«Congeláremos el infierno si eso es lo que quieres, lo quemaremos y encenizaremos si así lo deseas, pero no nos pidas que te excluyamos de el, porque ese es el lugar al que perteneces y pertenecerás siempre, Evania.»
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C A P Í T U L O "8"
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E V A N I A
—Hemos terminado por el día de hoy.—el profesor dio por terminada la clase, después de aquellas palabras casi todas las personas se dispersaron, unas salieron casi corriendo del aula y otras se quedaron.
Yo en cambio, me tomé mi tiempo para guardar mis cosas y así poder salir de clase, dentro de diez minutos era la cita con los hermanos Turcotte en la cafetería que se encontraba frente a la universidad y de cierta manera me sentía muy nerviosa.
No había visto a Haimi y Kala desde la fiesta, de cierta modo sentía que eso era lo correcto pero a la vez me sentía frustrada por pensar que mis padres aunque estuvieran en otra ciudad siempre controlarían mi vida, eso se me hacía muy frustrante y llegaba a un punto en que me estresaba mucho por aquel detalle.
Terminé de guardar las cosas y salí al pasillo de la universidad, lo que no esperaba era encontrarme a Haimi y Kala a un lado del pasillo hablando entre ellas, quise pasar por su lado de manera desapercibida para que así no se dieran cuenta de mi presencia pero fue imposible cuando la castaña de ojos cafés me llamo con una sonrisa invitándome a acercarme a ellas.
Aún dudosa de si hacerlo o no, lo hice.
Me acerqué a ellas con una pequeña sonrisa de vergüenza, me avergonzaba ver a Kala después del desplante que le hice en la fiesta, ella me sonrió como si todo estuviera bien entre nosotras. Haimi me recibió con un fuerte abrazo y luego dejó que la otra castaña también lo hiciera.
—¿Cómo has estado?—me miró Haimi con una sonrisa—, no nos hemos podido ver desde la fiesta, lo de los clubes nos ha tenido ocupadas pero creo que quizás durante esta semana podamos pasar a visitarte y así pasamos una tarde de chicas, es algo que realmente necesito.
Sonreí.
—Bien, he estado bien.—no quise tampoco darle muchos detalles de estos últimos días que han sido alto desastrosos para mí.
Haimi frunció su ceño.
—No te noto tan convencida pero si no lo quieres decir es por algo así que no te insistiré.—le sonreí con agradecimiento.
—¿Qué han hecho ustedes?—pregunté.
—Ocurrió algo con los clubes, un problema entre ciudades y han habido peleas por territorio y etc...—Haimi blanqueo los ojos—, por eso no hemos podido estar muy pendientes o estar aquí, ya que al ser parte de algún club tienes algunos trabajos y esas cosas, lamentamos no haberte acompañado el resto de la fiesta.—me miró apenada.
