Día 30: Primera vez

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Giorno es el tipo de persona que debe tener el control y una respuesta para absolutamente cualquier situación y, cuando no era así, su cerebro trabajaba a una velocidad increíblemente rápida para generar más de dos opciones posibles a lo que sea que esté sucediendo. No era una persona de sorpresas. Sin embargo, cuando de trataba de Guido Mista, pareciera que su mente se queda en blanco y se apaga de manera automática, no podía encontrar respuestas rápidas y todo sucedía de manera improvisada.

Mientras sentía unas manos grandes recorrer su cintura y espalda y una boca devorando la suya, podía parecer eso de nuevo, como su cerebro le decía adiós, abandonándolo a su suerte dentro de la habitación de Mista donde se habían encerrado después de llegar de su cita de esa noche.

— Guido. — Suspiró el nombre del mayor entre besos y debido al movimiento más desesperado de las manos sobre su cuerpo pudo entender que aquello había emocionado más a su novio.

— Te amo. Te amo. — Susurraba Mista sin dejar de besar a Giorno y poco importandole lo hinchados que estaban los labios de ambos.

Sin separarse del beso, de manera lenta, Giorno se iba inclinando hacia atrás para quedar acostado sobre la cama y pasar sus brazos al rededor del cuello de Mista apricionandolo. Sus piernas se elevaron y al igual que con sus brazos atraparon a Mista rodeando su cadera.

— Giorno, espera. — Mista se separó forzosamente pues los labios de Giorno no lo querían dejar ir. — Debemos parar antes de que... — No pudo continuar con la frase, solo se dedicó a ver al rubio abajo de él, su rostro era algo que quería grabar en su memoria para siempre, verlo respirar pesado con sus labios aún separados y sus mejillas rojas junto al brillo en sus ojos le hacían luchar para mantener su autocontrol.

— Guido. — Le llamó en un susurro. — Quiero hacerlo. — Dijo con seguridad en su voz. — No sé qué hacer, ni un poco, solo sé que quiero hacerlo contigo. — Acarició la mejilla de Mista con su mano.

— ¿Estás seguro? No te debes presionar, no tienes que hacer algo que no quieras. — Colocó su mano sobre la que Giorno tenía en su rostro y después la tomó para depositar un beso en el dorso.

— Estoy seguro. — Afirmó Giorno y miró a los ojos a Mista admirando la obsidiana brillante de estos y dentro de él se sintió tan halagado de apreciar la forma en como Mista lo veía, contemplándolo, como algo inalcanzable y divino que tenía la dicha de presenciar; reconocía esa mirada porque era la misma que él le daba a Mista.

— Si quieres detenerte en cualquier momento solo tienes que decirlo, ¿de acuerdo? — Giorno asintió ante aquello y le pareció de lo más hermoso como Mista se preocupaba por él.

Nuevamente juntaron sus bocas para dar inicio a otro beso que era más intenso pero menos desesperado que los anteriores, se tomaron su tiempo para explorar y saborear la boca del otro con la tranquilidad de saber que esa noche era solo para ellos dos, cualquier evento externo que estuviese pasando en el mundo era totalmente ajeno, nada les interesaba más que grabar en lo más profundo de sus corazones el recuerdo de su primer encuentro, y, con suerte, no sería el último.

Sin separarse del beso más que por fragmentos de segundo, Mista se dedicó a desabotonar con paciencia la camisa de vestir color rosa y dorada de Giorno. El menor se sentía nervioso, no sería la primera vez que Mista vería su cuerpo, ya había tenido la fortuna de aquello, pero había sido bajo la situación de ver a Giorno sanar sus propias heridas. Incluso en esos momentos, cuando se estaba desangrando y tenía algunos huesos rotos, no se sintió tan indefenso como se sentía ahora abajo de Mista y con el cálido tacto de sus manos en su pecho y torso.

Su corazón estaba acelerado a un ritmo al que no estaba acostumbrado, ni siquiera cuando tenía que pelear se había sentido de esa forma. Estaba seguro de que esto era lo que quería, pero los nervios de no saber realmente lo que pasaría y el cómo se sentiría le hacían preocupar. Sin embargo, cuando Mista separó el beso y se detuvo un momento a verlo a los ojos, algo dentro de él le dijo que todo estaría bien, que podía confiar en Mista.

GioMis Flufftober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora