Capítulo 18

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Kuroo

Jugar al gato y al ratón nunca fue lo mío.

Y muchísimo menos ahora.

Dejé a Kenma descansar después de haberlo estado consolando durante una hora. Mi omega solo lloraba y me hacía algunas ideas del porqué.

Me di cuenta en el tiempo que estuve bajo su cuidado, que es una persona frágil con un cargo muy grande. Y no me mal entiendan, mi omega es fuerte, pero en temas de sentimientos y personas, es como un niño con algo nuevo y delicado sobre sus manos. Y más cuando eso delicado se rompe, solo lloran esperando arreglarlo de alguna manera.

Las últimas situaciones en la que estuvimos sé que le pegaron fuerte, y cuando vi sus ojos presos del miedo, al ver a Tobio moribundo a su lado, sé que su cabeza le impidió moverse.

Mi omega necesitaba ayuda y palabras de consuelo.

Pero más que todo, necesitaba alejarse de todo esto que le rodeaba.

Empezando por aquella rata.

Me encontraba en la cocina reflexionando todas las cosas que debía hacer, estaba solo debido a que mis compañeros estaban encerrados en sus habitaciones. Creo que todos querían estar cerca de sus parejas después de sentir como casi los perdían, especialmente Hinata.

Ese omega había estado en shock por un largo tiempo. No era para menos, cuando por segunda vez ves a tu pareja casi perder la vida.

Lo bueno es que la bala que Mikey le disparó a Tobio fue por la clavícula e increíblemente no daño ninguna arteria.

Eso eran buenas noticias, pero yo ya estaba cansado de todo esto.

Sangre, sangre, sangre.

Heridos, heridos, heridos.

Disparos, disparos, disparos.

Basta, todo esto era un infierno.

Estoy pensando en cómo acabar con todo, y que, con ello, podamos limpiar todo este desastre.

Y se me había ocurrido una idea, pero antes de mover mis fichas, tenía que acabar con la reina.

+

Desconocido.

Mis manos no podían estar quietas, simplemente en esta situación no podía. todo había fallado, todo, mis planes, los planes de Baji y Mikey, todo se fue al carajo en cuanto vi su cuerpo ensangrentado y con un hueco en la cabeza.

Tengo que huir, debo hacerlo ahora o será muy tarde.

Rogaba que estuvieran tan concentrados en sus parejas que se olvidarían de alguien como yo, alguien que debió matarlos apenas los conoció.

Todo esto fue mi culpa, debí... Debí matarlos cuando pude.

Mis manos temblaban mientras guardaba lo necesario en un saco, estaba inquieto, necesitaba largarme ahora mismo.

Moviéndome de un lado a otro, termino de guardar las cosas que debía llevarme, empezando por dinero, mucho dinero, quien sabe hasta cuando iba a estar escondido. Que ridículo me sentía, esconderme nunca fue algo de lo que estaba orgulloso, pero debido a las circunstancias...

Mis movimientos son rápidos, pero me detengo de un golpe cuando escucho la puerta sonar.

Toc, toc.

Es mi fin.

No sabía si responder, porque había dos opciones, me mataban o solo preguntaban por mi porque no conocían aún mis artimañas.

Toc, toc.

Mierda. Pienso, pienso, pero no queda nada.

—¿Estás ahí?

Era Kuroo, me va a matar, no tengo dudas.

—¡Si!- Grito para darme algo de tiempo. Observo la ventana y distingo que es la mejor opción.

—Dame un momento Kuroo, necesito vestirme, no me vayas a ver en pelotas.— Comento para luego reírme disimuladamente.

Ya no pienso bien, solo abro la ventana, observo el suelo y oigo como mi corazón late tan alto. Tan alto que me lleva a la perdición.

Tal vez si hubiese estado oyendo mejor los sonidos exteriores, y no mi voz en la cabeza, ni mucho menos el retumbar de mi corazón, tal vez hubiese encontrado otra salida, tal vez hubiese sacado mi arma que tenía escondida y pude haberle disparado.

Pero era solo tal vez.

La puerta fue abierta con un disparo silencioso, y cuando iba a saltar, una bala me atravesó la pierna, haciéndome caer al frío suelo.

—¡Mierda! — Exclame sosteniendo mi pierna con dolor.

—Hey, cállate, algunos duermen.

Kuroo se agachó y me observó con odio, lo noté en sus ojos.

—¿Planeabas huir?

Ya no podía hacer nada, mentir sería demasiado estúpido.

—!Matame de una vez! — Pido, pero lo que recibo es un golpe en la cara con la parte detrás del arma.

—Te dije que te callaras.

—¿No viniste a matarme, o piensas torturarme?

Kuroo negó riendo. — No pienso torturarte por dos razones, la primera sería mucho trabajo, pero ganas no me faltan, y segundo, no puedo seguir perdiendo mi tiempo con basura como tú.

Kuroo me mira y dirige su arma hasta mi frente. La sostiene así y yo tiemblo de miedo.

Tenía miedo de morir.

—Dime algo, ¿por qué, simplemente por qué?

Sabía a lo que se refería.

—No me apetece decirte nada.

Esas fueron mis últimas palabras, palabras en la cual mi mente me trajo una sola persona a la cabeza. Aquel pelinegro con que cual quería escapar de todo esto. Donde quería sentir sus brazos alrededor mío, y sus suaves labios sobre mi cuello.

Pero aquel chico... Ya no estaba.

Ciertamente yo di toda la información posible para que todos ellos murieran, no me importaban, los odiaba, especialmente a Kenma, creyéndose mejor que nadie, pero tan dependiente de su alrededor.

Era insoportable.

Mi muerte solo hubiera causado dolor a una persona y espero que ella ya me esté esperando en donde sea que vaya.

Bang

Mi cuerpo cayó y lo último que oí fue un: Adiós Chifuyu.

Después de jalar el gatillo, Kuroo se levantó, pateó el cuerpo sin vida de Chifuyu con rabia antes de irse por donde vino.

Al salir de la habitación, la cerró devuelta. Observando a su alrededor vio como Tobio lo veía totalmente serio.

—Nunca quise creerlo. — Fueron sus únicas palabras y Kuroo sabía lo que significa.

Directamente nadie quería creerlo, Chifuyu era su amigo, no tenía sentido que aquel beta quisiera lastimarlos, especialmente a Kenma.

—Nadie quería creerlo. Pero toda esta mierda tiene que acabar. - Las palabras serias de Kuroo tomaron por sorpresa a Tobio pero no dijo nada y solo observó como la figura de Kuroo volvía para su habitación.

El alfa al entrar en su habitación observó el cuerpo adormilado de Kenma y sonrío con cariño. Dejó el arma en una mesa y de dispuso volver al lado de su omega.

Al acostarse de acomodó y pasó sus brazos por la cintura de Kenma, quien más dormido que despierto se acercó más al contacto de Kuroo para luego volver a roncar con suavidad, totalmente dormido.

Kuroo sonrío y dejó un beso sobre la cabeza de Kenma. —Prometo que todo esto acabará y tú no tendrás que sufrir más, te lo prometo...

Concluyó el alfa para que a los minutos se quedaratotalmente dormido.

Omᥱgᥲ // KᥙrokᥱᥒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora