𝑭𝒐𝒓 𝑻𝒉𝒆 𝑾𝒉𝒐𝒍𝒆 𝑬𝒕𝒆𝒓𝒏𝒊𝒕𝒚 ❥ 𝐸𝑙𝑠𝑎𝑛𝑛𝑎.

❥ 𝕬𝖑𝖙𝖊𝖗𝖓𝖆𝖙𝖎𝖛𝖊 𝕰𝖓𝖉.

¡Hola!
Como dice el título, este es solo un final alternativo de la historia, pero no afecta en nada a la trama o al final original, simplemente quería mostrarles el otro lado de la moneda.
Este es el final que yo quise darle a esta historia desde el principio, que gracias a sus comentarios pidiendo el final feliz decidí cambiar, pero por si tienen curiosidad, aquí está el final alternativo:

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—Anna... —llamó la peliblanca entre susurros— Anna, despierta.

—¡Miren quién despertó al fin! 

Elsa se sobresaltó y miró a su lado para encontrarse con el pelirrojo a unos pocos metros de ella, mirando por el gran ventanal de la habitación.

—¡Anna! —continuó llamando a la menor.

—Dioses, eres tan ruidosa. —reprochó irritado.

—¿Qué es lo que haces aquí, Hans? ¿No te bastó con todo lo que hiciste la última vez?

—Oh, Elsa, creía que eras más brillante. —la susodicha frunció el ceño ante el despectivo comentario— Es claro que no fue suficiente y te diré la razón, apenas despierta nuestra adorable reina.

Hans se acercó a Anna, apartó un par de mechones de su rostro y la miró por largos minutos, o al menos así parecían para Elsa, que odiaba que ese detestable hombre se acercara a Anna. Él suspiró de manera ruidosa, casi parecía que la situación no era del todo agradable para él, pero la sonrisa maliciosa que invadía su rostro mostraba algo completamente distinto, solo mostraba que nunca estaba satisfecho, que siempre deseaba el mayor daño posible. Entonces Elsa pensó: ¿Cuánto daño alberga su frío corazón?

Elsa conocía perfectamente lo que era que el mundo te obligara a buscar de la peor manera tu propia libertad, pero estaba segura de que Hans había pasado por mucho más de lo que cualquiera podría imaginar, y aunque de ninguna manera lo justificaría, tan solo trataba de comprender.

—Hans. —llamó—Tus hermanos...

Elsa jamás olvidaría ese momento, el instante en el que la confiada postura de Hans se rompió en mil pedazos al oír aquella simple palabra: Hermanos.

El ojiverde se tensó en un segundo, y Elsa pudo ver cómo su expresión cambió. Se cuestionó a sí misma si continuar o no con aquella pregunta, pues temía decir algo que pusiera en riesgo la vida de Anna por un repentino cambio de humor de él, pero Elsa sabía que por alguna razón ambas seguían vivas, así que decidió arriesgarse, o en todo caso, ganar tiempo para idear algún plan que las mantuviera a salvo a las dos.

—¿Acaso dijiste algo? —preguntó Hans, acercándose un par de pasos a la mayor.

—Tus hermanos... ¿ellos lo saben? —continuó.

—¿Saber qué?

—Lo que intentas hacer aquí.

Hans dejó salir una cruda risa que no mostraba ni una pizca de felicidad, la cual provocó un fuerte escalofrío en Elsa, obligándola a encogerse en su lugar un tanto asustada.

—¿Crees que estás en posición para hacer preguntar, mujer? —Elsa ignoró la pregunta y solo dedicó una mirada a Hans, que pudo leerla como un claro insulto—Ya que parece que no entiendes tu lugar ahora mismo, te demostraré, ¿de acuerdo?