Omᥱgᥲ // Kᥙrokᥱᥒ

Capítulo 1

Las ventanillas del auto resonaban por el golpe de las gotas de lluvia, el conductor iba con el cuidado del mundo mientras el chico sentando en la parte de atrás estaba totalmente desesperado por llegar a su casa.

—Señor, ¿Puede ir más rápido? — Pregunto el chico mirando por las ventanas de un lado a otro.

—En realidad ya llegamos, joven. — Le comentó el conductor dirigiendo su mirada al retrovisor, donde observó la cara de confusión del alfa.

—Creo que hay un error, yo no le di esta dirección. — Comentó el alfa mirando alrededor de donde estaba, fijándose que se adentraron en un callejón.

El chico tembló.

—Sabe que, mejor me voy solo, gracias. — Abriendo la puerta del auto se bajó para empezar a caminar pero de la nada aparecieron varios hombres en traje.

—¿Adónde vas, perro? — Preguntó un chico de cabello largo.

El alfa estaba rodeado por otros hombres, intentando salir de ahí, corrió pero fue golpeado por el chico anterior.

—¡Mierda! — Exclamó al ser tirado al suelo.

—Llévenselo. — Fue lo último que pudo escuchar Kuroo antes de quedar inconsciente.

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Un fuerte golpe despertó a Kuroo de su sueño. El chico abrió los ojos asustado por el impacto de una mano sobre su mejilla, exaltándose y moviéndose de un lado a otro, fijándose que estaba amarrado y con una tira en la boca.

El alfa no tenía idea de lo que pasaba, absolutamente no entendí por qué alguien lo había llevado hasta ahí.

Observando el lugar, el alfa se fijó que estaba en un viejo almacén, podía notarlo por la puerta que tenía enfrente y algunas cosas a su alrededor.

El sonido de la puerta captó la atención de Kuroo, observando como este subía hasta dejar a la vista un par de chicos. El alfa tragó grueso al notar que uno de ellos era el mismo quien lo había tirado al suelo anteriormente.

—Buenas noches, perro ¿Qué tal tu siesta? — Se burló el chico de cabello negro adentrándose con su compañero al lugar.

Kuroo se removía pero amarrado en la silla donde estaba era imposible de hacer algo más que forcejear. El alfa tenía miedo, y gritaba pero el trapo en la boca no lo dejaba ni si quiera respirar.

—¿Quieres hablar? — Preguntó un chico rubio a su lado, quien tiró del trapo dejando a Kuroo respirar.

La fuerte respiración de Kuroo se hizo presente en aquel lugar, pero a ellos no le importaba de los más mínimo.

—Muy bien, esto será así, nosotros te preguntaremos cosas y tú tienes la obligación de respondernos o poco a poco perderás algo. Una pena porque yo quería matarte de una vez, pero por órdenes superiores solo puedo torturarte.

—¡Déjenme, desgraciados! — Gritó pero solo pudo recibir las risas de los otros.

—Aquí nadie te escuchará, perro, así que, habla ahora, o piensa en que pierna quieres el primer disparo.

Fue ahí que Kuroo pidió por su vida.

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Alrededor de las 3am se encontraban dos alfas discutiendo en uno de los callejones más peligrosos de Tokio.

—Mierda Tobio, pisa más duro que no te oyen. — Le su susurró Bokuto quien estaba detrás del alfa.

—Mis botas pesan más que tú, no puedo evitarlo.