GioMis Flufftober 2021

Día 17: Cumpleaños

El día era brillante y fresco, nada que los hiciera sudar pero tampoco temblar; ni un sola nube gris en el cielo, las pocas que adornaban el lienzo azul eran de un perfecto color blanco que fácilmente se confunde con una enorme pila de limpio y suave algodón. Era el día perfecto para una fiesta de cumpleaños en la intemperie y el clima primaveral estaba a favor de ello.

Había niños, muchos de ellos, de edades de primaria, todos corrían, gritaban y reían con lo que sea que les entretuviera, algunos jugaban entre ellos, otros veían al mago o al payaso, otro grupo pequeño brincaba en inflable casi olvidado y una gran fila esperaba impaciente para que les maquillen bonitas y divertidas figuras en sus caritas risueñas.

Por supuesto, en el mismo enorme patio no solo había niños, también había adultos, la mayoría padres de los niños, el anfitrión muy considerado no solo había conseguido dulces, también había comida para los adultos y bebidas con muy poco alcohol para ellos.

Este escenario tan cotidiano y simple no era algo a lo que Giorno y Mista estaban acostumbrados, normalmente las fiestas a las que iban eran todo lo contrario a un ambiente infantil, incluso peligroso. Pero ahí estaban, en la fiesta de cumpleaños número ocho del hijo de uno de los subordinados más confiables del jefe. El Capo Ruggiero había sido de los primeros hombres en jurarle lealtad al nuevo Passione y al joven que movía la batuta, expresando estar a favor de prohibir la venta de drogas, en especial a los menores, esto gracias a la empatía que podía sentir por esos niños debido a que él era un hombre de familia. Ruggiero era de confianza y había sido parte del equipo de limpieza de las calles, tanto de las drogas como de los vendedores.

Hace dos semanas, Ruggiero les avisó que su pequeño hijo cumpliría años y les había hecho la amable invitación, expresando que le gustaría que su hijo conociese a Giorno, además de que Bucciarati podría llevar al pequeño grupo de niños huérfanos que apadrinaba y de vez en cuando visitaba en el orfanato donde residían, él emocionado aceptó, Giorno por otra parte lo hizo más que nada por educación, aunque su lógica le decía que invitar mafiosos a una fiesta infantil no era la mejor de las ideas. En cualquier caso, Ruggiero no era un Santo, y él no permitiría que nada pase.

Giorno y Mista no estaban con los otros adultos por dos razones, la primera era que los otros no pertenecían a su mundo, eran solo los padres de los amigos y compañeros de clase del cumpleañero. El otro motivo es que eran adultos, personas mayores con los que no podrían entablar una conversación; una cosa es hablar con adultos sobre asuntos de la mafia porque eso tenían en común, pero no podían mantener una plática sobre el clima, los trabajos normales, la escuela de los niños ni las facturas de la luz. Por este motivo es que, mientras Bucciarati y Narancia jugaban con los niños que los encontraban divertidos y Fugo y Abbacchio hablaban sobre la inflación y otros acontecimientos actuales con los padres, Giorno y Mista estaban apartados en las pequeñas sillas de colores.

— ¿Por qué aceptaste venir? — Preguntó Mista de pie, la silla era muy pequeña para él y le había comenzado a lastimar, así que decidió mejor recargarse en el árbol junto a ello.

— No quería ser grosero con Ruggiero, y Narancia insistió en que vinieramos. — Respondió Giorno con sus codos sobre sus rodilla y su cabeza descansando en sus manos.

Mista miró a Giorno y pensó en lo hermoso que se veía usando ropa informal, unos jeans oscuros sueltos ligeramente rostros que se ajustaban únicamente en su cintura y una camisa rosa con divertido estampado de rana caricaturizada que fajaba para que dicha hermosa cintura se hiciera notar. Además su típica trenza había sido deshecha para dar lugar a una cola de caballo alta sujeta por un listón rosa y con un broche igualmente de rana que Narancia le había regalado hace tiempo. El ver a Giorno así, no como el imponente jefe de Passione, sino como un chico de su edad hacía sonreír a Mista.