«Congeláremos el infierno si eso es lo que quieres, lo quemaremos y encenizaremos si así lo deseas, pero no nos pidas que te excluyamos de el, porque ese es el lugar al que perteneces y pertenecerás siempre, Evania.»
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C A P Í T U L O "67" ━━━━━━༺ꕥ༻━━━━━━
E V A N I A
Me sentía incómoda.
Así que me removí más sobre la cama sin embargo la incomodidad seguía ahí, con un poco de pereza y adormecimiento abrí los ojos acostumbrándome a la luz que entraba por entre medio de las cortinas.
Miré a mi alrededor dándome cuenta que estaba sola en la habitación, el reloj de la mesa de noche marcaba las ocho de la mañana así que seguramente ellos estarían en el primer piso.
Era viernes.
Me removí hasta que sentí un pinchazo en la parte baja del abdomen, y algo de humedad entre mis piernas.
Oh, ¡Joder!
Rápidamente me quite las sábanas de encima y me di cuenta que no había más que sangre en las sábanas, hice una mueca y con dolor corrí hacia el baño trayéndome las sábanas conmigo.
Era la primera vez que me pasaba eso estando con ellos y estaba avergonzada aunque fuera algo natural.
Cerré los ojos con fuerza cuando el ya conocido dolor de los cólicos comenzó a hacerse presente en mi cuerpo, me doblé sobre mi abdomen por el dolor y rápidamente busqué ropa interior y ropa. Tenía que ducharme urgentemente.
Con dolor me quité toda la ropa y me adentré en la ducha comenzando a limpiarme muy bien, hice una mueca al ver que solo habían toallas blancas.
—Evania, ¿Puedo entrar?—escuché la voz de Gael detrás de la puerta.
Miré las sábanas con sangre sobre el retrete al igual que el desastre que era mi ropa interior.
—¡No!—grité cerrando la llave de la ducha—, ¡No entres!
—¿Y por qué no puedo entrar?—inquirió—. Siempre me dejas hacerlo, además quería preguntarte si tenías las sábanas de la cama ya que no están.
Me envolví el cuerpo en la toalla blanca rezando para no mancharla. Hice una mueca de dolor cuando de nuevo los cólicos me atacaron sin piedad alguna.
—Hablamos ahorita.—le dije para dar por zanjada la conversación.
La menstruación desde que era una preadolescente no me era nada fácil, siempre me daba bastante duro a comparación de a otras mujeres.
