Capítulo 15

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—¡No lo encuentro! — Gritó Hinata pasándose las manos por su desordenado cabello.

—¿Podrías no gritar? Estoy harto de escucharte. — Le comentó Akaashi mirando mal a su amigo.

—Pero no podré hacer nada sin eso.

Akaashi bufó al ver el pequeño puchero de Hinata, tirando de él para abrazarlo. —Lo encontraras. — Le decía de apoco.

—¿Que sucede aquí? Los gritos de Hinata se oyen desde el patio.

Tobio soltó la pregunta observando la escena que tenía frente a sus ojos, a Akaashi abrazando muy cariñosamente a su omega. Quiso gruñir pero se resistió, esperando una respuesta de parte de ambos.

—Tobio no encuentro mi pintura de uñas negras. — Tobio observa cuidadosamente a Hinata, pensando que tal vez este bromeando, pero notando su cara triste, sabe que no es así.

—Hinata, creo que tenemos cosas mejores que hacer.

—¡Sin eso no podré hacer nada!

Tobio suspira derrotado. —Bien, vamos a buscar tu pintura de uñas.

Los dos omegas junto con el alfa se ponen a buscar por todo el lugar aquella pintura de uñas, tanto como Akaashi, Tobio pensaba que era una estupidez todo aquel drama por una pintura, pero también sabía que Hinata se pintaba las uñas antes de hacer algo peligroso, supuso que siempre le dio confianza.

Media hora más tarde, Kenma y Kuroo salen de su habitación, mirando a los demás como buscaban algo; Kenma frunce el ceño viendo como parecían perros buscando un hueso.

—¿Qué hacen? — Preguntó terminando de bajar las escaleras con Kuroo a su lado.

—Hinata no consigue su pintura de uñas negra. — Le comenta Akaashi, Kenma se da una mirada rápida con Kuroo, ambos sonríen sin poder evitarlo.

—¿De casualidad es esta? — Kenma se saca un pequeño frasco de sus bolsillos. Hinata al ver el frasco corre hasta el, sonriendo asiente rápidamente.

—¿Dónde lo encontraste?

Kuroo se ríe en voz baja y Kenma le pisa el pie discretamente.

—Esta por ahí, en algún sitio de arriba.

—Lo usaste. — Le dice Tobio sin duda. Kenma mira mal al alfa.

—Claro que no. — Tobio sonríe victorioso. —Kenma, tienes las uñas pintadas, solo admítelo.

Kenma sonrió como si lo hubiesen atrapado haciendo la travesura más sucia del mundo. —No sabía que lo estabas buscando. — Fueron sus únicas palabras antes de irse a sentar en el sofá.

—¿Y Bokuto? — Preguntó Kenma, mirando directamente a Akaashi.

—Fue a practicar su puntería. — Le contesto de seguida el omega. Después de aquellas palabras, el ambiente cayó en un total silencio, solo miradas entre sí, todos a espera de que alguien dijera algo respecto al tema.

Ese alguien fue Kenma.

—Chicos, espero que estén preparados para esta noche, porque sinceramente no sé qué vaya a suceder o como podamos terminar.

Kuroo suspiró mirando a Tobio, quien estaba totalmente rígido, sosteniendo la mano de Hinata.

—Ustedes. — Kenma señaló a Hinata y Akaashi. —Son mis omegas, tendrán a sus alfas, pero son míos, yo los salve, yo les di un nuevo hogar, yo les brinde una familia. No se los estoy sacando en cara solo les estoy recordando que deben cuidarse, porque nadie de aquí morirá sino es por mi propia mano, y saben que yo no mato a los míos.

Omᥱgᥲ // KᥙrokᥱᥒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora