❥ 𝕿𝖜𝖊𝖓𝖙𝖎𝖊𝖙𝖍 𝕱𝖎𝖗𝖘𝖙.

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—Anna, no.

—Sí.

—¡No!

—¿Por qué no? Creo que es lo mejor y sé que tú también lo crees. —alegó la menor.

—Vas a romper su corazón.

—¿Qué hay del tuyo? —miró a la mayor con tristeza, intentando hacerla comprender su decisión y la razón por la que la había tomado.

Elsa se mantuvo en silencio. La cobriza tenía razón, odiaba ver a Kristoff con Anna, pero no quería que él saliera lastimado y no quería que Anna tomara una decisión precipitada para, tal vez, luego arrepentirse. La peliblanca sabía que a su hermana nunca le importaban las consecuencias cuando se trata de las personas que amaba, pero no quería ser la responsable del dolor de Kristoff, ni de la culpa de Anna después de lastimarlo de tal manera.

—Anna, cariño...

—Alto. —interrumpió la pecosa— ¿Acabas de llamarme "cariño"?

—Uh... ¿sí?

Anna se mantuvo estática frente a la platino, con una gran sonrisa y un leve sonrojo en el rostro. Elsa la miró con preocupación, esperando que dijera algo que le indicara que estaba mentalmente bien.

—Yo... uh... —se aclaró la garganta— ¿Puedo...? ¿Puedo besarte?

—¿Ahora? —la cobriza asintió en silencio— ¿Qué? ¡No! Por supuesto que no, Kristoff entrará en cualquier momento.

Anna se dejó caer sobre su silla, formando un puchero en sus labios, cruzando sus brazos y frunciendo el ceño ante la respuesta negativa de su amada Elsa.

—Majestad —habló Kai ingresando a la habitación—... El rey Kristoff. —anunció con elegancia para luego salir del lugar con la llegada del rubio.

Elsa frunció el ceño ante el título para nada merecido de aquel chico, pero decidió guardar silencio y mantenerse en una esquina de la habitación, intentando mantenerse alejada del desastre que sería aquella incómoda conversación entre la dichosa pareja.

—Reina Anna. —saludó con una corta reverencia— Princesa Elsa. —continuó.

—Hola, Kristoff. —habló la menor con tranquilidad— ¿Qué es tan importante como para interrumpir mis deberes?

Anna sonaba tan firme en cada una de sus palabras, jamás la había visto de esa manera, mucho menos cuando se trataba de Kristoff. Todo indicaba que estaba hablando en serio sobre la anulación de su matrimonio y que no pensaba considerarlo ni un poco más.

—Me gustaría hablar... solos. —dijo dirigiendo su mirada a la platino.

La reina estaba a punto de hablar, siendo interrumpida por la princesa quien se le adelantó.

—Supongo que debo irme. —anunció caminando hasta la puerta del despacho.

Anna la tomó de la muñeca antes de que saliera, acercándose a ella para susurrar a su oído:

—¿A dónde crees que vas?

—Debo ir al bosque encantado. —respondió girando su cuerpo para estar cara a cara con la reina— ¿Hay algún problema, majestad?

—Por supuesto que no. —se alejó un poco, solo cuando recordó que el rubio se encontraba ahí— Espero verte pronto, cariño. —finalizó, resaltando la última palabra con diversión.

Elsa salió de la habitación con una gran sonrisa, dejando un incómodo silencio en la habitación. Anna volvió a tomar asiento mientras Kristoff analizaba cada uno de sus movimientos esperando el momento justo para comenzar a hablar.

𝑭𝒐𝒓 𝑻𝒉𝒆 𝑾𝒉𝒐𝒍𝒆 𝑬𝒕𝒆𝒓𝒏𝒊𝒕𝒚 ❥ 𝐸𝑙𝑠𝑎𝑛𝑛𝑎.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora