❥ 𝕰𝖎𝖌𝖍𝖙𝖊𝖊𝖓𝖙𝖍.

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《¿Qué fue lo que hice?》

Se preguntaba Anna mientras pasaba por su mente la increíblemente suave textura de los labios de su hermana. Por otro lado, Elsa miraba incrédula a la pelirroja, intentando averiguar si de un sueño se trataba... Pero si era así, era un sueño muy real y del cual jamás quería despertar.

Anna salió de su burbuja de emociones y miró a la chica frente a ella, percatándose de la mirada fija de la contraria. Se quedaron unos minutos mirándose, esperando que la otra comenzara a hablar. Pero Anna, al ver que Elsa no planeaba decir algo, decidió tomar la iniciativa.

—Lo... Lo siento. —fue lo único que logró decir, luego tomó aire para relajarse y continuó— Yo... uh... no quería hacerlo, es que...

—Está bien. —interrumpió la mayor. No quería darle tiempo a la cobriza para arrepentirse por completo.

—¿Está bien?

—Sí. Quiero decir... sí, ¿o no?

—¡No, Elsa! ¡Eso no estuvo bien! —exclamó, incorporándose para caminar alrededor de la habitación.

—¿Por qué estás molesta? ¡Fuiste tú quien lo hizo!

—¡Porque esperaba que me detuvieras!

—¿Por qué lo haría?

—¿¡Por qué no!?

—¿Puedes no gritarme? —susurró la peliblanca cabizbaja.

Anna abrió los labios para hablar, pero se detuvo al darse cuenta de que no tenía nada que decir y solo debía tranquilizarse. Elsa tenía razón, ella había sido quien la besó, y no tendría porqué levantar la voz, pues asustaba a su hermana y eso era lo que menos deseaba.

—Lo lamento. —se acercó para colocarse de rodillas frente a la pálida— Me asusté, no debí gritarte.

—No, no debiste. —mantenía ambas manos en su pecho.

Siempre le asustó pensar en la reacción de Anna, pues para ella era claro que sería demasiado cruel al enterarse, y claramente Elsa no podría culparla. Pero nunca esperó que su hermana hiciera lo que había hecho recién, porque claro que le alegró e hizo que su corazón explotara. Pero, por otro lado, le provocó pánico pensar en lo que sucederá después.

Necesitaba tranquilizarse. Necesitaba pensar lo que sucedía y no cometer el error de ilusionarse por toda la situación. Tal vez había sido un error de Anna, tal vez todo había sido un malentendido

—Quiero que sepas que no fue un error.

...O no.

—¿Qué? —Elsa levantó el rostro, enfocando la sonrisa que la pecosa le dedicaba.

—Siento mucho lo que hice, pero no me arrepiento —aclaró con un tono firme—. Entiendo si planeas alejarte de pronto, es claro por Honeymaren. Sé que soy la persona menos indicada para desaprobarlo, pero...

—Alto. —la reina se detuvo y miró curiosa a la mayor— ¿Crees que amo a Honeymaren?

—Tú misma lo dijiste.

—¿Qué? ¡No! Yo jamás... —Elsa se detuvo un momento repasando todo lo que había sucedido. Entendió que definitivamente gritar "Honeymaren" cuando no conocía el tema de conversación no había sido una buena idea— Ouh... Sí, lo dije.

—¿Entonces la amas?

—¿Qué? ¡No!

—Pero acabas de decir que la amas.

—No, Anna. Es decir, sí lo dije cuando llegué, pero lo hice solo para detener a Kristoff porque no quería que te dijera lo que yo planeo decirte y llevo planeando decir hace meses. —habló con velocidad, manteniendo a Anna atenta intentando seguir el paso de la mayor.

—¿Qué es lo que quieres decirme?

Elsa se mantuvo en silencio por varios minutos, y sabía que Anna estaba inquieta, pero esperaría pacientemente a que la ojizarca estuviera lista para hablar. Cada vez que Elsa creía que estaba lista para contarle a su hermana todo lo que quería contarle, llegaba el pánico a su cuerpo, evitando que logre siquiera separar los labios.

Por alguna razón esta vez era diferente. Esta vez se sentía lista, sentía que, de hecho, tenía una oportunidad de ser aceptada por la contraria. Ella estaba consciente de que su hermana recién la había besado, pero también estaba consciente de que Anna mostraba su afecto de todas las maneras posibles. No necesariamente la amaba de esa forma para tener que besarla, así que Elsa se mantuvo firme en su decisión de decirle todo a la cobriza, pero estando conciente de que probablemente no reaccionaría como ella espera.

—Quiero decirte que la persona de la que estoy enamorada —miró con atención los ojos de la contraria, los cuales mantenían ese brillo que siempre había amado. Suspiró y continuó—... eres tú, Anna. Es así desde mi coronación.

La cobriza parpadeo varias veces tratando de comprender lo que había escuchado. Claramente era información difícil de digerir, pues su hermana acababa de decirle que estaba enamorada de ella. Aun peor, desde hace años atrás. La cobriza se incorporó con dificultad, depositando su mirada sobre Elsa.

—Pe-pero Ho-Honeymaren... —balbuceo, tratando de mantenerse de pie.

—Honeymaren también lo sabe, así que...

—¿Honeymaren qué?

—Está bien. No debes preocuparte por ella.

Todo estaba dando vueltas para Anna. Comenzaba a sentirse demasiado agobiada y mareada, todo era demasiado que procesar. Hace tan solo unas horas se sentía como la persona más extraña del mundo por sentir lo que sentía por su hermana. Pero ahora se sentía aun peor porque era correspondida.

En realidad estaba volviéndose loca por dentro, quería besar de nuevo a Elsa, sabía que a partir de ese momento ya no podría vivir sin tener aquella sensación de calidez en su pecho.

《Así que... así es como debe sentirse》

Una sonrisa involuntaria se dibujó en sus labios, porque después de preguntarse si el amor era algo tan simple como todo lo era con Kristoff, su hermana le dio la respuesta a todo con tan sólo un beso.

Ese beso se había sentido tan bien. Su hermana reflejaba tanta inocencia con solo mirarla a los ojos por unos segundos. El sentir el torpe movimiento de sus labios la había hecho darse cuenta de lo increíblemente ingenua que era cuando se trataba de amor.

Por otro lado, había creído que Honeymaren era la persona que tenía el corazón de la princesa, pero ahora se sentía aliviada al saber que, en realidad, el corazón de Elsa era totalmente suyo. Elsa era totalmente suya.

Y Anna... Bueno, Anna se había unido en matrimonio con alguien más, así que su corazón, supuestamente, le pertenecía a una persona y al quinto espíritu. Pero eso no la detendría a luchar por lo que ella realmente podía llamar amor.

Elsa carraspeó con intensión de volver a la pelirroja a la realidad. Anna miró en dirección de la mayor, encontrando una sonrisa tímida en su rostro. Ella no podía creer lo perfecta que era la peliblanca. No podía creer cuanto tiempo ignoró aquel sentimiento que en realidad siempre estuvo ahí.

—Si no sientes lo mismo por mí lo entenderé y podremos volver a la normalidad —habló mientras se ponía de pie para encarar a la pecosa—. Pero necesito una respuesta.

Anna avanzó unos pasos, acortando la distancia entre ella y Elsa, tomando a la pálida de la cintura para acercarla lo suficiente como para acortar los pocos centímetros que las separaban. Pasó su mano derecha hasta su rostro y se tomó el tiempo de admirarla unos segundos.

—Lo normal siempre me pareció aburrido.

Finalizó, uniendo nuevamente sus labios con cuidado, como si de algo sumamente frágil se tratase. Se tomó el suficiente tiempo para guardar aquella increíblemente suave textura en su mente hasta el día de su muerte. Sintió las manos de la mayor acunar su rostro con cuidado, teniendo una sensación de tranquilidad en todo el cuerpo, sintiéndose en el paraíso.

Sintiendo como se suponía que se sentía el verdadero amor.

𝑭𝒐𝒓 𝑻𝒉𝒆 𝑾𝒉𝒐𝒍𝒆 𝑬𝒕𝒆𝒓𝒏𝒊𝒕𝒚 ❥ 𝐸𝑙𝑠𝑎𝑛𝑛𝑎.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora