El último día en Hogwarts fue intenso, tanto para Harry como para Severus, ambos se dedicaron a finalizar sus asuntos personales con todas las personas a las que le tenían afecto. También era el último día que soportarían a Dumbledore y su séquito, al día siguiente los alumnos partirian a sus hogares.
Harry Potter estaba sentado en la sala común mirando el fuego crepitar y las maderas acomodarse mágicamente. Tenía prácticamente el baúl preparado y se encontraba ahora meditando acerca de sus nuevos amigos. Sus piernas y sus pies descalzos estaban envueltos en una manta color rojo oscuro y el estaba jugando con el borde de la misma mientras sus mente divagaba. Estaba tan ensimismado en su pensamientos que no vio a dos pelirrojos de tercer año que bajaban las escaleras de las habitaciones y lo vieron allí sentado solo, para los dos mayores el niño se veía triste, un poco desolado.
-Pequeño león..- dijeron al mismo tiempo llamando su atención
-Chicos..- murmuró alzando la vista y dedicándoles una sonrisa cálida a ambos, les tenía un cariño muy especial a los gemelos, ambos siempre lo estaban protegiendo, incluso de las palabras hirientes de su hermano menor.
-Cómo te sientes Harry?- preguntó George sentándose justo al final de sus pies
-Estoy bien Georgi..- contesto adoptando los apodos que ellos usaban entre si
-Mientes muy mal pequeño león..- dijo Fred sentando detrás de Harry y haciendo que el niño se recargara en él. Harry lo pensó, sabía que era peligroso que alguien dijera alguna palabra, pero nadie mejor para guardar secretos que los mayores bromistas de Hogwarts medito un momento antes de confesarse con los pelirrojos
-No volveré el año que viene..- empezó, sacando un jadeo de sorpresa de los mayores- Hay una persona que me llevara lejos para que este protegido, sobre todo de las acciones del director, esta muy molesto por lo que ocurrió este años..-
-Es normal-
-Totalmente comprensible..-
-No les molesta?- pregunto con una voz que denotaba tristeza
-No nos gusta la idea de que estes lejos hermanito..-
-Pero entendemos que tu seguridad es primero-
-Además pequeño león..-
-Existen las cartas y las vacaciones..- le contestaron con una de sus alegres sonrisas, tratando de contagiar al joven Gryffindor de un poco de su alegría natural, cosa que lograron segundos después con un pequeño ataque de cosquillas hacia el más pequeño.
Los gemelos y Harry pasaron gran parte de la mañana sentados en el sofa de la sala común en pijamas y hablando de tonterías, los mayores le habían asegurado al niño que seguirán siendo sus hermanos mayores y que por nada del mundo cambiaría eso. El de ojos verdes había lagrimeado bastante luego de eso.
Severus se había levantado temprano, la noche no había sido muy amable con él, se había desvelado junto al maestro de encantamientos hablando sobre las acciones de Albus Dumbledore para con él y con su estudiante y ahora protegido Harry Potter. El pocionista paso gran parte de la mañana guardando sus libros y pociones en varios baúles, separando los libros por temática en cada compartimento y las pociones de los ingredientes, todo perfectamente acomodado para que fuera de un fácil transporte. Sabía por experiencia que no tendría nada de tiempo para hacerlo la mañana siguiente, porque luego de que los estudiantes se marcharan pasaria algunas horas encerrado en la sala de maestros comentando cosas inútiles y sin sentido ya que la mayoría de los asuntos ya habían quedado finiquitadas, incluso los exámenes, que él mismo ya había acabado de corregir igual que la mayoría de los maestros del colegio, ya que ninguno quería seguir por mucho tiempo en el castillo, claro a excepción de Minerva que solía tomarse un mes para corregir los exámenes finales. Un golpe en la puerta lo sacó de sus pensamientos.

ESTÁS LEYENDO
Dame tu mano
FanfictionLuego de haber destruido a Voldemort y salvado la piedra, Harry despierta en la enfermería, bajo la custodia del director Albus Dumbledore. En ese mismo instante Harry cree haber ganado su lugar y ruega quedarse en Hogwarts, más la solicitud le es n...