigos también era extraño ver tan melosos a los Stands, era algo incómodo, como ver una parejita en la vía pública darse amor sin importar que hubiese más gente ahí. Sin embargo, al igual que Giorno y Mista, en algún momento también se acostumbraron, para nadie era extraño, lo único que no entendían era por qué nunca habían hecho nada para separarlos.

— Se agradan, no tengo el corazón para hacer eso. — Fue la respuesta que dio Mista.

— GER hace lo que quiere. — Dijo Giorno ante la misma pregunta.

Y cuando sentían besos en sus labios no podían evitar sonreír y sentir cosquillas en su estómago. Los Stands eran representaciones del alma, sus almas estaban tan ansiosas de estar juntas al igual que ellos, y mientras ninguno se atreva a dar el primer paso, entonces dejarían a sus Stands hacerlo por ellos y disfrutar de la calidez que les invadía cuando estaban juntos.

~❁~

¿Los Stands enamorados cuentan como almas gemelas? Según yo, sí y nadie me hará cambiar de opinión.
Cris se despide, bye.

GioMis Flufftober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora