𝑭𝒐𝒓 𝑻𝒉𝒆 𝑾𝒉𝒐𝒍𝒆 𝑬𝒕𝒆𝒓𝒏𝒊𝒕𝒚 ❥ 𝐸𝑙𝑠𝑎𝑛𝑛𝑎.

❥ 𝕿𝖍𝖎𝖗𝖙𝖊𝖊𝖓𝖙𝖍.

—Majestad —llamó Kai justo antes de que la reina corriera detrás de su hermana—, la corte le espera.

Anna asintió, mirando por última vez en la dirección que se había ido Elsa. Quería seguirla. Debía hacerlo, algo en ella lo deseaba con todas sus fuerzas. Pero en ese momento lo único que importaba era el reino.

La reina caminó hasta la habitación en silencio, perdida en sus pensamientos hasta estar frente a la puerta en la que decidirían qué hacer ante aquella situación.

Por horas, los diferentes hombres que se encontraban en aquel lugar sugerían distintas ideas que terminaban siendo descartadas. Anna no deseaba atacar antes de ser atacada, como lo sugerían todos.

¿Y si había sido tan solo un malentendido?

Sabía que la probabilidad era baja, considerando que las embarcaciones de las islas del sur y de Weselton, fueron vistas el mismo día. Tenían razones para pensar que deseaban vengarse: Hans podría quedarse con el reino de Arendelle, volviendo a asociarse con el duque de Weselton y así beneficiarse ambos. ¿Pero por qué ahora?

—Deberíamos reforzar la vigilancia en los alrededores del reino. —habló Mattias.

—Si no atacamos nos atacarán primero. —exclamó uno de los hombres.

—No vamos a herir a nadie. —aclaró la reina.

—¿Dónde está la princesa Elsa? Sería más sencillo planear con ella aquí.

La sangre de Anna comenzó a hervir. Ese hombre estaba sugiriendo que su hermana era lo suficientemente mala como para iniciar una guerra sin motivos suficientes.

—Yo estoy al mando ahora —habló firme y aumentando su tono de voz—, y digo que no vamos a atacar hasta estar seguros. —finalizó.

—¿Hasta estar seguros? Con todo respeto, majestad, para entonces ya nos habrán conquistado.

Anna suspiró con frustración, estando segura de que sería una noche larga.

Elsa había caminado hasta la habitación de Honeymaren, pero no la había encontrado ahí. Se hubiera preocupado de no haber recordado que a Maren le gustaba dar paseos antes de dormir, así que seguramente se encontraba en los jardines del castillo.

Así fue.

La joven castaña se encontraba mirando con fascinación cada una de las flores que se encontraba a su paso. Elsa la había encontrado hace unos minutos, pero al notar su concentración en todo lo que veía a su alrededor, no se atrevió a interrumpirla hasta que notó que era el momento justo.

—Hola.

La chica dio un pequeño salto en su lugar, girando rápidamente.

—Me asustaste. —habló en un suspiro— ¿Cómo te fue?

Elsa suspiró ruidosamente, acercándose a la morena para seguir caminando a su lado.

—Se lo dije.

—¿Lo hiciste? —cuestionó con una sonrisa en su rostro.

—No, en realidad no. —rió emitiendo un sonido de frustración.

La albina contó todo lo que había sucedido, hasta el momento en el que dejó a Anna en el pasillo. Maren había guardado silencio, incluso en los momentos en que la peliblanca divagaba sobre su frustración en ciertos momentos de aquella situación en la que se encontraba.