Capítulo 5

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Lucius invito a Severus y a Harry a comer a uno de los restaurantes más privados del Callejón Diagon, Harry había tomado la mano de su maestro ya que el adulto no quería perderlo entre la gente, el rubio los guió hasta el restaurante apartado del agetreo de las principales tiendas, era muy exclusivo, uno donde siempre iba con el pocionista ya que ambos amaban la cocina del chef que allí atendía, además de ser un viejo amigo de ambos y Narcisa no le gustaba estar en lugares que no eran en extremo populares donde la podían ver presumir, por otro lado el hombre rubio amaba la privacidad de un buen restaurante, la tranquilidad de poder disfrutar de la comida y la compañía.

Harry observó el lugar, era pequeño, con una decoración muy particular, a él le gustaba mucho, tenía la mayor parte en blanco y plantas decorando, al niño de once años que había pasado gran parte de su corta vida en la cocina quedó maravillado con lo que se mostraba en ese restaurante. Los ojos del niño admiraban todo y analizaban cada cosa que había en el lugar el cual se encontraba vacío en ese momento.

-Lucius..- exclamó un mago castaño que había salido a recibirlo, luego se giró a ver a los acompañantes del rubio a quien no reconocía. Severus al notar esto se agachó a mirar a Harry y a susurrarle que estaban seguros que seria bueno que se quitara el collar que él también lo haría. -Severus, por amor de merlin..- el chef le regalo una sonrisa al pelinegro que asintio en respuesta - Y quien tenemos aquí..?-

-Harry..- murmuró bajito el niño, y si el adulto encontro algo extraño en la falta de apellido no lo mencionó, solo le dedicó una brillante sonrisa

-Un gusto Harry..-

-Harry es mi protegido, y estamos haciendo algunos trámites en Gringotts, pensamos en comer algo antes de volver..- explicó el pocionista al chef

-La mesa de siempre entonces?-

-Por favor Marco, y traenos la carta para que Harry pueda elegir..- El castaño asintió y los guió a una mesa apartada donde se podía apreciar el aire de privacidad. Severus y Harry se sentaron cómodamente, aunque el mas joven se encontraba algo nervioso ya que nunca había comido en un restaurante, sin embargo Lucius siguió al chef hasta que desapareció por unas puertas, entonces Harry superó sus nervios y  miro intrigado a su maestro.

-Donde fue el señor Malfoy?-

-Fue a reservar el restaurante, a pedir que lo cierren para que no entren otros comensales.. así estaremos más seguros pues que nadie podrá verte..- Los ojos de Harry se abrieron muy grandes, ya que eso solo ocurría en películas con grandes millonarios, esas que veía su tía mientras él trapeaba el suelo El joven mago no podía creer que el rubio estuviera haciendo eso solo para ayudar a protegerlo, pero su mente le decía que no conocía del todo al hombre y quizás había cosas que no sabía, o había juzgado de antemano. Cuando Lucius Malfoy volvió trajo consigo una sonrisa y la carta para el niño que esta vez lo miraba curioso, el rubio ignoró la mirada y le entregó la carta para que pudiera elegir, el pequeño se vio sorprendido, pero no sabia que elegir así que ambos adultos le enseñaron a elegir lo que más le gustara explicando que contenía exactamente cada plato, tomándose la paciencia de explicarle plato por plato, el rubio había borrado mágicamente los valores de la carta ya que no quería que el niño viera los precios, sabía que siendo un pequeño abusado elegiría algo economico por miedo y él se negaba a permitir más de eso, le sobraba el dinero y trabajaba por ello, podía permitirse un gusto para el niño, sobre todo sabiendo que Severus le discutirá hasta que acabarán pagando mitad y mitad, cómo cada vez que salían, solo con la excepción del cumpleaños del pocionista.

Almorzaron en una charla amena donde todo el tiempo buscaban incluir al pequeño de once años, para que se sintiera a gusto con ellos y brindarle el cariño que parecía pedir a gritos por sus ojos verdes, Lucius había pedido para comer unas cintas con una salsa de salmón blanco, Harry, agradeció la oportunidad y probó el risotto de hongos, un plato que siempre había querido probar desde que su tía lo obligó a cocinarlo pero le negó la oportunidad de probarlo, Severus por su parte se pidió un salmón a la plancha y una ensalada de hojas verdes.

Dame tu manoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora