𝑭𝒐𝒓 𝑻𝒉𝒆 𝑾𝒉𝒐𝒍𝒆 𝑬𝒕𝒆𝒓𝒏𝒊𝒕𝒚 ❥ 𝐸𝑙𝑠𝑎𝑛𝑛𝑎.

❥ 𝕿𝖊𝖓𝖙𝖍.

—¿Majestad? —Kai llamaba desde la puerta del despacho de la reina, sin recibir respuesta alguna después de llamarle una gran cantidad de veces.

La reina había trabajado duro desde su regreso del bosque encantado. El mayordomo sabía que algo no había estado bien durante ese repentino viaje que había planeado, porque bastó con una sola mirada fulminante de la reina cuando él preguntó sobre la princesa Elsa, para saber que definitivamente no era un tema que se debía tocar hasta que la reina lo hiciera primero.

Kai, al igual que Gerda, conocía a la perfección a Anna, conociéndola desde que estaba en el vientre de su madre. Él sabía que los deberes reales no eran lo suyo y que nunca pareció tener madera de reina, pero ahora era incluso más eficiente en sus tareas reales, que su antecesora.

—¿Majestad? —intentó una vez más.

—¿S-sí? —la voz de la monarca sonó acompañada de un bostezo largo, indicando que recién despertaba.

—Majestad, los arreglos para el baile de mañana están listos, solo estamos esperando su aprobación.

—¡Adelante!

Al ingresar se encontró con una desaliñada pelirroja, algo normal en aquella reina, a comparación de su hermana mayor que siempre mantenía una apariencia impecable, completamente lo contrario que la apariencia de todas las mañanas de Anna.

—¿Todo está listo? ¿Estás seguro?

—Completamente. ¿Desea escribir la invitación personalmente?

Anna lo pensó unos segundos, aún encontrándose algo perdida por despertar hace tan solo pocos minutos después de dormir escasas horas.

—No es necesario, solo asegúrate de escribir a detalle que deben asistir todos.

A pesar de que Kai no deseaba tocar ese tema, que parecía ser muy delicado para la cobriza, debía cumplir todos aspectos de aquel festejo.

—¿Hay alguna indicación especial acerca de la princesa Elsa?

En cuestión de segundos, el semblante de Anna cambió, de una expresión tranquila a una un tanto tensa.

—N-no. Es todo, Kai, puedes retirarte.

El mayordomo asintió con una leve reverencia para salir hasta el pasillo, cerrando la puerta detrás suyo. Ni siquiera había sido necesario que la pecosa solicitara preparar el baño y su desayuno, porque era algo que Gerda ya sabía a la perfección.

El lugar quedó en completo silencio, con Anna perdida en un punto fijo, pensando en lo que sucedería. Si bien, Elsa había dejado en claro que no tenía intención alguna de asistir al baile, la posibilidad de que lo hiciera también existía. La menor no había recibido señal alguna de su hermana desde que regresó del bosque encantado, y eso había sucedido hace un par de semanas. Pero la pelirroja no esperaba que sucediera algo, después de todo, ella había sido quien se fue y esta vez no pensaba volver, ahora era una reina, no podía simplemente correr tras su hermana para salvarla toda la vida... En especial cuando ella ni siquiera quería ser salvada.

—Anna, debo decirte algo... Sé que no será sencillo entenderlo, y entiendo si me odias y nunca más quieres volver a verme o nunca quieres volver a saber de mí, pero...

—De acuerdo. ¡Alto!

—¿Qué pasa?

—Intentemos de nuevo, pero sin esa parte.