❥ 𝕾𝖊𝖈𝖔𝖓𝖉.

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Las semanas transcurrieron con normalidad, nada había cambiado. Anna seguía frecuentando a la albina como siempre lo hacía, enviando cartas donde expresaba cuánto la extrañaba y lo mucho que deseaba verla para las noches de juegos familiares.

Elsa, por otro lado, se había mantenido alejada de Anna, creando excusas para evitar ir a Arendelle y verla con Kristoff que no se separaba para nada de su esposa.

Había logrado evadir las peticiones de su hermana para ir al castillo, pero ahora las excusas se habían agotado, y era hora de enfrentar la cruda realidad que había estado evadiendo. Pero sabía que no podía encarar sola los momentos a solas con la pareja.

—¿Ryder? —llamó la platino y el chico en seguida miró hacia su dirección— ¿Sabes dónde se encuentra Honeymaren?

—¡Oh! Por supuesto. Está recolectando algo de leña. —miró sobre el hombro de Elsa, señalando el camino, donde se podía ver a la chica a unos cuantos metros de distancia.

El quinto espíritu caminó hasta Maren y se aclaro la garganta un par de veces para anunciar su presencia.

—Ah, Elsa.

—Hola. —saludó tímida.

—¿Todo en orden?

—Quiero preguntarte algo.

—Oh, sí, claro. —la castaña prestó completa atención a Elsa.

—Verás... Debo ir a Arendelle mañana, y me preguntaba si tú quieres venir.

Hubo un incómodo silencio por unos segundos, en los que la expresión de la castaña hacían más que evidente su confusión.

—¿La reina estará de acuerdo?

—S-sí, por supuesto. Tal vez podría mostrarte el reino.

Elsa sonrió, tratando de convencer a Honeymaren, lo cual funcionó a la perfección, planeando irse apenas saliera el sol.

Al asegurarse de que todo estuviera bien con el pueblo, la albina decidió pasar el resto del día en Ahtohallan, donde se dirigía cada vez que tenía alguna crisis por recordar la situación con su hermana. A pesar de que la intensión de Elsa era olvidar al menos un momento a Anna, esto no le era posible al encontrarse con aquellos recuerdos en el tiempo que representaban perfectamente la maravillosa figura de la pelirroja y ocasiones de completa felicidad en donde solo se encontraban ellas dos, ya que había destruido todas aquellas estatuas de Kristoff o Hans.

Podría pasar toda la eternidad, pero Elsa seguiría contemplando a Anna como la mujer más hermosa que podría llegar a existir.

Después de estar largas horas en Ahtohallan, decidió volver con el pueblo Northuldra y descansar, porque definitivamente mañana sería un día largo y difícil de sobrellevar.

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Como lo habían planeado, Elsa y Honeymaren partieron con el amanecer, teniendo un camino extenso por delante junto a Nook. Era la primera vez que Maren montaba a este majestuoso espíritu, estando sumamente emocionada durante todo el recorrido, algo que Elsa agradeció, ya que su humor no era el mejor en ese momento, pero tener compañía le permitía deshacerse de sus pensamientos al menos por un instante.

Al llegar a Arendelle, Kai y Gerda recibieron a la princesa y su acompañante con completa felicidad y euforia de parte de Gerda, algo que Elsa siempre extrañaba cuando se encontraba lejos del reino. El único problema era que la reina no estaba presente, como generalmente sucedía cuando recién estaba arribando en el reino.

𝑭𝒐𝒓 𝑻𝒉𝒆 𝑾𝒉𝒐𝒍𝒆 𝑬𝒕𝒆𝒓𝒏𝒊𝒕𝒚 ❥ 𝐸𝑙𝑠𝑎𝑛𝑛𝑎.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora