Día 14: Peinar el cabello

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Como todas las mañanas, ambos adolescentes seguían su rutina; despertar, darse besos y caricias durante algunos minutos, bañarse juntos, vestirse y dar pequeños retoques como el maquillaje natural de Giorno, algunas veces las botas de Mista con decenas de cordones y el perfecto peinado del rubio que estaba tan acostumbrado a hacer que no le tomaba más de cinco minutos.

Esta mañana no era diferente, Mista ya estaba listo y observaba desde la cama a su novio secar su cabello con su mano derecha y pasar el lip gloss frutal en sus labios con la izquierda. El cabello de Giorno era algo que le gustaba demasiado, era un rubio único que nunca había visto en alguien más, los risos de su cabeza parecían perfectas cascadas de oro que caían con suavidad. Él sabía que Giorno era especial con su cabello, no permitía que nadie lo tocara, nadie excepto él, incluso podía tirar de su cabello en ocasiones especiales. Mista aprovechaba cada mínima oportunidad de tocar el cabello de Giorno y disfrutar de la sensación.

Estirando sus brazos y espalda, Mista se puso de pie y caminó hasta donde su pareja estaba, colocándose detrás de él y viendo su reflejo en el espejo del tocador que tenía todo perfectamente acomodado a excepción de las horquillas que usaba en sus rulos de enfrente.

— Ya casi estoy listo, solo necesito peinarme, me tomará unos minutos. — Dijo Giorno cuando notó al mayor detrás de él y apagó la secadora. Llevo sus manos hasta la parte trasera de su cabello para dar inicio a su trenza.

— ¿Puedo hacerlo? — Preguntó Mista colando sus manos sobre las de Giorno.

— ¿Sabes cómo hacerlo? — Preguntó retirando sus manos. No estaba siendo grosero, la duda era genuina y si su novio negaba entonces estaría encantado de enseñarle cómo.

— Te he visto todas las mañanas desde hace meses, creo que puedo. — Respondió dividiendo el cabello de manera inequitativa, el mechón del lado izquierdo era más grueso que los otros.

Mista dio inicio al cruce de cabello para tratar de hacer la trenza la cual claramente no le estaba saliendo, a veces se confundía de cuál mechón debía mover a continuación lo que daba como resultado que el mismo estuviese cruzado dos veces seguidas. Cuando llegó al borde de cabello tomó la liga y la enredó casi al final pero lo suficientemente firme para no caerse.

Giró a Giorno para que estuviese de frente a él y dividió el cabello de su copete el cual al igual que con la trenza, uno era más grueso que los otros tres. Tomó una de las horquillas y la colocó entre sus labios. Con sus manos y dedos que no sabían exactamente qué hacer, comenzó a rizar el primer mechón de cabello hasta que quedó en una especie de chongo deforme que para nada lucía como el perfecto rulo que Giorno se hacía todos los días.

Cuando terminó con el primero hizo lo mismo con los otros dos hasta tener listos los tres extraños intentos de rulos raros y las horquillas que siempre suelen estar escondidas eran fácil de verse atravesadas entre el cabello.

Se sintió mal ahora que veía su trabajo terminado, acababa de arruinar el tan divino cabello de su pareja y ahora temía la reacción de Giorno.

Giorno giró para verse en el espejo y ver mejor su peinado, la trenza era un desastre de enredos y los chongos extraños en su frente seguro se desharían si hacía algún movimiento brusco. Mista se estaba preparando para algún comentario o burla y que Giorno le mostrase cómo se hacía, pero en su lugar, el menor se puso de pie y caminó a la puerta.

— Andando, hoy tenemos mucho trabajo. — Dijo mientras salía de su habitación y era seguido por Mista que estaba confundido al no recibir ningún mal comentario.

Giorno caminaba recto y con orgullo como siempre lo hacía, como si su peinado no fuese una especie de nido para aves mal hecha. La gente en la calle obviamente se le quedaba viendo pero nadie hacía ningún comentario, no eran lo suficientemente tontos como para atreverse a decirle a Don Giovanna que su cabello lucía horrible. O al menos así fue hasta que llegaron a la sede de su trabajo, donde al entrar en su oficina vio que equipo ya estaba ahí y conversaban entre sí, sin embargo todos se quedaron callados cuando vieron a Giorno entrar, el silencio se rompió con las risas de Narancia, Abbacchio, Trish y Polnareff.

— ¿Qué le pasó a tu cabello? ¡Está horrible! — Dijo Narancia entre risas.

— Por favor dime que no saliste así y otros te vieron o tendré que fingir que no te conozco. — Comentó Trish quien se apoyaba en la espalda de Narancia mientras reía para no caer.

— Giorno. — Le llamó Bucciarati lo más amable posible. — ¿Fuiste atacado cuando venías o por qué...? —

— Oh, ¿esto? — Señaló su cabello y después abrazó el brazo de Mista. — Guido me peino esta mañana, ¿no es lindo? —

Las risas aumentaron, sin embargo la pareja que ahora se veía a los ojos ignoraron por completo esto, se concentraban en la mirada llena de amor y ternura que el otro le ofrecía. Mista sentía que era imposible amar aún más Giorno, cada acción que hacía le demostraba el profundo amor que le tenía, incluso si casi nunca lo expresaba con palabras, sabía cómo darle a entender lo mucho que significaba para él.

El resto del día Giorno mantuvo el peinado que Mista le había hecho y no permitía que nadie lo tocase ni siquiera cuando se ofrecían amablemente a "arreglarlo", él argumentaba que no había nada que arreglar. Y si en algún momento alguna de las horquillas que sostenía sus rulos se soltaba, le pedía a Mista que lo volviese a hacer, presumiendo con orgullo e incluso vanidad el peinado que su novio le había hecho.

Al día siguiente nuevamente le pidió a Mista que lo peinara haciéndose esto parte de su rutina mañanera, él ya no se hacía cargo de su peinado sino Mista el cual con el paso de las semanas aprendió a hacerlo de manera correcta, incluso a veces añadía broches, listones y flores para decorar la ahora perfectamente hecha trenza de Giorno, en días incluso este usaba el gorro de Mista y el mayor usaba alguno de los broches con decoraciones de flores. No era la vista más intimidante para un par de mafiosos pero eso no era algo que les importase.

~❁~

Ellos saben que son cursis y aman ser cursis.
Cris se despide, bye.

GioMis Flufftober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora