«Congeláremos el infierno si eso es lo que quieres, lo quemaremos y encenizaremos si así lo deseas, pero no nos pidas que te excluyamos de el, porque ese es el lugar al que perteneces y pertenecerás siempre, Evania.»
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EXTRA 2 ━━━━━━༺ꕥ༻━━━━━━
G A D I E L
Solté un jadeo mientras me movía con agilidad.
Uno.
Dos.
Uno.
Dos.
Volví a darle un puño al saco de boxeo mientras sentía el ritmo acelerado de mi corazón golpear con fuerza dentro de mi pecho.
Miré de reojo donde se encontraba mi celular y rodé los ojos al saber que lo hacía de manera automática solo para querer saber si ella me había mandando alguna clase de mensaje.
Eran aproximadamente las cinco de la mañana, y mi nueva rutina diaria había dado un drástico giro desde que Evania quedó en estado de embarazo, o como siempre dice Unai:
¡Quedamos embarazados!
Rodé nuevamente los ojos y me concentré en terminar mi rutina de ejercicio, miré a mi alrededor dándome cuenta que había sido muy mala idea haber querido ir a un gimnasio diferente al que teníamos en la mansión.
Varias personas me miraban. Y eso me hizo sentir incómodo, y más aún cuando una que otra mujer se relamió los labios mirándome casi con hambre.
Dejé de darle golpes al saco de boxeo y me encaminé hasta la banca a un lado mío donde se encontraban mi toalla y botella de agua, me bebí de golpe todo el líquido pero también elevé un poco la botella y dejé que una poca cantidad de agua cayera sobre mi rostro empapando al instante mi camiseta blanca.
Oh-oh. Evania me mataría.
Pasé la toalla por todo mi rostro quitándole cualquier rastro de agua y luego la coloqué sobre mis hombros, solté una exhalación y miré con disimulo mi alrededor incomodándome aún por todas las miradas sobre mi cuerpo.
