Una semana había pasado desde que habían encontrado a Kenma, en el transcurso de la semana se fueron de Italia pero no sin antes agradecer a Kita y a los Miya por su trabajo, en especial Atsumu quien había sido lastimado en el hombro, pero estaban tranquilos porque los médicos dijeron que no fue nada grave.
El vuelo a Tokio fue tranquilo, Kenma iba con mil y unas vendas, no tenía ningún hueso roto pero si estaba muy golpeado. Pero todo el tiempo estuvo acompañado por Hinata, Tobio y claramente, Kuroo, quien no lo dejaba solo ni un segundo, y por supuesto Kenma no quería que lo dejara solo.
En toda la semana, Kenma se había recusado a hablar con Kuroo, sabía que tenían una muy importante conversación pero al omega le costaba. Le costaba admitir una realidad que nunca pensó que ocurriría.
La jodida realidad donde estaba enamorado de Kuroo Tetsorou.
—¿En qué piensas? — Preguntó Kuroo, quien estaba sentando a su lado en el auto.
Kenma negó con la cabeza, no se había dado cuenta que se había perdido en sus pensamientos.
—En nada.
Kuroo se acercó un poco más a Kenma, para poder susurrarle en el oído.
—Podrás engañar a cualquiera, pero a mí no omega. Estás distraído y puedo notarlo.
Kenma se alejó un poco de Kuroo, quedando frente a frente, donde ambos podían sentir sus respiraciones mezcladas. Ambos se miraron los ojos, luego los labios de una forma pecaminosa y una vez más los ojos.
La tensión esa semana estaba cada vez más fuerte.
—¿Ya llegamos? — Preguntó Kenma mirando a otro lado, no sabía por qué, pero no podía aguantar esa mirada tanto tiempo.
Kuroo miró por la ventanilla y le respondió que ya estaban llegando. El resto del camino fue en silencio, cada uno en sus pensamientos, pero por extraño que parezca, se sostenían de las manos.
Como necesitaban esa charla.
Cuando llegaron, Tobio y Hinata, quienes venían en otro taxi, ayudaron a bajar a Kuroo y a Kenma por sus heridas. Los cuatro subieron en silencio al hotel donde se hospedarían por un tiempo.
Al llegar al salón, los chicos observaron a Akaashi y a Bokuto, quienes estaban sentados en un pequeño sofá, abrazados, notoriamente esperando a los demás pero se habían quedados dormidos.
—Míralos, hay que molestarlos. — Tobio recibió un golpe en las costillas. —No seas malo. — Tobio miró mal a Hinata antes de avanzar a donde estaban los otros.
—Oigan, buenos días. — Tobio empezó a mover a ambos cuerpos hasta que abrieron los ojos.
—Oh imbécil, ¿acaso quieres un golpe? — Habló un soñoliento Bokuto, levantándose como mejor podía.
—Akaashi, amor, despierta. — Bokuto movió a Akaashi con suavidad, quien ya estaba algo despierto, pero terminó de abrir los ojos cuando notó a todos a su alrededor.
—¡Kenma! — Gritó cuando lo observó a su lado, Kenma se sentó a su lado y Akaashi sin dudarlo lo abrazó fuertemente.
—¿Cómo estas omega? Me dijeron que te lastimaron por el estómago.
Akaashi asintió. —Sí, fue cerca pero no fue nada grave, gracias a Dios. ¿Pero tú? Nos tenías preocupados a todos, en especial a... — Akaashi intentó señalar a Kuroo sin que se fijara pero todos lo habían notado, riéndose de aquello.
—Estoy bien, gracias a los chicos. — Kenma le sonrió tiernamente para luego levantarse y observar a Bokuto, quien evadía su mirada.
Kenma suspiró y con un movimiento de manos, hizo que todos los dejaran solos.
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Omᥱgᥲ // Kᥙrokᥱᥒ
FanfictionJefe de una mafia, respetado por todos su personal y querido por sus amigos, ese era él, un omega que comandaba a una de las mafias más poderosas que existía en Japón. Un día recibe varias noticias sobre omegas secuestrados y siendo utilizados para...