Viviendo con la bestia

6. Un poco de ti

¿Adivinen quién estuvo casi toda la noche dando vueltas en la cama sin dormir?

Acaba de despertarme Rose, podría decirse que estoy con un ojo abierto y el otro se niega a despertar, soy un desastre por las mañanas.

-Vamos mi niña, levanta, o ¿harás esperar a Demian con su sorpresa?- Puede que eso último me haya convencido pero no le contaremos a nadie, será nuestro secreto.

- Esta bien, puedo sola, estaré lista en 15 minutos, digale a Demian porfavor- Ella se retiro de la habitación, mientras yo me daba una ducha tibia.

Me vestí con algo sencillo, jeans y una blusa cualquiera, ya que, no tenia idea de cual era su sorpresa.

Mientras bajaba las escaleras, lo ví, vestido casual esperando en la puerta principal.

-Lamento hacerte esperar, no podía despertarme.

-Tranquila, es temprano aún, no llegas tarde- dijo tomando mi mano antes de que bajara el último escalon guiandome a la puerta principal.

-Iremos en caballo, será mejor así- dijo tomando las riendas de su gran caballo negro, era precioso

Él caballo claramente, aunque el dueño no estaba nada mal.

-Yo creo que te gustará, hoy manejas tú- ¿Que? Yo no sé hacerlo Demian...

-Ven aquí, te ayudaré a subir, tomarás las riendas y yo subiré atrás para ayudarte- dijo tranquilamente.

Me ayudo a subir tomandome de mis muslos para impulsarme hacia arriba del caballo, como el me explico, se subió detrás de mi, sentir su gran pecho contra mi espalda, nunca pensé que algún hombre pudiera abrigarme entre sus brazos de tal manera.

-Tomaré las riendas junto a ti así que tranquila, solo apoyate en mi y disfruta el paisaje- Me recorrío un escalosfrío por mi espalda al sentir su susurro cerca de mi cuello al emprender el viaje.

Él tenía razón, el paisaje era hermoso y obviamente disfrutaba la compañia, llegamos a un lago, de aguas cristalinas, tenía preparado un picnic, era tierno.

-¿Te gusta lo que ves? Llevas más de dos semanas aquí y no conoces nada, era injusto- Estoy maravillada, es muy bello, pero ¿nadie viene aquí?

La inseguridad de encontrarme con mi tía Carmina era constante, no quería volver allí jamás.

-Tranquila, aquí nadie puede encontrarte, ven aquí- dijo sentandose en una sabana sobre el pasto palmeando a su lado- Algún día me contarás de quíen te escondes ¿no? Cuando era pequeño, me escapaba de mi padre, me venía aquí, nunca me descubrió.

Mientras tomabamos desayuno tome valor para contarle la verdad, después de todo, el me había rescatado.

-Yo me escape- ¿Qué? - Si, en los terrenos que siguen después del bosque, hay un orfanato, mi tía Carmina es la dueña, yo cumpliré los 18 pronto, pero ella dijo que de igual forma no me dejaría ir, escapar era la unica opción, si tus hombres no me hubieran encontrado no se que seria de mi, te debo mucho...

*

Ella se paso las manos por la cara, suspirando, me tomo por sorpresa su historia, decidí hablar ya que ella se notaba incomoda e incluso con cara de culpabilidad.

-Ahora que se un poco de ti- dije mirando al lago- Te entiendo, yo perdí a mi madre biologica al nacer y a mis 6 años perdí a mi segunda madre, mi padre solo era un desconocido para mi, pero bueno, olvidemos las cosas tristes ¿si?

Pasamos el día entero en el lago, nos reímos, conocí sus gustos y ella los mios, le conté que tendría una pelea en un mes, le explique que sería en la ciudad, que si ella deseaba quedarse alla, era su decisión, aunque sin mentir, deseo que prefiera quedarse conmigo, hoy había descubierto muchas cosas, una de ellas

Estoy jodido, me gusta Arlet

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