Día 31: "Me haces mejor persona"

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Mista no pudo dormir en toda la noche, había dos razones para ello; la primera era la falta del otro cuerpo cálido en su cama, ese que le hacía caer en el más maravilloso de los sueños mientras un par de brazos y piernas se entrelazaban entre su cuerpo. Cuando era niño tenía un lobo de peluche, uno muy bonito de color gris con su pelaje de tela tan suave como la mejor de las mantas, y lo abrazaba con fuerza al dormir. Al crecer le regaló ese peluche a una niña pobre que vivía cerca de su casa, despidiéndose y triste pero sabiendo que haría feliz a alguien más y estando seguro que ya no necesita más abrazos para dormir. Pero estaba tan equivocado y esa noche lo había confirmado, necesitaba abrazar a Giorno para dormir y estaba seguro que Giorno se sentía igual.

El segundo motivo de su desvelo es que... Bueno, se casaría esa tarde.

Finalmente estaba ocurriendo, después de una interesante y divertida propuesta de matrimonio doble, Giorno y él habían dado el siguiente paso comprometiéndose. Ahora que sucedería se sentía como si el tiempo desde ese evento fuese hace solo la semana pasada, pese a que en realidad había pasado hace un año. Un año completo planeando su boda que ya estaba a la vuelta de la esquina.

No estaba dudoso, ni un poco, estaba seguro de que quería compartir su vida al lado de Giorno, serle siempre suyo y darle todo lo que pudiese ofrecer siendo correspondido por el otro. Sin embargo, era inevitable no estar nervioso porque, después de todo, era la boda de Don Giovanna y su mano derecha. Cualquier cosa podría pasar, desde equivocarse en sus votos, caerse en su primer baile, tirar el pastel, hasta incluso recibir un ataque sorpresa. Habían tomado todas las precauciones, nadie además de los invitados sabría dónde es el evento y la seguridad estaría siempre ahí, pero las posibilidades existían.

Se dio la vuelta y miró el lado vacío de la cama estirando su brazo en un abrazo que no llegó a nadie y frunció el seño, odiaba ser tan supersticioso y dejarse influenciar por la tradición que dicta que los novios no pueden verse antes de la boda o les iría mal en su matrimonio. Suspiró cansado y luchó por dormir el par de horas que le quedan antes de que el sol saliera y sus amigos entraran a ayudarlo a prepararse para el evento.

Cuando sus ojos volvieron a abrirse no fue por voluntad propia sino porque había sido atacado con agua fría mojándolo a él y su cama mientras era acompañado por la risa de Narancia y los aplausos de Bucciarati.

— ¡No estás soñando! ¡Hoy te casas! — Anunció el menor escondiéndose detrás del Capo por si Mista intentaba hacerle algo, cosa que ni siquiera pensó pues su mente estaba en lo que sucedería en unas horas.

— El traje está listo, yo tengo los anillos, la reconfirmación de todos los invitados llegó, Abbacchio está dando la última revisión a la seguridad y Giorno está siendo atendido en la otra finca por su familia. — Dijo Bucciarati con la infinita sonrisa en su rostro, Mista podría jurar que estaba más emocionado que él por su boda. — Fugo está terminando de preparar el desayuno y Trish llegará en media hora para hacerse cargo de tu peinado e imagen, mientras tanto date un baño y termina de despertar. —

Mista asintió, incluso si no se lo hubiese pedido lo habría hecho, no quería resfriarse el día de su boda por culpa del agua fría de Narancia. Miró por la ventana una vez más antes de ponerse de pie e ir al baño de la habitación.

Y al igual que el resto del año desde la propuesta, pudo sentir como ese día iba a una velocidad mayor a la normal. Todos los preparativos ya estaban hechos y solo debía esperar a que diese la hora correcta para ir a donde sería la ceremonia. Se miró en el espejo y apreció el trabajo de Trish; sus oscuros risos estaban perfectamente peinados con un ligero toque rebelde para no perder su estilo y la base de maquillaje ayudaba a disimular las ojeras que le habían causado no dormir bien la noche anterior.

GioMis Flufftober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora