Capítulo 3

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Le costó muchísimo de su ingenio y una hora de su vida convencer y explicarle al director que Harry Potter debía ser castigado y que se lo llevaría a recoger ingredientes de pociones. Severus, estaba asombrado del hecho de haberlo conseguido, había contemplado la opción de secuestrar al niño si las cosas no salían como él esperaba, porque realmente esperaba un gran NO por parte del director, sin embargo, lo que recibió fueron constantes evasivas que requirieron del uso de su inteligencia para refutar y entonces obtener lo que él quería, no había sentido la oposición del hombre mayor y eso realmente le molestaba, se suponía que él odiaba al niño y aun así permitia que se lo llevara gran parte del día, después de que el niño pasará cuatro días en la enfermería, tres de ellos inconsciente. "Tienes que estar muy mal de la cabeza viejo" pensó Severus en un momento tras sus fuertes escudos de Oclumancia, sin embargo agradeció haber conseguido su objetivo, que era a fin de cuentas lo más importante de todo en ese momento.

Severus pasó gran parte de la noche  y la madrugada configurando un amuleto de glamour muy sofisticado, él llevaría a Harry hasta el callejón diagon y necesitaban ambos pasar desapercibido, definitivamente no quería que algún chismoso se acercara a Dumbledore con información poco favorable, debía tener mucho cuidado y construir un disfras para que solo algunos pudieran ver tras ellos, y con esos algunos Severus solo tenía en  mente a los duendes de Gringotts.

Concentrado en su trabajo de hechizos y encantamientos no noto como su chimenea cambiaba de color a un verde esmeralda, muy similar  a los ojos  del joven por quien estaba dispuesto a dejar su vida. Por la chimenea paso un hombre alto, elegante, de aspecto soberbio con un cabello rubio correctamente atado y cayendo por su espalda. El mago recién llegado lo miro extrañado ya que generalmente Severus no era alguien descuidado o desatento, que no notaba una presencia. Lo miró, se quedó mirando  a quien consideraba su mejor amigo durante unos momentos, Lucius Malfoy analizó el trabajo de magia que estaba realizando y  preocupado avanzó dos pasos, ahora sí haciéndose notar por el pocionista que lo miró sorprendido.

-Cuanto llevas ahí?-

-Al menos dos minutos- contestó divertido, nunca había podido sorprender al más joven, ni siquiera la primera vez que se vieron - estás planeando huir Severus?- indago reconociendo el trabajo sobre los amuletos de glamour, ellos los habían creado para el Señor Oscuro, sólo él reconocería ese trabajo mágico.

-Algo así..- comento el pelinegro sin mirar los ojos azules que lo interrogaban

-Algo así?... Severus?- pregunto preocupado, su mejor amigo no huía, si había alguien a quien le gustaba dar pelea ese era Severus Snape. -Esto es porque desapareció?- preguntó haciendo referencia a la marca tenebrosa borrada de sus antebrazos.

-Eso es lo único que me trae alivio estos días..- contestó volviendo la vista a los amuletos en el escritorio -Está muerto, me reconforta más de lo que alguna vez imaginé, pero al mismo tiempo ni siquiera me afecta, me siento inmune a la dicha estos días..-

-Que pudo haber causado tal cosa?-Se acercó despacio a mirar el trabajo de su amigo, Lucius estaba realmente preocupado por el más joven. Sus ojos azules se enfocaron, dos amuletos. Severus se iría con alguien.

-Albus Dumbledore..- siseo molesto

-Ese hombre puede quitarle la dicha a cualquiera con solo entrar a una habitación,  ya lo sabíamos..-

-Pero quitarle toda la dicha a un crío de once años es muy diferente, puedo ver la historia repetirse y no pienso permitirlo..- Lucius arrugó la frente un momento pensando detenidamente en las palabras de su único y verdadero amigo. Fueron unos instantes hasta que la comprensión lo golpeó.

-Harry Potter- afirmó, su hijo le había dicho que el niño era raro, diferente a lo esperado. Sabía de sobra que Severus había jurado protegerlo, solo el niño causaría una reacción como esa, solo Harry Potter instaría a un hombre tan orgulloso como Severus a huir.

Dame tu manoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora