Día 23: Mudanza

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Entraron por las puerta principal, ambos cargando cajas grandes y pesadas, todas tenían dentro las cosas de Mista, desde ropa hasta libros y otros objetos personales. Las dejaron en la sala principal y miraron las escaleras siendo el siguiente obstáculo el subir con cajas tan grandes que obstruyen su vista e intentar no caer.

— Podemos dejarlo así un momento y descansar. — Comentó Mista estirándose y recibiendo un asentimiento por parte del otro chico. — ¿Qué tal si comemos algo? — Se dirigieron a la cocina y Mista abrió el refrigerador notando que estaba casi vacío. — Giogio, ¿dónde está la comida? —

— No suelo comer aquí, ni cocinar, así que no hay mucho. — Respondió el rubio con simpleza. — Solo venga aquí a dormir y bañarme. —

Eso era algo que Mista no podía refutar, la primera vez que visitó el hogar de Giorno quedó impresionado por dos motivos, el primero era que el lugar era enorme y muy hermoso arquitectónicamente hablando, bastante lujoso, algo que no es de sorprender considerando que era una de las antiguas propiedades de Diavolo que ahora estaban a nombre de Giorno.

La segunda cosa que le llamó la atención fue que el lugar era tan frío y con un aura tensa, se sentía como todo menos un hogar, quizás por eso Giorno muchas veces pidió quedarse en su pequeño departamento en vez de venir aquí, de hecho, algunas de esas cajas también tenían cosas de Giorno, de tantas veces que el joven Don se quedó ahí, cosas suyas también se quedaron.

Era algo triste pensar las noches solitarias que Giorno tuvo que pasar en este gran edificio.

— Está decidido, una vez terminemos de instalarme, iremos de compras. — Comentó Mista cerrando el refrigerador que solo contenía medio galón de leche, dos huevos, bastantes envases de pudín y las sobras de comida rápida.

— ¿Por comida? — Giorno se recargó sobre la encimera de la cocina.

— Por todo, aquí hace falta una buena decoración, parece una casa abandonada. —

Giorno observó a su alrededor, parecía no haber sido conciente hasta este momento de ese hecho, cortinas viejas y oscuras, pocos muebles, ninguna fotografías. Una pequeña sonrisa se posó en su siempre neutro rostro.

— Pareceremos un matrimonio. — Comentó logrando hacer reír a Mista.

— Si quieres podemos adoptar un perro, o a Narancia, necesitan los mismos cuidados. — Bromeó abrazando a Giorno por los hombros. — Admito que extrañaré mi viejo departamento, viví ahí desde que entré a Passione. — Suspiró. — Pero no era conveniente tener a un Don viviendo en un lugar así, no es seguro. —

— Era un lugar acogedor. — Acostó su cabeza en el hombro de Mista. — Pero creo que mientras estés tú, cualquier lugar se sentirá como un hogar. —

— ¿Es eso una especie de confesión romántica? Porque déjame decirte que sonó como una. — Acarició el rubio cabello de Giorno del cual algunos mechones rizados se habían soltado por el trabajo de mudanza.

— Guido, hemos sido novios desde hace casi un año. — Se volteó y levantó su cabeza para ver a Mista el cual tenía una gran sonrisa en su rostro.

— Lo sé, solo me encanta que lo digas. — Depositó un rápido beso en los labios de Giorno que sentía él le suplicaban ser besados. — Ordenemos algo de comer y después sigamos, quiero que nuestros cepillos de dientes estén juntos. —

Giorno besó a Mista en la mejilla, y caminó hasta el cajón donde guardaba la guía telefónica para llamar a su restaurante favorito. Sonrió emocionado de la idea de finalmente tener un hogar.

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La verdad no tenía ni idea de qué hacer con el tema de hoy, lo fui escribiendo con forme a la marcha.
Cris se despide, bye.

GioMis Flufftober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora