𝑭𝒐𝒓 𝑻𝒉𝒆 𝑾𝒉𝒐𝒍𝒆 𝑬𝒕𝒆𝒓𝒏𝒊𝒕𝒚 ❥ 𝐸𝑙𝑠𝑎𝑛𝑛𝑎.

❥ 𝕾𝖎𝖝𝖙𝖍.

"¿Cuánto tiempo más?"

La reina de Arendelle debía centrarse en todos sus deberes como monarca del reino, sin embargo, esa pregunta no le permitía mantener la cabeza fría y concentrarse en sus deberes.

Transcurrieron semanas desde la última vez que supo algo de su hermana, sin siquiera obtener una carta o una mínima señal de vida de su parte. Anna sabía que la albina tenía una gran habilidad para fingir que no existía, pero no imaginaba que lo volvería a hacer. Aunque había demasiadas cosas que imaginaba que resultaron simplemente no ser ciertas, como el hecho de que su hermana definitivamente no era sincera con ella como creyó.

¿Cómo podría culparla? Tal vez sí había sido muy egoísta, solo pensando en su boda por semanas, sin siquiera preguntar cómo se encontraba Elsa con respecto a su nueva vida como quinto espíritu, pero Anna supuso que tenían mucho tiempo, es decir, ahora su hermana era un ser inmortal, teniendo literalmente toda la eternidad.

—Pero... ¿qué hay de mí? —susurró la reina para sí misma.

—¿Dijo algo, majestad?

Anna ni siquiera recordaba la presencia de Gerda, que había ingresado para ordenar el lugar en el que la cobriza pasaba la mayor parte de su día.

—Oh... uhm, no.

La mayor asintió con una sonrisa.

Un par de golpes en la puerta llamaron la atención de ambas. Anna asintió en aprobación a Gerda para que abriera la puerta, mostrando a Kai del otro lado.

—Majestad —el mayordomo hizo una corta reverencia—, el rey Kristoff se pregunta si almorzará con él.

Anna pensó unos segundos, mirando las pocas cartas de otros reinos que se encontraban frente a ella, sabía que no debía resolver todo eso tan pronto, pero quería terminar el trabajo por hacer antes de tener aun más.

—Hoy no podré. —habló sin prestar mucha importancia.

—De acuerdo, majestad. —asintió, caminando a la salida.

—Kai, espera. —el mencionado en seguida hizo lo pedido— Hay... ya sabes... uhm...

—No hay cartas de la princesa Elsa, majestad.

En el fondo lo sabía. ¿Qué esperaba, de cualquiera manera? Elsa había dejado claro que no deseaba saber sobre el reino y que no planeaba pisar las tierras de Arendelle en un tiempo, pero...

—Oh, dile a Kristoff que... —se detuvo, aclarando su garganta. Estaba trabajando en cambiar ese tono infantil que aún mantenía su voz, pues sabía que no era indicado para una reina— Solicito la presencia de Kristoff en cuanto termine el almuerzo. —Kai asintió con una sonrisa, haciendo una última reverencia para luego retirarse al igual que Gerda.

Anna suspiró, dejándose caer completamente en la silla que era más cómoda de lo que parecía. Cada vez que estaba cansada, recordaba lo feliz que seguramente su hermana lo estaba pasando en el bosque encantado, haciendo que su sacrificio, sin duda, valiera la pena.

Mantuvo los ojos cerrados unos minutos, pensando en su vida como reina: Elsa ahora se encontraba lejos de ella en todos los sentidos posibles, Olaf pasaba la mayoría del tiempo en el reino con los más ancianos, tratando de aprender de ellos y tener la madurez que tanto deseaba y Kristoff estaba ahí siempre que lo necesitara, pero aunque fuera así, el reino necesitaba a Anna, así que ella no se podía dar el lujo de tomarse un tiempo para simplemente charlar.